jueves, 12 de marzo de 2015

marzo 12, 2015
Carlos Loret de Mola Álvarez

Legisladores, periodistas y medios de comunicación afines al hombre más rico, Carlos Slim, han propagado en las últimas semanas que los dos más recientes nombramientos del presidente Enrique Peña Nieto son un regalo a Televisa: Arely Gómez González como procuradora General de la República y Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Horas en radio y televisión, primeras planas, artículos de opinión, conferencias de prensa. Los Slim-media con su habitual batería de Dish-putados y Telcel-nadores.


Su acusación se basa en que Medina Mora es amigo de altos directivos de Televisa. Incapaces de documentar o siquiera mencionar un solo caso en que el hoy ministro haya protegido a la televisora, saltan a un debate que la verdad viene más al caso: sus polémicos expedientes en los relevantísimos cargos que ocupó durante los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón. Pero dejan la sombra de Televisa, al grado que al ser electo ministro, le mandan irónicas felicitaciones al presidente del consorcio: “Felicidades, señor Azcárraga” se dijo desde la tribuna.


Lo de la procuradora es todavía más singular porque la queja se basa en que Arely Gómez es hermana del vicepresidente de Noticieros Televisa, Leopoldo Gómez. Como no han podido documentar, ni siquiera mencionar, una sola ocasión en que ella haya actuado en función de él, o viceversa, pues ahí la dejan, porque ni expediente polémico tiene.

Sin embargo, las y los periodistas y los legisladores alineados a los intereses del hombre más rico del mundo no cuestionan, por ejemplo, que Eduardo Sánchez, vocero presidencial y desde hace unos días también director de Comunicación Social de Los Pinos, operador en el círculo más cercano del presidente Peña Nieto, haya sido justo antes portavoz y director jurídico de MVS Comunicaciones, empresa de la que es socio Carlos Slim. ¿No es igual, o peor, que lo de la procuradora?

Otro caso. Uno de los hijos de la muy respetada ministra de la Suprema Corte, Olga Sánchez Cordero, es notario de Grupo Carso. Él fue uno de los pocos notarios autorizados para la millonaria escrituración de cientos de locales y departamentos de la apodada Slim City en Polanco (que incluye centro comercial, torres de oficinas y departamentos, teatro, cine, museo, etcétera).

Olga Sánchez y Eduardo Sánchez no han sido vapuleados ni descalificados por estos vínculos con el ingeniero Slim. Quizá tenga que ver con que hasta ahora no se ha documentado un caso en que hayan actuado motivados por ello. Pero el rasero es diferente cuando se trata de Arely Gómez y Eduardo Medina. Para los Slim-media, Dish-putados y Telcel-nadores gana la obsesión o quizá gana el dinero.

(Trabajo en Televisa y he propuesto desde siempre que quienes podamos tener un conflicto de interés al opinar sobre estos temas lo dejemos en claro frente a nuestras audiencias)

SACIAMORBOS. ¿En serio nadie en Los Pinos pensó que ambos nombramientos iban a generar polémica por la histórica acusación Peña-Televisa? ¿En serio nadie lo previó? ¿De verdad no había nadie más para ocupar esos cargos que no levantara esta polvareda?