CIUDAD DE MÉXICO, 17 de mayo de 2017.- El investigador y pianista Karl Bellinghausen Zinser, una de las figuras más connotadas de la musicología y la enseñanza musical en México, falleció este miércoles por la tarde, a los 62 años como consecuencia de un cáncer que lo aquejó durante varios meses.
Las exequias tienen lugar en el Panteón Francés de San Joaquín, donde será cremado este jueves.
Nacido en la Ciudad de México, el 3 de octubre de 1954, Karl Bellinghausen es uno de los más importantes historiadores de la música nacional, fundamentalmente de los siglos XVIII y XIX.
Destacó asimismo por su compromiso y trabajo en la docencia, específicamente en el Conservatorio Nacional de Música, donde se desempeñó como maestro en historia de la música y de cuya dirección se encargó entre octubre de 2010 y agosto de 2012.
Miembro del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim) Carlos Chávez, institución de la que fue fundador, a él se deben el rescate y la recuperación de la obra de uno de los pilares del desarrollo del arte sonoro de nuestro país, el compositor capitalino Melesio Morales (1838-1908).
A pesar de la importancia y la calidad de este autor, considerado el más emblemático del siglo XIX, su trabajó permaneció en las sombras durante más de un siglo por cuestiones políticas, ya que el triunfo de la Revolución Mexicana rompió con casi todo lo que estuviera relacionado con el régimen porfirista.
Además de recuperar las partituras y las obras de Melesio Morales de las que sólo se sabe por referencias, además de publicar su catálogo, Karl Bellinghausen también tradujo al español su ópera Anita, cuya versión original fue escrita en italiano.
Unas de las investigaciones del musicólogo lo llevaron a descubrir que ningún otro héroe ni gobernante en México ha sido motivo de inspiración musical tan prolija como Benito Juárez. Si acaso, sólo lo supera Porfirio Díaz, aunque ello obedece al largo periodo que gobernó el país. Tras su derrocamiento y muerte, ningún compositor nacional retomó su figura, lo que hasta tiempos recientes sí ha ocurrido con el Benemérito de las Américas. (Ángel Vargas / La Jornada)
