miércoles, 18 de noviembre de 2015

noviembre 18, 2015
PARÍS, Francia, 18 de noviembre.- Los terroristas escondidos en la guarida de Saint-Denis estaban listos para cometer otros atentados, ahora conta La Défense y el aeropuerto Charles de Gaulle, para rematar la sangrienta labor del Estado Islámico (EI, IS, ISIS o Daesh)

Ni el belga Abdelhamid Abaaoud, supuesto organizador de los atentados de París, ni el francés Salah Abdeslam, coordinador de los tres grupos que actuaron el viernes, están, según fuentes oficiales, entre los detenidos en el piso de Saint-Denis. El violentísimo asalto efectuado por la policía en la madrugada del miércoles sí permitió descubrir a otro comando listo para actuar. Murieron dos presuntos terroristas y ocho personas fueron arrestadas, en circunstancias aún no del todo claras. Fueron ocho horas de terrible tensión en el centro de Saint-Denis. El ruido de las explosiones y disparos era continuo y fortísimo. Una treintena de vecinos, entre ellos varios niños, fueron atendidos por ataques de pánico.

El fiscal de la República, François Molins, dijo que la operación policial efectuada en Saint Denis-había sido "terriblemente violenta y difícil". Para corroborar sus palabras ofreció un dato: los 110 agentes que participaron en el asalto dispararon más de 5,000 balas, además de un número aún no determinado de granadas y proyectiles explosivos. Las personas sitiadas en la vivienda, de identidad por el momento desconocida, dispararon a su vez cientos de balas y se defendieron de forma encarnizada.

El Washington Post da por muerto a  Abdelhamid Abaaoud, pero el Fiscal de Francia lo niega.

La pista de la vivienda de Saint-Denis, en el tercer piso del número 8 de la calle Corbillon, surgió gracias a un soplo recibido el lunes. El fiscal no reveló de quién ni de qué ámbito procedía la información. La policía realizó comprobaciones y decidió que se trataba de una buena pista. De hecho, esperaba encontrar al cerebro Abdelhamid Abaaoud, al que hasta ese momento se suponía en Siria. El asalto se planificó con cuidado y comenzó a las 4.27 del miércoles con una explosión en la puerta del domicilio. "La puerta estaba bien blindada y resistió", comentó el fiscal. Eso impidió sorprender al comando. El tiroteo duró casi una hora.

Mientras los ocupantes de la vivienda intentaban repeler el ataque, fue asaltado otro piso de la misma localidad. Pertenecía a la persona que proporcionó la casa de la calle Corbillon al grupo de yihadistas. El piso estaba vacío, pero la persona en cuestión fue detenida en la calle. También fueron detenidos, a las 4.45 y también en una calle cercana a Corbillon, otros tres hombres, uno de ellos herido de bala en un brazo.

Cuando finalmente la policía logró penetrar en la vivienda, ésta estaba parcialmente destruida. Se halló un cadáver despedazado, posiblemente, según la policía, por el estallido de un chaleco o un cinturón explosivo. Era una mujer. Se especula con la posibilidad de que fuera una prima del belga Abaaoud. Otro cadáver, de un hombre, sufría grandes mutilaciones a causa de la explosión de una granada lanzada por la policía. El diario 'The Washington Post' consideraba, en una información basada en "fuentes oficiales europeas", que el cadáver podía pertenecer a Abdelhamid Abaaoud. El techo se había hundido parcialmente. Ocultos tras los escombros había dos hombres con heridas leves, que fueron detenidos.

El fiscal de la República aseguró que ni él mismo conocía aún con certeza las identidades de los muertos y los detenidos. Explicó que el trabajo de los forenses, encargados de tomar pistas para lograr las identificaciones, tenía que realizarse de forma muy lenta y precaria debido al peligro de derrumbe del edificio. Junto a ellos trabajaba una brigada para apuntalar paredes y techos.

Aunque el fiscal prefirió no especular, fuentes policiales citadas por medios franceses indicaron que el comando de Saint Denis, que no participó en los ataques del viernes pero estaba vinculado a sus ejecutores, podía tener previsto atentar contra el principal aeropuerto de París, el Charles de Gaulle, y contra La Défense, el gran barrio de negocios de la capital. "Estaban listos para actuar de forma inminente", dijo el fiscal. Disponían para ello de abundante armamento. La sospecha de ataques contra el aeropuerto y el barrio financiero se basan en la información que contenía un teléfono móvil, hallado en un cubo de basura junto a la sala Bataclan y perteneciente a uno de los terroristas que se suicidaron tras la matanza en la sala de fiestas.

El fiscal François Molins confirmó que en los atentados del viernes participaron nueve terroristas, no ocho, como se creyó en principio. A bordo del Seat León que ametralló diversos bares y restaurantes del Distrito 10 parisino viajaban tres personas. Una era Brahim Abdeslam, muerto tras los ataques a causa de la detonación de su cinturón explosivo. No se sabe quiénes eran los otros dos hombres. Tampoco se conoce la identidad de uno de los suicidas del Estadio de Francia. Salah Abdeslam, hermano de Brahim, huyó a Bélgica a primeras horas del sábado en un Volkswagen Golf: se le pidieron los papeles en la localidad fronteriza de Cambray, pero en ese momento no estaba aún en busca y captura. Sí han sido detenidas las dos personas, de nacionalidad belga, que el mismo viernes por la noche fueron a buscarle a París para sacarlo de Francia. (Enric González / El Mundo)