miércoles, 18 de noviembre de 2015

noviembre 18, 2015
AGUASCALIENTES, México, 18 de noviembre.- La dramaturga Conchi León y el grupo Sa’as Tún conmovieron con su talento escénico al público de Aguascalientes con la obra "Del manantial del corazón", en la cual muestran el significado más profundo de los ritos ancestrales del pueblo maya sobre la maternidad. 


En la Caja Negra de la Universidad de las Artes de esta entidad, un amplio complejo que ocupa el terreno de lo que antaño fue la estación y los talleres de Ferrocarriles Nacionales de México, la también actriz y la compañía ofrecieron dos funciones cargadas de cargadas de risa, llanto y mucha expectación entre el público que asistió a la puesta en escena, en el marco de la edición 36 de la Muestra Nacional de Teatro. 

Durante aproximadamente hora y media, demostraron cuán ligados estamos los yucatecos a nuestras raíces mayas y mediante el arte dramático representaron una realidad recreada a través de la ficción, con una escenografía circular e iluminación en claroscuros que narraron cómo las mujeres mayas asumen la maternidad, la vida reproductiva y la muerte.

En seis actos, Conchi León, Andrea Herrera, Addy Téyer y la pequeña Esperanza desarrollaron historias sobre la vida y el fallecimiento de los niños en la tierra del Mayab, resultado de una investigación de campo de la directora, recabada a través de testimonios en comunidades de Yucatán, donde los rituales conservan su valor identitario.

La también dramaturga sabe del poder de las palabras y de los diversos significados que el espectador puede darle a su propuesta escénica. Así, fue desencadenando episodios dolorosos y reales de la dura estadística de las consecuencias de la agresión intrafamiliar y la maternidad, para honrar la memoria de los infantes que han perecido en situaciones de violencia o en causas aún desconocidas.

Pero no todo es desgracia. La característica principal de la dramaturgia de Conchi León, su capacidad para tocar el corazón a través del llanto y la euforia de la risa, se hizo presente en la primera parte de la obra, que arrancó sonoras carcajadas de un público, que si bien desconocía los significados de la lengua maya, entendió a la perfección que la risa es un idioma universal.

Uno de los momentos cumbre de la función llegó cuando, ataviada con un hermoso terno rojo con motivos de hilo contado, invitó a los asistentes a ser parte del tradicional hetzmek (bautizo maya). De repente, se recreó el ritual y la ofrenda de vida más significativa de la tradición, que hizo sentir que Yucatán cabe en todo el mundo.

De esta forma, entre flores, dulces de cacahuate, pepita y el olor del copal, los asistentes bautizaron a Lúa, una bebé que montada sobre la cadera de su madre, recibió las bendiciones de la tierra de los mayas. El público, atento y asombrado participó en esa interacción, formato predilecto de la actriz en sus montajes.

Al final, la intensidad de las palabras convirtieron los diálogos en poéticas reflexiones sobre la vida y la muerte. Fue imposible contener el llanto y el foro se convirtió en un manantial del corazón, porque en tiempos de violencia, se expresó, enviar mensajes de bondad y amor a los niños es un regalo de esperanza, y en esta vida hay que aprender a amar la esperanza.

Llegó la lluvia de aplausos. El público de pie con las emociones a flor de piel y las actrices complacidas de lograr poner en el corazón de todos un pedacito de Yucatán.

"Del manantial del corazón", escrita y dirigida por Conchi León, es una coproducción de la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta) que actualmente se exhibe como parte de la 21 temporada de Teatro Escolar en Yucatán. (Boletín)