jueves, 8 de febrero de 2018

febrero 08, 2018
Pedro Echeverría

El movimiento llega a su fin

El 18 de febrero se hizo pública la noticia del asesinato y el movimiento estudiantil se convirtió en popular. Todos los sectores colaboraban; unos con dinero, otros regalando comida, papel, etc. Jugó un papel destacado el presidente de la FEU: Fidel Rodríguez; también el de la FEY: Carlos Briseño.

El 20 se realizó el sepelio popular con la participación de 15 mil personas. Suena la banda de guerra de la UAdY y participan decenas de autobuses. Se declara un boicot al carnaval y es en ese día cuando comienzan a actuar los grupos paramilitares llamados "los Xkáues" que no fueron más que bandas de golpeadores dotados de armas de fuego, garrotes, aparatos de radio.

El 14 de marzo, después de un mes de huelga, coincidiendo con una manifestación silenciosa de más de mil personas, el gobernador informó que los responsables del asesinato y quienes "traicionaron su confianza" fueron el director de seguridad pública José Felipe Gamboa Gamboa, el subdirector Carlos Manuel Chan y 5 de sus subalternos.

Las demandas del movimiento giraban en torno al esclarecimiento del crimen y el castigo a los culpables, pero surgieron otras como reivindicación popular: contra la carestía de vida, mejores condiciones de trabajo, mayores salarios, sindicalización, mayores créditos, mejoramiento de los servicios públicos, agua potable, etc. En torno a estas demandas surgieron los comités de lucha.

Durante estos meses se forman numerosos grupos de obreros que se vincularon al Frente Sindical. Se hizo contacto con trabajadores de las desfibradoras, panaderos, voceadores, obreros del plástico, trabajadores de la Junta del Agua Potable de Yucatán, enfermeras del Hospital Horán, venteras del mercado. Se organizaron 22 comités de barrio en suburbios y colonias de Mérida en los que predominan mujeres, así como comités de defensa popular, comités ejidales, incluso cooperativas.

El grupo cerverista, descontento con Loret, había apoyado siempre la consigna de forzar la renuncia del gobernador. Se definen tres posiciones: 1. mantener la huelga sin otro objetivo que la caída del gobernador; 2. desenmascarar a los intelectuales de asesinato; y 3. un regreso organizado a clases para consolidar los avances. Ganó esta última posición. El 15 de abril, 60 días después de iniciada la huelga, se realizó un acto de masas en el campo deportivo de la universidad donde se dio por terminado el paro, posteriormente se trasladó la gente a la plaza donde se realizó un mitin.

Loret y la prensa yucateca

a) Carta ilustrativa del director del Diario del Sureste

Según Antonio Betancourt, director del Diario del Sureste durante el gobierno de Loret, el gobernador propuso el cierre definitivo de ese periódico oficial en el último año de su sexenio. Para evitarlo, Betancourt elaboró una carta dirigida a Loret de Mola en marzo de 1975 en la que manifestó su posición frente a los tres periódicos entonces existentes. Por la importancia de esta misiva he decidido publicarla íntegramente con el fin de que el lector elabore sus juicios acerca del gobernador y de las tres publicaciones diarias.

Dice: El "Diario del Sureste" es la única trinchera periodística revolucionaria que existe en Yucatán. Es el único periódico que en nuestro estado populariza con amplitud, defiende y comenta positivamente, la política progresista del Sr. presidente de la república y del régimen en general. Una simple hojeada de los periódicos "Novedades de Yucatán" y "Diario de Yucatán", correspondiente al último mes, convencerá a cualquiera de que ambas publicaciones hacen una campaña en contra de las más positivas realizaciones del gobierno nacional. Esta actitud no es nueva ni circunstancial.

Recordemos cómo los Menéndez (del Diario de Yucatán) combatieron a Madero y a Pino Suárez y defendieron a Victoriano Huerta; atacaron a Carranza y al ejército constitucionalista; injuriaron a Alvarado y propiciaron el clima social que hizo posible el asesinato de Carrillo Puerto; trataron de desprestigiar a Obregón y a Calles y de opusieron a la reforma agraria que al fin realizó Cárdenas. Recordamos también que, en el orden internacional, esos mismos periodistas se pronunciaron a favor de los regímenes nazifascistas de Hitler y Mussolini y de Franco y ahora de Pinochet.

Entonces, ¿puede parecer extraño que el "Diario de Yucatán" y el "Novedades de Yucatán" hagan coro en la campaña nacional que se ha desatado para combatir el nuevo impulso dado a la revolución bajo la presidencia de Luis Echeverría?. Claro está que no. El "Diario de Yucatán" representa los intereses del sector más conservador de la iglesia en esta entidad federativa; está al servicio de la ideología de los restos de los terratenientes desposeídos por Cárdenas y de la parte de los capitalistas locales vinculados con el capitalismo yanqui. A mayor abundamiento, es el órgano oficioso del Partido Acción Nacional en Yucatán (PAN).

El "Novedades de Yucatán", por su parte, además de ser una empresa lucrativa, pertenece a un grupo de financieros y especuladores yucatecos, asociados al "Novedades de México". Posee además, prácticamente, la única estación televisora local técnicamente buena, que es usada frecuentemente, para tergiversar la historia de Yucatán y, además, una estación de radio. Estos elementos le han permitido a los propietarios de "Novedades" constituirse en una enorme fuerza de presión sobre todos los sectores sociales locales, incluyendo los políticos...

Frente a la situación pálidamente descrita en Yucatán, solamente el "Diario del Sureste" gallardamente combate, sin caer en la provocación, a pesar de que sus elementos materiales son pobrísimos, en comparación con los que disponen sus enemigos... Desde que el "Diario del Sureste" surgió a la palestra periodística hace más de 43 años, hasta hoy, los Menéndez han hecho la indecible porque desaparezca: prueba de que saben cómo los contrarrestamos. Realizaron gestiones en tal sentido, prometiéndoles a cambio apoyo irrestricto ante todos los gobernantes que se han sucedido después de García Correa. Aún viven para testimoniarlo González Beytia y Mena Palomo. Ni un gobernador, ni Novelo Torres, pero ni siquiera Tomás Marentes, que en buena parte le debió el gobierno a Menéndez, se atrevieron a darle muerte a nuestro periódico...(Concluirá)

http://pedroecheverriav.wordpress.com

alterar26@gmail.com

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