miércoles, 16 de noviembre de 2016

noviembre 16, 2016
QUITO, Ecuador, 15 de noviembre de 2016.- La Selección de fútbol de Ecuador había acabado de ganar 3-0 a la de Venezuela, pero todas las redes sociales se llenaron ayer de condolencias y mensajes de pesar. Casi a esa misma hora fue confirmada la muerte del expresidente Sixto Durán Ballén, a sus 95 años de edad.

Ese número, el 95, parece haber tenido un simbolismo para él, sin que se hubiera dado cuenta, porque fue en enero de 1995 cuando pronunció la que sería su frase célebre, aquel ‘Ni un paso atrás’, ante miles de personas en la Plaza Grande de Quito, que marcó la decisión de Ecuador de ir a la guerra con Perú.

Exalcalde de Quito, exdiputado, exministro de Estado y presidente entre 1992 y 1996, Durán Ballén pasaba los últimos años en su casa y caminaba siempre ayudado de un bastón, a causa de una lesión en la columna. Sin embargo, recordaba a la perfección los pasajes de su historia, especialmente aquella época del 95. Su deceso fue a las 17:15, por causas naturales, según una de sus hijas.

Durán Ballén murió mientras dormía la siesta en su domicilio, según comentaron a medios locales familiares del exgobernante, quienes destacaron que el deceso se produjo de forma tranquila y en compañía de su familia.

El exvicepresidente Blasco Peñaherrera Padilla fue uno de los primeros en hablar con la familia Durán Ballén ayer. “Me dijeron que el médico de cabecera les dijo que Sixto tuvo una descompensación en sus sistema inmunológico y que esa fue la causa de la muerte”.

Peñaherrera fue embajador ante la OEA durante el Gobierno de Durán Ballén, pero convivieron juntos en más de una etapa de la vida. “Lo conocí -recordó- cuando yo tenía 22 años y era secretario de la Junta de Defensa Artística en el Municipio de Quito. Él era ministro de Obras Públicas y mantenía una representación en la Junta”.

Él se refiere al expresidente como una persona pulcra, decente y con una calidad humana “muy poco frecuente entre quienes ocupan unas funciones tan altas como las que él ocupó”. “Mi más sincera y honda condolencia por el fallecimiento de este ser humano excepcional”, declaró.

Entre las primeras reacciones estuvieron las de varios candidatos presidenciales. “Paz en la tumba de Sixto Duran Ballen. Antecesor visionario en la Alcaldía de Quito y valiente autoridad máxima de FF.AA. durante el Cenepa”, escribió Paco Moncayo. Y Guillermo Lasso agregó: “Ha fallecido el expresidente de la República Sixto Duran Ballén, gran demócrata y gran ecuatoriano. Paz en su tumba”.

Cynthia Viteri reaccionó: “Al expresidente Sixto Durán Ballén, que nos unió ante la guerra con ‘Ni un paso atrás’, que Dios lo acoja. Pésame a todos los suyos”.

El hombre en la historia

De padres ecuatorianos, Durán Ballén nació en Boston, Estados Unidos. Arquitecto de profesión, al Palacio de Gobierno llegó en su tercer intento. Una de sus principales obras como alcalde de Quito fue la construcción de la avenida Mariscal Sucre, donde se destaca la presencia de tres túneles emblemáticos.

Su Gobierno estuvo marcado, además de la guerra, por fuertes medidas económicas y casos de corrupción que salpicaron a algunos de sus ministros.

Sixto Durán Ballén militó en el Partido Social Cristiano (PSC) y posteriormente fundó su propia, el partido Unión Republicana (PUR).

Durante el Gobierno de Galo Plaza Lasso tuvo una de las misiones más importantes: fue el encargado de la reconstrucción de Ambato tras el terremoto de 1949, una de las tragedias más grandes de la historia del país.

Sus estudios primarios los realizó en el colegio San José La Salle, en Guayaquil, la secundaria en el San Gabriel (Quito), y los de arquitectura en el Stevens Institute of Technology de Hoboken, en New York, en la Wisconsin University y en la Columbia University, donde el 28 de enero de 1945 obtuvo el título de arquitecto.

Su rol durante la guerra

El expresidente Jaime Roldós Aguilera envió a Sixto Durán Ballén como embajador especial en el equipo negociador ecuatoriano para la resolución del conflicto limítrofe con Perú, en Paquisha, en 1981. Esa resolución fue desfavorable para Ecuador y el equipo nacional llegó a sentir que los países garantes prácticamente pusieron ‘una pistola en su cabeza’ para firmar.

En una entrevista con La Hora, en enero del año pasado, Durán Ballén reconoció que desde entonces, ese tema le quedó “entre ceja y ceja”. Por eso lideró la ofensiva ecuatoriana en 1995. También confesó que tres años y medio después de eso, cuando fue invitado a escuchar el veredicto de los países garantes sobre el conflicto limítrofe, salió llorando de la sala porque le daban la razón a Perú.

El dato

El prestigio que ganó Durán Ballén durante la guerra se vio afectado por las denuncias de corrupción, que terminaron con su vicepresidente, Alberto Dahik, cesado por el Congreso.

Cifra

26 años, han pasado desde la guerra del Cenepa. (La Hora)