viernes, 16 de febrero de 2018

febrero 16, 2018
Pedro Echeverría V.

1. La Coordinadora (la CNTE) ha sido engañada y traicionada mil un veces por propios  y extraños; es el motivo por el que no confía en nadie. Obvio que el gobierno y su Estado aplauden por ello de felicidad al mantener en el aislamiento a los más radicales luchadores sociales.  La CNTE pregunta: ¿Cómo confiar en la Gordillo que desde 1989 –al ser impuesta por el presidente Salinas como secretaria general del SNTE- nos ha madreado, encarcelado y asesinado? ¿Cómo confiar en AMLO –que si bien es el único candidato presidencial con un poco de honestidad- está haciendo alianzas sólo tratando de conseguir votos? ¿Qué esperanzas reales podemos tener en cambios verdaderos?

2. ¿Qué sucedería si con nuestro militante y combativo apoyo como CNTE AMLO logra la Presidencia? ¿Le entregará a la Gordillo nuevamente la secretaría general y la educación para que siga disponiendo de ella? O ¿Se convocará un gran congreso controlado y manipulado como otros donde la CNTE sea minoría? Se piensa que ahora el magisterio puede estar dividido en tres tercios: la CNTE, los gordillistas y los díaztorristas.  Si gana AMLO y fuerza  la realización de un congreso, la CNTE tendrá que decidir su estrategia para seis años por lo menos. Por ello pienso que debe reflexionar mucho. ¿Por qué la mayoría de los maestros guardan silencio ante la realidad?

3. La educación no es una empresa aislada del contexto político y social. El presidencialismo seguirá imponiendo todo y al parecer nuestras fuerzas de lucha en las calles han sido pequeñas para lograr cambios importantes.  La única posibilidad de defender el carácter público, gratuito y laico de la educación –saliendo a la calle y exigiendo- es con López Obrador. Si vuelve el PRI o el PAN a la Presidencia la privatización de la educación será un hecho y nuestras batallas serán reprimidas como siempre.  Parece que aquel sindicalismo aislado de la política (de acción directa) en las condiciones actuales no funciona. La política se ha colado por todos lados.

4. Otra cosa sería si contáramos con un fuerte movimiento de masas de 200 mil a 500 mil personas en las calles que hicieran temer a los gobernantes mediante bloqueos y cierres en serio; aquellas movilizaciones  que paralizan tres días por lo menos. Pero los gobernantes se burlan de nosotros porque conocen nuestra debilidad e inconstancia.  Pienso que personajes como Hernández Navarro, Gil Antón, Pérez Rocha, González Casanova, Taibo II, Aboites, López  y Rivas, etcétera, podrían ayudar como negociadores a unir, conjuntar, las batallas magisteriales alejando el sectarismo y el oportunismo. ¡Preparemos una unidad magisterial para acabar con el saqueo de gobiernos en educación!

5. Recuerdo que desde 1933 –a raíz del famoso Plan Sexenal- se comenzó a hablar en México de la educación progresista y socialista. Los gobiernos de México serían en adelante sexenales en lugar de cuatrienales por considerar que no daban tiempo para desarrollar un programa nacional. Así que Cárdenas fue el primer gobierno de seis años (1934-40). Se le califica como el gobierno que puso en práctica las “tareas pendientes de la Revolución Mexicana”. Durante esos años se habló de “educación socialista”, pero sólo fueron discursos y lenguajes que no podían cambiar una realidad económica y política. Hubo mucha demagogia, engaño, pero muchos sectores desarrollaron mucha voluntad honesta.

6. Para que a los maestros no nos sigan encarcelando y asesinando por la clase en el poder, tenemos que encontrar la forma de que la gran mayoría de profesores se convenza de la lucha para construir una educación al servicio del pueblo. Podemos seguir con mucha desconfianza para no ser víctimas de más traiciones, pero en 38 años no hemos logrado derrotar a los verdaderos enemigos; no lo lograremos si no hacemos crecer nuestra fuerza de masas. Pienso que estos meses son una magnífica coyuntura para desarrollar ideas, nuestra mente, para derrotar a la burguesía explotadora y opresora mediante ideas y prácticas que permitan sacudir a las masas en busca de su liberación. ¡Necesitamos una educación liberadora! (16/II/18)

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