miércoles, 18 de noviembre de 2015

noviembre 18, 2015
MÉRIDA, Yucatán, 18 de noviembre.- La mayoría de los padres de familia del Instituto Patria están del lado del personal administrativo de la escuela y lamentan que la Arquidiócesis de Yucatán pretenda manipular a la opinión pública comprando a ciertos medios informativos para manchar su imagen en la disputa por la propiedad de los terrenos donde se encuentran sus instalaciones, con un valor aproximado de 200 millones de pesos.


Nuestra fuente comentó que la escuela contaba con la presencia de 5 sacerdotes, uno para cada nivel educativo, aparte del padre Álvaro García y las religiosas, quienes brindaban formación espiritual a los alumnos.

Ante el reciente deslinde de la Arquidiócesis por sus diferencias con los dueños del colegio, los padres de familia se dieron cuenta de que esta presencia se debía a que la Iglesia se sentía dueña del plantel educativo y no a un interés legítimo por sus alumnos, nos comentan.

A raíz de la polémica decisión del nuevo arzobispo, Gustavo Rodríguez Vega, de prohibir al clero poner un pie en el Instituto Patria y hacer pública la situación sin un intento real por darle una solución internamente, las clases de catecismo que se daban los lunes han sido canceladas, dejando a los padres de familia con el problema de cómo explicar a sus hijos que su formación espiritual es menos importante que unos terrenos.

"¿No que la Iglesia es una madre que une y acepta?", lamentó nuestra fuente.

Adicionalmente, comentó que los problemas de dinero que enfrenta la escuela se deben en gran medida a las becas y apoyos que se otorgan a numerosos alumnos para permitirles continuar con sus estudios, aminorando la carga económica para los padres de familia.

Esta ayuda, remarcó, no es de la Iglesia sino de la misma administración de la escuela.

El aviso del deslinde, comentó, se leyó en plena misa, en las iglesias que frecuentan las familias del Instituto, pocos días antes de que venciera el plazo para pagar la colegiatura, dando pie a que varios padres y madres de familia se preocuparan y preguntaran si cerraría la escuela, aumentando así la presión sobre los administrativos.

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(JMRM)