jueves, 13 de julio de 2017

julio 13, 2017
Mari Tere Menéndez Monforte

Ayer miércoles en la tarde fui a ponerle crédito a mi celular en Súper Akí Centenario. Vencía el 14 según *133# y preferí adelantar y poner 30 pesos. Al checar, veo que sí me cargaron la cantidad pero que vencía el día 15.

Caminé hasta mi casa, prendí la computadora y empecé a averiguar a qué número hablar para aclaraciones. Me acosté en la hamaca con mi Alcatel. Tras tres intentos, no conseguí contactar con una persona.

El lector ya se estará riendo. Tengo 52 años y un desconocimiento absoluto de la tecnología. Sí, en gran parte se debe a mi ignorancia pero un  laberinto que ni Dédalo para conseguir hablar con un asesor.


Mi celular. Es el tercero que tengo. El primero se me perdió vaya uno a saber dónde. Elemental, baratito, sólo para llamadas. El segundo, carito, tenía muchas funciones pero sólo aprendí a usar WhatsApp. Pues también se me perdió. Por eso opté por el celular más económico. Acaba la digresión.

Me levanto de la hamaca, voy al teléfono fijo y marco el 01 800 82 32 686. Después de varios intentos, al fin una voz real me da las buenas tardes.

Oiga usted, señorita, no es posible que pague uno 30 pesos y le extiendan solamente un día el vencimiento, y cómo está eso de que tener celular me vaya a costar 900 pesos al mes. Voz iracunda. Rabieta. La Srita. Canto, quien es una excelente psicóloga, fue haciéndome preguntas, calmándome dulcemente hasta pasar a impartirme un cursillo de qué es "Amigo sin límite", controlando mis intentos de interrupción, qué es un paquete activado y por qué no debo pagar hasta después del vencimiento y que no es lo mismo el *133# que el *135*, pero que si ni con eso entiendo, pues en el *264 siempre encontraré una voz amiga que me avisará cuándo pagar.

Procedió la Srita. a realizar una operación que me amplía el vencimiento al día 19 en la noche y que el 20 vaya a pagar temprano. Me gustó lo de 150 pesos para 28 días de celular. Así, el día 20 iré a Santiago y pagaré en el Oxxo. Luego, a ver verduras y frutas en el mercado.

Santa paciencia de la asesora. Habrá durado una hora la llamada de una persona que no sabe nada y pregunta todo. Y qué capacidad para hacer un servicio al cliente. Gracias, Srita. Canto.

Aquí iba a terminar. Pero olvidé el nombre de la empleada de Carlos Slim, sólo tengo el apellido y quería identificarla para darle las gracias desde Mérida, chance y le suben el sueldo. Volví a llamar  al servicio a clientes. Cuatro intentos, veinte minutos. Me rindo. Lo dejamos en Canto.

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