miércoles, 23 de abril de 2014

abril 23, 2014
Carlos Loret de Mola Álvarez | 23-IV-14

Justo a un costado de la embajada de Estados Unidos en México, sobre el emblemático Paseo de la Reforma del Distrito Federal, está el hotel María Isabel Sheraton, uno de los más tradicionales y mejor ubicados de la capital del país.

El 18 de marzo de 2009, en ese hotel, dos funcionarios de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) se reunieron con Jesús Vicente Zambada Niebla, alias El Vicentillo, presunto directivo del cártel de Sinaloa e hijo de Ismael El Mayo Zambada, máximo líder de esa organización criminal y hoy el capo número uno en la lista de los más buscados tras el arresto de su compadre Joaquín El Chapo Guzmán Loera.


La reunión, según me revelan fuentes bien informadas y de acuerdo a lo que consta en la declaración del joven capo de la droga, sucedió por intermediación del abogado Humberto Loya Castro, quien lleva la representación legal de El Vicentillo y quien, según tal documento, daba a Estados Unidos “pitazos” sobre cargamentos para incautar, como uno muy valioso en el puerto de Manzanillo (23 toneladas de cocaína en noviembre de 2007). Los agentes de la DEA que asistieron se llamarían Manny Castanon y David Herrod.


El gobierno mexicano, entonces encabezado por Felipe Calderón, realizó un operativo conjunto de la Procuraduría General de la República y el Ejército, y horas después de esa reunión capturaron a El Vicentillo.

En sus primeras declaraciones Zambada Niebla pidió que lo liberaran argumentando que había pactado con la DEA minutos antes. Informalmente, la DEA confirmó a las autoridades mexicanas el encuentro, pero públicamente nunca lo aceptó. A través de la embajada, los agentes estadounidenses buscaron hablar con el detenido, quien desde el penal de máxima seguridad de El Altiplano repetía a quien lo quisiera escuchar de su arreglo con las autoridades del vecino del norte. Once meses después, ya en 2010, lograron llevárselo extraditado.

En las diligencias preliminares en Chicago, Illinois, Vicente Zambada presumió de nuevo su pacto con la DEA para proporcionarle información de sus rivales en el mundo del narcotráfico a cambio de inmunidad.

El pasado jueves 10 de abril ya de este 2014, cinco años después de aquella reunión en el hotel, la justicia de Estados Unidos emitió un comunicado en el que afirma que Vicente Zambada Niebla ha cooperado con ellos, que se ha declarado culpable del delito de conspiración para traficar drogas y que buscaba alcanzar una pena menor.

Según fuentes, hubo un segundo pacto entre El Vicentillo y la DEA: uno para que no se sepa del primer pacto. A cambio de eso y de que les cuente lo que sabe, reducirle la sentencia de cadena perpetua a diez años de prisión y al salir otorgarle la residencia en Estados Unidos a él y su familia.

SACIAMORBOS

En tiempos de Felipe Calderón, la DEA alentaba la versión de que el gobierno había negociado con el cártel de Sinaloa.