jueves, 29 de junio de 2017

junio 29, 2017
ROMA, 29 de junio de 2017.- El cardenal australiano George Pell, de 76 años, ha negado este jueves de manera rotunda las acusaciones de pederastia contra su persona y ha indicado que viajará a su país para defenderse y limpiar su reputación. El papa Francisco le ha concedido una excedencia mientras dure el proceso judicial, que se inicia el próximo 18 de julio.

Pell es, desde el 2014, el prefecto de la Secretaría de Economía –un poderoso cargo que él inauguró- y forma parte, además, del consejo asesor del Pontífice, el llamado C9, integrado por nueve cardenales de todo el mundo.

A Pell lo acusan de haber abusado de menores cuando era un joven sacerdote, entre 1976 y 1980, en la ciudad de Ballarat, y más tarde, ya como arzobispo de Melbourne. Dos hombres afirman que Pell les tocó los genitales de modo inapropiado cuando eran niños. Otro asegura que el ahora cardenal se expuso desnudo ante muchachos jóvenes.

El cardenal George Pell comparece ante la prensa en el Vaticano tras la presentación de cargos (AFP)

Pell, que ha dado una rueda de prensa a las 8.30 de la mañana, ha insistido en que es víctima de “una campaña de difamación incesante” (el purpurado ha usado la muy gráfica expresión inglesa “character assassination”). “Estoy deseando poder ir finalmente a juicio –ha dicho el cardenal-. Soy inocente de estas acusaciones. Son falsas”. Pell tiene previsto volver a Roma, “con la reputación limpia”, para ocupar otra vez su puesto.

El portavoz del Vaticano, el estadounidense Greg Burke, ha confirmado que el Papa ha dado a Pell un permiso para que acuda al juicio. El Pontífice, que ha sido informado puntualmente del caso, agradece al purpurado australiano su contribución a las reformas económicas de la Santa Sede.

La noticia sobre Pell desluce lo que debía de ser un día gozoso en el Vaticano, la festividad de San Pedro y San Pablo, que coincide esta vez con la primera misa del Papa con los cinco nuevos cardenales creados ayer, entre ellos el arzobispo de Barcelona, monseñor Juan José Omella Omella.

Es muy inusual que la oficina de prensa de la Santa Sede envíe un correo electrónico a las 4.30 de la mañana, como ha sucedido hoy, para convocar a los periodistas acreditados. Obviamente, la diferencia horaria con Australia ha obligado a reaccionar a estas horas intempestivas. La Santa Sede, además, quiere dar una imagen de transparencia, de que no trata de escurrir el bulto ante situaciones desagradables como esta. En otras épocas hubiera sido impensable que un cardenal decidiera de motu propio abandonar la protección del Vaticano para someterse a juicio bajo una jurisdicción civil ajena. (Eusebio Vall / La Vanguardia)

0 comentarios:

Publicar un comentario