miércoles, 10 de julio de 2013

julio 10, 2013
PARÍS, Francia, 9 de julio.- Es un proyecto loco, pero con el apoyo de científicos de reputación impecable. En 2045, Dmitry Itskov planea hacer vivir nuestro cerebro en un cuerpo artificial. Esta utopía ya puede verse en las imágenes de James Cameron en "Avatar", y Dmitry cree firmemente en ellas.

Itskov podría haber segido disfrutando de sus miles de millones y seguir comprando relojes en 20,000 dólares, como era su costumbre cuando era un "simple" magnate de los medios en línea. Pero en 2006, tuvo una revelación: "Voy a envejecer y morir, ¿y todo para qué? La vida no se puede reducir a esta triste ecuación." Así Itskov comenzó a reflexionar y viajar para lograr un proyecto loco: alcanzar la inmortalidad en las próximas tres décadas. En 2045.

Imagen de la película "Samsara" de Ron Fricke.

Su plan: transferir el cerebro humano en soportes cada vez más incorpóreos, primero en robots y luego descargando la conciencia en un chip de ordenador implantado en un holograma, que sería un otro yo. La idea, si hubiera germinado en el cerebro de un desconocido, nadie le prestaría mucha atención. Pero Itskov no se convirtió en multimillonario por accidente. Es inteligente y pragmático. Él sabe que el costo de la investigación para lograr el proyecto es vertiginoso.

Por eso envió una carta a los 1,125 multimillonarios de Forbes para alentarlos a financiar su sueño. Más importante aún, está rodeado por famosos científicos: George Church, genetista de Harvard; Ed Boyden, un biólogo del MIT; Hiroshi Ishiguro, líder en robótica, y Ray Kurzweil, CEO de artificial de búsqueda Google. Estos hombres realmente creen en la posibilidad de que el cerebro humano podrá operar un día sin las limitaciones del cuerpo, inevitablemente condenado a morir. "Una máquina necesita mantenimiento, no comida", explicó recientemente Itskov.

El proyecto es menos utópico de lo que parece. Los científicos ya han logrado en monos el control de un brazo robótico con el pensamiento. El ejército de EE.UU. en realidad trabaja en avatares robots bípedos que pueden evolucionar en un campo de batalla y obedecer a un soldado. El primer paso en la marcha hacia una "neo-humanidad" es 2020. ¡Menos de diez años! Pero, como dicen: "Hay una regla de oro en la ciencia: nada es imposible, siempre y cuando no desafíe las leyes de la física. "

Las etapas hacia la inmortalidad

En 2020, Itskov y sus científicos habrían logrado construir un avatar androide totalmente controlado por una interfaz cerebro-computadora. Este proceso sería un primer paso importante para las personas con discapacidad o para permitir el trabajo en ambientes peligrosos o nocivos (fugas de un reactor nuclear, por ejemplo.)

Este es el paso más difícil, ya que implica la creación de un sistema de apoyo a la vida autónoma del cerebro. Básicamente, hacer vivir a un cerebro sin el resto del cuerpo. En un segundo paso, se integraría en un avatar. Los pacientes inmóviles con un cerebro intacto recobrarían la capacidad de moverse gracias a órganos sintéticos y otros dispositivos bioelectrónicos.

Para 2035 Itskov cree ser capaz de hacer la "ingeniería inversa" del cerebro humano: descargar la conciencia en una versión sintética. La iniciativa lanzada por Obama, mapeo cerebral (BRAIN), va en esa dirección. Si uno es capaz de conocer con precisión las complejidades exactas de la función del cerebro, uno se puede imaginar su representación numérica.

Esta es el área que todavía es ciencia ficción. En 2045, el ruso cree que se podrá descargar la conciencia no solo en un chip, sino también en cuerpos de diferentes composiciones, como un holograma capaz de atravesar obstáculos físicos o un nanorobot susceptible de adoptar diferentes formas. Una visión entre "Avatar" y "Terminator 2". (Paris Match)

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