miércoles, 26 de agosto de 2015

agosto 26, 2015
Carlos Loret de Mola Álvarez

Qué iba a imaginar la súper estrella de Hollywood Sandra Bullock que estaba dando miles de dólares al narco mexicano.

Su foto aparece entre los huéspedes distinguidos de El Hotelito Desconocido, un exclusivo hotel boutique ecoturístico en Tomatlán, Jalisco, adquirido desde el año 2007 por el cártel Nueva Generación.

El lugar es un paraíso aislado, con habitaciones que son palafitos donde convergen una laguna y el océano Pacífico: para llegar del restaurante a un cuarto, que se cotizaba en más de mil dólares la noche, hay que navegar en un cayuco en el que rema un empleado del lugar.

La señal de celular es exigua y esa desconexión del ajetreo cotidiano es atractivo central. Lo era también para Abigail González Valencia alias El Cuini, cerebro financiero de Nueva Generación, arrestado en febrero por las autoridades mexicanas muy cerca de ahí, en Puerto Vallarta. Fue el capo que ofreció 50 millones de pesos a sus captores con tal de que no difundieran su imagen en televisión (ver esta columna del 31 de marzo de este año).


Según funcionarios del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, esta organización criminal usaba El Hotelito Desconocido como centro de reunión y mecanismo de lavado de dinero. Por eso el miércoles pasado lo colocaron en la “lista negra” de empresas que ayudan al blanqueo de narcobilletes y al poco rato la PGR lo incautó.

El expediente del caso revela que el dueño original y creador del concepto de El Hotelito Desconocido, el diseñador de modas italiano Marcello Murzilli, enfrentó muchos problemas para realizar ampliaciones y remodelaciones. Lo terminó vendiendo y los nuevos dueños no tuvieron obstáculos para modernizarlo y hasta desarrollar un proyecto inmobiliario de 25 lujosas villas en una zona protegida bajo el nombre de Arenas de Loreto. Eso despertó sospechas.

La administración Obama interceptó las llamadas telefónicas de Abigail González Valencia, quien es cuñado de Nemesio Oseguera El Mencho, preguntándole a su asistente sobre sus negocios: “¿cómo está mi hotel?”.

La asistente, también en la lista de personas vetadas por el Tesoro, se llama Diana María Sánchez Carlón y está acusada de ser una especie de gerente del cártel.

Según los funcionarios de la Oficina de Control de Activos en el Extranjero (Foreign Assets Control), Sánchez Carlón entró a la organización por ser una de las mejores amigas de Jeniffer Beaney Camacho Casares, esposa de Abigail, igualmente boletinada.

La investigación denuncia que al frente de El Hotelito Desconocido fue puesta Wendy Dalaithy Amaral Arévalo, treintañera casada con Gerardo González Valencia, hermano de Abigail. Ella figura vinculada a dos empresas de la lista, W&G Arquitectos y HD Collection, que tienen como activo y marca registrada al hotelito.

Los 19 “hermanos Cuinis” González Valencia se ostentan como exitosos empresarios. Y su costumbre, dicen las fuentes, es que la familia lleva mano en el negocio.

SACIAMORBOS

Ricardo Anaya es Gustavo Madero. Marko Cortés es Gustavo Madero. Santiago Creel está ahí al ladito y Madero quiere hasta la Comisión de Grupos Vulnerables, que siempre da buena imagen, sobre todo si se piensa en el 2018.