martes, 17 de septiembre de 2013

septiembre 17, 2013
ESTADOS UNIDOS, 17 de septiembre.- El Ejército y la Guardia Nacional se esfuerzan por hallar a los 650 desaparecidos que dejaron las terribles inundaciones.

Inundaciones en Longmont (Foto de Fundamental Refounding)

Colorado está bajo el agua y el reloj juega la peor de las pasadas. La búsqueda de sobrevivientes es cada vez más urgente y desesperada. Helicópteros del Ejército y la Guardia Nacional se esfuerza por hallar con vida a los 650 desaparecidos que dejaron las terribles lluvias. Los oficiales revisan cada rincón de lugares remotos del Estado, azotado por las históricas inundaciones que causaron destrozos en 17 condados.

El panorama era totalmente desolador. Hubo reportes de 1,200 personas desaparecidas. Pero ese número se redujo hoy a la mitad luego de que las autoridades revisaran las listas y eliminaran  nombres duplicados e información incorrecta y se rescatara a cientos de personas que habían quedado atrapadas, en algunos casos desde el miércoles pasado, en pequeñas localidades montañosas inaccesibles por tierra.

A la vez, a pesar de los casi 18,000 edificios dañados y 1,500 viviendas destruidas, el número de fallecidos se mantiene en ocho, según informaron autoridades federales y locales durante una rueda de prensa en Boulder, una de las localidades más afectadas.

Al rescate los cuerpos de emergencia

En esa zona, dijeron las autoridades, quedan unas 180 personas que todavía no fueron ubicadas, aunque 19 helicópteros rescataron a unas 200 de esa misma área. La esperanza sigue en pie, de  la mano del esfuerzo de los militares involucrados en las titánicas tareas de rescate. 

Mientras tanto, casi 500 personas esperan ser rescatadas de áreas anegadas en las praderas del este de Colorado.

Representantes de varias agencias oficiales enfatizaron que no se presume que los "desaparecidos" han fallecido, sino que se trata de personas que, por falta de electricidad o servicios telefónicos, aun no han podido contactarse con familiares y amigos.

El restablecimiento parcial de teléfonos celulares entre ayer y hoy permitiría acelerar el proceso de localizar a los "desaparecidos", se entusiasmaron las autoridades.

Las inundaciones, sin precedentes en Colorado, comenzaron el 11 de septiembre con una torrencial lluvia que continuó hasta este lunes. Durante ese periodo, la precipitación superó al promedio de agua que Colorado recibe en todo un año.

La enorme cantidad de agua erosionó decenas de millas de carreteras y vías ferroviarias y averió o destrozó numerosos puentes y diques, especialmente en el norte del Estado.

Según el gobernador de Colorado, John Hicknlooper, se tardará de dos a tres semanas para completar una evaluación adecuada de los daños causados por la inundación.

El agua también causó una acumulación nunca antes vista de escombros, desde rocas y árboles, hasta automóviles, vagones ferroviarios y partes de casas.

Las autoridades del condado de Boulder (al noroeste de Denver) comenzaron hoy la retirada de los escombros, en una operación que se realizará "durante las 24 horas del día" hasta que concluya.

A pesar del buen tiempo en la mayoría del Estado, la alerta de inundación aun sigue vigente para el noreste de Colorado, cerca del límite con Nebraska, donde se espera para hoy la crecida máxima de los ríos que atraviesan esa zona.

No paran las lluvias

Otra ciudad severamente afecta por las inundaciones fue Evans, en el norte de Colorado, donde el agua destruyó o dañó 260 hogares y casas móviles en un área con mayoría de residentes hispanos. Además del agua, enfrentan la posibilidad de que escapes de petróleo de los numerosos pozos petroleros locales hayan contaminado sus pertenencias y terrenos.

Esta mañana, Mike King, director ejecutivo del Departamento de Recursos Naturales de Colorado, confirmó que miles de pozos de petróleo habían sido afectados por las inundaciones y que una gran cantidad de esos pozos sigue bajo del agua.

Según King, todavía no se ha podido determinar si la contaminación realmente ha ocurrido, pero, dijo, la situación podría empeorar si el petróleo llegara a mezclarse con pesticidas y otros contaminantes acarreados por la corriente.

El funcionario aseguró que se han tomado las precauciones necesarias para evitar la contaminación, pero que llevará tiempo revisar los 22,000 pozos petroleros activos en el norte de Colorado.

Por su parte, la Agencia Federal de Emergencias (FEMA) anunció que ya recibió más de 6,400 pedidos de ayuda por parte de víctimas de las inundaciones, y que ya aprobó unos 430,000 dólares que se destinaran mayormente a pagar el alquiler de viviendas para quienes perdieron sus hogares. (EFE)

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