miércoles, 23 de abril de 2014

abril 23, 2014
SAN JOSÉ, 23 de abril.-  "Voy a pedirle al papa Francisco que venga a Costa Rica". Esa es el mensaje que la tica Floribeth Mora tiene preparado para su encuentro con el pontífice el próximo 27 de abril, el mismo día en que Juan Pablo II será declarado santo, en el Vaticano.

Abierta a responder todas las consultas, Mora ofreció la mañana de ayer martes una conferencia de prensa antes de viajar por la tarde a Madrid, España, donde tomaría otro vuelo que la llevará a Roma, Italia.


Floribeth Mora, vecina de La Unión, llevará una reliquia de Juan Pablo II en la ceremonia de canonización, en el Vaticano. | (Mayela López)

Ella es una invitada especial del Vaticano, luego de que la Santa Sede declarara como un milagro la curación de Mora, quien había sido diagnosticada con un aneurisma cerebral (dilatación de una arteria del cerebro). La devota sostiene que se curó gracias a la intercesión de Juan Pablo II.


La costarricense comentó que se reunirá en una audiencia con el papa Francisco y, también, con Benedicto XVI.

"No tengo mayores detalles de la cita, me los darán allá -en el Vaticano-, a mi llegada", agregó la mujer, rodeada de periodistas, en la conferencia realizada en la sede Obras del Espíritu Santo, en Barrio Cristo Rey.

Floribeth Mora ofreció ayer una conferencia de prensa antes viajar al Vaticano. En la actividad estuvo acompañada por su esposo, Edwin Arce, el sacerote Sergio Valverde y el joven Juan Manuel Delgado (de izq. a der.). (John Durán)

"Tengo una agenda muy apretada, ni con 10 minutos de descanso, entre una actividad y otra, pero no importa: Todo sea por servir a Dios", dijo Mora.

La tica participará de la ceremonia de canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, este domingo 27 de abril, en la plaza de San Pedro donde se colocará el altar que presidirá el papa Francisco.

Un Milagro

Es la segunda vez que la costarricense viaja a Roma, donde estuvo durante los exámenes practicados por médicos italianos para confirmar su sanación de un aneurisma cerebral, en el 2001.

Su curación permitió al Vaticano confirmar al beato Juan Pablo II, como santo, dado que la costarricense pidió al "papa viajero" intercerder ante Jesús para su sanación, luego de que se agotaran las opciones médicas para tratarla.

"Mi misión es llevar la fe y esperanza a todos, por eso, yo doy gracias a los medios comunicación", agregó.

"Vivimos muy felices, ahora estamos un poco más despegados de los hijos, por estos viajes, pero somos un grupo familiar muy unido", agregó su esposo, Edwin Arce, quien la acompañó a la conferencia. (nacion.com)