jueves, 22 de agosto de 2013

agosto 22, 2013
ESTADOS UNIDOS, 22 de agosto.- "Las decisiones que tomé en 2010 nacieron de una preocupación por mi país y el mundo en el que vivimos. Desde los trágicos eventos del 9/11, nuestro país ha estado en guerra. Hemos estado en guerra con un enemigo que elige no encontrarse con nosotros en un campo de batalla tradicional, y debido a esto hemos tenido que modificar nuestros métodos de combatir los riesgos que se ciernen sobre nosotros y nuestro estilo de vida.


En un principio estuve de acuerdo con estos métodos y elegí ser voluntario para ayudar a defender mi país. Fue hasta que estuve en Irak y diario leía los informes secretos militares, que comencé a cuestionar la moralidad de lo que estábamos haciendo. En esta época me di cuenta de que nuestros esfuerzos por enfrentar los riesgos que el enemigo implica para nosotros, nos olvidamos de nuestra humanidad. Conscientemente elegimos devaluar la vida humana en Irak y Afganistán. Cuando nos involucramos con aquellos que percibíamos como el enemigo, a veces asesinamos a civiles inocentes. Cada vez que matamos a civiles inocentes, en vez de asumir que éramos responsables de nuestra conducta, elegimos escondernos detrás del velo de la seguridad nacional y la información clasificada, para evitar cualquier rendición de cuentas pública.

En nuestro fervor por matar al enemigo, al interior del país debatimos la definición de tortura. Mantuvimos a personas en Guantánamo durante años sin el debido proceso. Inexplicablemente nos hicimos de la vista gorda ante la tortura y las ejecuciones perpetradas por el gobierno iraquí. Y soportamos incontables otras acciones a nombre de nuestra guerra contra el terrorismo.

El patriotismo muchas veces es ensalzado cuando aquellos en el poder promueven acciones moralmente cuestionables. Cuando estos llamados de patriotismo ahogan cualquier disenso basado en la lógica, normalmente es el soldado estadunidense al que le dan la orden de llevar a cabo alguna mal concebida misión.

Con sus virtudes democráticas, nuestra nación ha tenido momentos oscuros parecidos –el Camino de Lágrimas, la decisión Dred Scott, el macartismo y los campos de internamiento japonés-estadunidenses- por mencionar algunos. Tengo confianza en que muchas de las acciones posteriores al 9/11 un día se verán a través de esta óptica.

Como Howard Zinn una vez dijo: ‘No hay una bandera lo suficientemente grande como para cubrir la vergüenza de asesinar a inocentes’.

Comprendo que mis acciones violaron la ley; lamento si mis acciones lastimaron a alguien o a Estados Unidos. Nunca fue mi intención lastimar a nadie. Sólo quería ayudar a la gente. Cuando elegí dar a conocer información clasificada, lo hice por amor a mi país y por un sentido del deber hacia otros.

Si rechaza mi solicitud de perdón, cumpliré mi condena sabiendo que a veces uno tiene que pagar un precio muy alto por vivir en una sociedad libre. Con gusto pagaré ese precio si significó que pudimos tener un país que realmente sea concebido en libertad y dedicado a la proposición de que todas las mujeres y los hombres son creados iguales". 

Bradley Manning, al Presidente Obama.

21 de agosto de 2013, tras conocer su sentencia a 35 años de carcel. (El Confidencial)

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