miércoles, 18 de noviembre de 2015

noviembre 18, 2015
Pedro Echeverría V.

1. Los “peñanuños” y sus compinches de la clase dominante, a partir de lo que les conviene y beneficia, elaboran leyes y las mandan aprobar por sus mercenarios, los legisladores. Es raro que no hayan hecho una ley que diga: “Todos aquellos inconformes que protesten contra el gobierno –‘los violadores de la ley’- serán fusilados”. La realidad es que pensé que los gobiernos del PAN –partido de derecha fundado en 1939 por nazis en México- era más brutalmente represivo y asesino que el PRI de Centro-derecha; pero el “nuevo” PRI de Peña Nieto, me está enseñando que éste enloqueció por los mil problemas en que se ha enredado.

2. Peña Nieto y su gobierno están desesperados por el desplome del precio del petróleo, la fuga del famosísimo Chapo Guzmán, el desastre en que vive el país por el desempleo y miserables salarios, el fortalecimiento del narcotráfico, el crecimiento inusitado de las protestas contra el gobierno, las batallas diarias de la CNTE y de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos, muertes y asesinatos que se acercan a 50 mil, despertar en la lucha de estudiantes de la UACM en huelga), la UNAM , del Poli y Colegio de Bachilleres. A todos ellos buscan someterlos con leyes y legalidades para justificar represión y encarcelamiento.

3. Los peñanuños se pasan el tiempo invocando a “la ley” que han hecho aprobar en sus “reformas estructurales”. El 99.9 de la población mexicana no sabe de leyes ni nunca se ha interesado por ellas. La única “ley” que pide es que la dejen vivir en paz con el producto de su trabajo; la única “ley” que conoce es respetar a los demás para que a él lo respeten y que para defender sus derechos y dignidad debe agruparse con los demás. Esto reconfirma que el pueblo no necesita leyes y que basta con el respeto a los seres humanos para tener paz. Pero las leyes sólo sirven para dominar, para garantizar el poder de unos cuantos.

4. “Las leyes –dice el pueblo- me las paso por el arco del triunfo”; no sé que tiene que ver el monumento parisino con este dicho popular, pero el significado es que “nos valen un carajo” porque nunca se les consultó y sólo fueron creadas por un puñado de clase rica para dominar al 95 por ciento de la población. ¿Qué son las leyes hechas y construidas por los capitalistas sino amenazas brutalmente represivas contra la población para que ésta no se subleve contra la clase dominante? En vez de enseñar al pueblo a autogobernarse haciéndole conciencia en que es un ser social que vive en comunidad, se le impone leyes obligatorias para someterlo.

5. Siempre he pensado que los gobiernos son idiotas al servicio del capital; pero los idiotas somos nosotros cuando permitimos que nos sigan imponiendo sus leyes recién elaboradas y sin ningún tipo de análisis y discusión. En México la revolución burguesa produjo una constitución, también burguesa, en 1917 cuyo objetivo esencial fue el “respeto a la propiedad privada” de las tierras, los bosques, las fábricas y la plena libertad para comerciar y explotar a los trabajadores. Algunos artículos como el 3, el 27 y el 123 –se dice- hablan bien de los trabajadores, pero son condicionales porque señalan que “siempre y cuando se cumpla”… de acuerdo a la decisión de la autoridad.

6. Por ejemplo la ley impide que los campesinos luchen por tierras y división de latifundios con el argumento de que “no hay tierras que repartir”; el derecho de huelga es un derecho obrero “siempre y cuando los factores de la producción no se alteren”. La ley habla del derecho de manifestación, pero “siempre y cuando no se perjudique a terceros” o de la libertad de prensa, “siempre y cuando no se ataque al gobierno y el capitalismo”. Hoy el funesto secretario de Educación –como en Gobernación- dice que sólo “dialogará” con los que acepten de entrada todas sus condiciones y que “el profesor que no acepte la ‘evaluación’ será despedido del trabajo”.

7. En una sociedad justa, igualitaria, habrán muy poquitas leyes o ninguna. No habrá nada y a nadie que reprimir ni encarcelar. Hoy, a pesar de la dominación del capitalismo y la competencia por tener y acumular cada vez más, en las comunidades pequeñas con se hacen caso a las leyes ni las conocen. La gente es mucho más generosa, solidaria e igualitaria. Mientras más grande es la población más leyes injustas se imponen por la clase dominante. Yo durante 42 años como profesor sólo sabía que debía cumplir con mi trabajo en las clases y la investigación. Donde me las aplicaron fue en la lucha social contra el capitalismo; pero así es esto de la ley mierda en boca de la clase dominante. (18/XI/15)