martes, 29 de noviembre de 2016

noviembre 29, 2016
Mayra Pardillo Gómez / Prensa Latina
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29-XI-16

El rebozo es una prenda de vestir femenina usada en México, de una sola pieza, confeccionada en algodón, lana o seda, cuyo objetivo es protegerse del frío, el sol o cubrirse el rostro, aunque se puede emplear como bufanda. Es uno de los símbolos de la identidad mexicana.

Antiguamente era muy extendido su uso por las mujeres para cargar a sus espaldas a los bebés, y todavía es posible ver, incluso en las ciudades, a quienes lo utilizan de este modo o para llevar productos al mercado.

Su precio oscila desde los muy económicos hasta aquellos que tienen un alto valor monetario, debido a la complejidad de su tejido y al material para su confección.

De acuerdo con diversos textos, los indígenas mexicanos los usaban antes del arribo de los conquistadores españoles a estas tierras, aunque la palabra rebozo aparece por primera vez en la lengua hispana en 1562. Se fabrica en todo el país, pero los del estado de México, Michoacán, Oaxaca, Querétaro y San Luis Potosí, son muy apreciados.


En Santa María del Río, en el estado de San Luis Potosí, se produce el rebozo caramelo, considerado el más caro de todos. Es llamado así porque lleva siete colores distintos.

En el estado de México todos los años se realiza la tradicional Feria del Rebozo durante el mes de septiembre, en la cual los galardonados a nivel nacional se reúnen en el centro del municipio Tenancingo de Degollado.

Las artes ensalzan al rebozo

Como una prenda distintiva mexicana, ha sido ensalzado en las artes, así como objeto de canciones y poemas.

La destacada pintora Frida Kahlo (1907-1954) con frecuencia dibujaba autorretratos vistiendo rebozos, mientras la actriz María Félix también los usaba.

Al igual que otras prendas, tiene símbolos como el color y el entretejido de hilos que identifican el origen de acuerdo con la comunidad que los confecciona y utiliza. La seda es la más fina y suave de las telas usadas.

Asimismo, es empleado a menudo como parte del traje típico de los bailes mexicanos tradicionales.

Se les nombra reboceras a quienes realizan esta labor artesanal. Existe una famosa canción, de autor desconocido, titulada La llorona, que resalta el valor de esta prenda de vestir, y que reza en una de sus partes: “Tápame con tu rebozo, llorona, porque me muero de frío”.

Muchos artistas la cantaron, pero la mayoría coincide en que su mejor intérprete era Chavela Vargas, mientras que otro tema musical, La del rebozo blanco, interpretada por Miguel Aceves Mejía, también hace honor a esta pieza.

Entran en acción los telares

Estas prendas son elaboradas mediante procesos distintos entre los que destaca el telar de cintura. El diseño tradicional está presente, pero también los visitantes encontrarán diseños contemporáneos.

La séptima edición de la feria artesanal Tápame con tu rebozo, una prenda típica desde épocas precolombinas, se efectuó del 14 al 18 de septiembre en el Museo Nacional de Culturas Populares, en la Ciudad de México.

Según los entendidos su etapa de mayor auge fue durante la Revolución mexicana, cuando el rebozo se usaba para cargar armas, curar heridos y hasta de mortaja, para enterrar a los muertos.

No tiene un sitio fijo donde portarlo, aseguran, ya sea en la cabeza, pecho, espalda, cadera o cuello, ni tampoco conoce de clases sociales.

Un proceso manual que puede tardar entre tres semanas y hasta un año, cuando se trata de un rebozo de puntas y en el que también cuenta el teñido (con tintes naturales) y quizás la seda con flores y plumas en el rapacejo o flecos.

El rebozo es sin dudas una tradición que continúa y no morirá mientras exista un artesano que reconozca en él una pieza de vestir, la cual identifica a su país y en particular a la mujer, como lo pudiera ser entre las bebidas el tequila. En suma, el colorido y belleza de estos textiles es indiscutible, como lo es su simbolismo.