miércoles, 18 de noviembre de 2015

noviembre 18, 2015
LONDRES, 18 de noviembre.- Cuando el terror se convierte en un espectáculo. Es un tabloide británico el que rompe las barreras, lo que hace publicando esta noche en un video -presentado como una "exclusiva mundial"- uno de los tiroteos que en la noche del viernes pasado ensangrentaron París. Y en unos pocos fotogramas muestran también el rostro de uno de los terroristas, con un AK-47 en las manos. Indica el mismo diario, sin que se pueda darle mucho crédito, que es Salah Abdeslam, uno de los dos yihadistas más buscados en estas horas.


Las imágenes, al parecer tomadas de una cámara de circuito cerrado, terminaron quién sabe a través de qué canales y tras qué transacciones en el Daily Mail online, mostrando escenas bastante confusas. En el primer plano se ve el interior del café (cuyo nombre, indica el Mail, no se revela por "razones de seguridad") y los disparos que vienen de fuera. Evidentes la sorpresa, el miedo y el horror de las personas, y también las reacciones instintivas que les permiten escapar de los disparos y algún gesto inmediato de solidaridad y ayuda mutua.

Los disparos parecen venir en ráfagas hacia adentro del establecimiento. Una mujer se arroja al suelo en un rincón, otra persona se acuesta debajo de la barra y luego abraza a una mujer mayor, herida según el Mail -después de haberse levantado vertiginosamente de una mesita. Otras personas se dirigen a las escaleras que conducen al sótano en busca de seguridad: una mujer corriendo, un hombre, cuando se suspende el tiroteo, a un ritmo normal.

La pesadilla se puede imaginar, sobre todo entre las personas sentadas en las mesas de fuera, en la acera, que ven al atacante cara a cara. La cámara les graba desde el fondo, a través de las ventanas. Alguien se las arregla para escapar al doblar una esquina, otros se extienden sobre el suelo. Entre ellos una mujer a la que el asesino vuelve la automática: en la reconstrucción del Mail, con el tono sensacionalista de costumbre, parece que en ese momento se le atasca el Kalashnikov. El hecho es que el terrorista hace señales, la mujer se levanta y sale corriendo. Son las etapas en las que el hombre armado se muestra entero a la cámara, aunque a distancia. Y es cuando el periódico lo "reconoce" como Salah Abdeslam. Luego la fuga en un Seat negro. En el infierno de los disparos no murió nadie. Pero en otros lugares, en la sangrienta noche de París, la suerte fue menos benigna. (Repubblica)