miércoles, 13 de mayo de 2015

mayo 13, 2015
Historias de reportero | Carlos Loret de Mola Álvarez

Superados los oscuros años en los que las dictaduras militares eran el sello predominante de la región, hoy los escándalos de corrupción son casi norma en América Latina.

En Guatemala, renunció hace unos días la vicepresidenta Roxana Baldetti para enfrentar un proceso por corrupción y encubrimiento de una red de negocios ilegales enquistada en la administración del presidente Otto Pérez Molina.

En Belice, John McAfee, célebre empresario informático escocés-estadounidense, fue acusado del asesinato de su vecino. Él acusa que es un perseguido político porque denunció que el gobierno de ese país, encabezado por el primer ministro Dean Barrow, se robó los 80 millones de dólares que él entregó para contribuir al desarrollo nacional.


En Brasil, la presidencia de Dilma Rousseff ha quedado marcada por los casos de corrupción, en particular en la empresa petrolera estatal Petrobras. La azotan las manifestaciones multitudinarias por los malos manejos de altos funcionarios en ese caso y por el dispendio que ha significado la organización del Mundial de futbol en 2014 y los próximos Juegos Olímpicos de 2016, proyectos heredados de su mentor y predecesor Inázio Lula da Silva, quien ahora es también investigado por la fiscalía por su presunta participación ilegal a favor del gigante de la construcción Odebrecht.

En Chile, la presidenta Michelle Bachelet vive la peor crisis política en su segundo mandato a raíz de la investigación sobre el millonario negocio inmobiliario que hizo su hijo Sebastián Dávalos con uso de información privilegiada y tráfico de influencias. Además, las poderosas empresas Penta y Soquimich son investigadas por financiar de manera ilegal campañas políticas de allegados a la mandataria.

En Argentina, Cristina Fernández viuda de Kirchner batalla bajo la sombra de estar detrás de la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien en vida la acusó de encubrir a los terroristas iraníes que mataron a 85 personas en la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina en 1994, pero también con el caso de los negocios del empresario Lázaro Báez, de Austral Construcciones, acusado de haber sido prestanombres de su fallecido esposo Néstor Kirchner durante diez años, lo que le habría permitido obtener multimillonarios contratos públicos.

En Perú, el presidente Ollanta Humala enfrenta la investigación que realiza la fiscalía nacional a su esposa, Nadine Heredia, presuntamente involucrada, junto con su hermano Ilán, en un esquema de lavado de dinero con el empresario Martín Belaunde, preso en Bolivia, acusado de financiar ilegalmente la campaña ollantista.

Por no citar el salvaje repunte de la violencia las últimas semanas en El Salvador, la crisis político-económica del autoritarismo de Nicolás Maduro en Venezuela, las acusaciones de censura contra el presidente de Ecuador y los atroces señalamientos que impactan hasta la vida personal del mandatario de Nicaragua.

SACIAMORBOS. Ora sí que como dicen en las marchas: ¡No es-tán so-los! ¡No es- tán so-los!

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