miércoles, 10 de julio de 2013

julio 10, 2013
ROMA, Italia, 10 de julio.- Oficial: "Pietro D'Amico estaba bien, no tenía la enfermedad degenerativa ni de ninguna clase." Cuando en abril pasado fue a una clínica suiza para solicitar el suicidio asistido, algo no funcionó como se suponía. La noticia fue reportada por Michele Roccisano, abogada de Tina Russo, la viuda del magistrado de Vibo Valentia.

La historia había parecido extraño desde el principio. El 11 de abril, el hombre se fue solo en coche a Basilea. No dijo nada a nadie. Tanto es así que se suponía que había sido diagnosticado de una enfermedad incurable, como habían dicho los médicos que lo guiaroin a la muerte. Un mal del que, sin embargo, los familiares y amigos no sabían nada. Así que cuando la clínica llamó a los familiares, los padres de D'Amico ya habían ido a averiguar lo que pasó.


A la luz de los exámenes post-mortem, que revelaron que D'Amico estaba sano, el abogado Roccisano argumenta que el ya difunto había ido a Suiza con certificados médicos italianos y eso podría haber sido "un error científico que llevó a consecuencias fatales". En Basilea dicen que el hombre se presentó con los informes que decían que padecía una enfermedad incurable en fase terminal.


Y de ahí que los médicos suizos y la Dr. Erika Preisig, de la asociación Eternal Spirit Lifecircle, lo hayan  ayudar en el suicidio.

Ahora, la justicia italiana determinará si los facultativos italianos son responsables de error médico, y si el error se debió a negligencia o incompetencia.

Más aún, dijo el abogado que esto no significa que los galenos suizos que luego le ayudaron en el suicidio no hubiesen tenido el deber de llevar a cabo todas las investigaciones necesarias.

También se investiga si D'Amico no falsificó documentos para hacerse pasar por enfermo.

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