jueves, 22 de agosto de 2013

agosto 22, 2013
BUENOS AIRES, Argentina, 22 de agosto.- "Diga, quién habla? "Soy el papa Francisco, démonos del Tú", fue el diálogo que protagonizó con un joven estudiante de ingeniería, de 19 años, a quien todavía le resulta increíble haber hablado con el Sumo Pontífice.

Es Stefano Cabizza, estudiante en Camin, Padua, que recibió la llamada del papa argentino Jorge Mario Bergoglio quien, contó, se dirigió a él como un "amigo".

"Crees que los Apóstoles trataban de usted a Jesús? O lo llamaban Su Excelencia? Eran amigos como ahora lo somos tú y yo, y yo a los amigos acostumbro a darles del tú", narró el joven que le dijo Francisco.


Todo comenzó el 15 de agosto pasado, cuando Stefano participó junto a su familia de la misa por la Asunción de la Virgen, celebrada por el Papa en Castelgandolfo, cerca de Roma. El joven había llevado una carta con la esperanza remota de poder entregarla al Pontífice.

"Honestamente, no creía que pudiera hacerlo, pero al término de la misa pudimos dársela a uno de los veinte cardenales que dieron la comunión", contó el muchacho al Gazzettino.

Y así fue que el domingo pasado llegó la inesperada llamada de Francisco a Stefano.

Apasionado por el "calcio", su carta no hizo referencia a dramas o experiencias pasadas, sino solo a sus ganas de conocer o hablar con el Papa.

Y eso es lo que ocurrió 72 horas después. Francisco llamó dos veces a la casa del muchacho. La segunda llamada fue cerca de las 17.00 locales, luego de un primer intento que nadie respondió.

"Me pidió que le rezara mucho a San esteban (Stefano) y también que lo hiciera por él mismo. Me dio la bendición y sentí una gran fuerza dentro mío, me dieron ganas de creer en mí mismo hasta el fondo", contó el estudiante.

Esa conversación, de unos ocho minutos, hizo que ese día se transformara en "el más bello" de su vida, agregó el Cabizza, quien dijo que decidió contar su "experiencia fantástica" solo "para dar a conocer el gesto de gran humildad y acercamiento a los fieles del papa Francisco".

Para el argentino Mario Bergoglio, quien ya impuso su estilo poco protocolar y amigable, no son nuevos esos gestos que resultan extraordinarios a los "simples" fieles.

El 8 de agosto pasado realizó otra llamada excepcional. Fue a Michele Ferri, de 40 años, cuyo hermano Andrea, empresario de Pesaro, había sido asesinado durante un robo.

"Tu carta me hizo llorar", le dijo Bergoglio a Ferri, a quien también le fue pedido que diera del tú al Santo Padre, para anular distancias. (ambito.com)

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