viernes, 21 de marzo de 2014

marzo 21, 2014
Armando "Catón" Fuentes Aguirre

El reverendo Rocko Fages, pastor de la Iglesia de la Tercera Venida (no confundir con la Iglesia de la Tercera Avenida, que permite a sus fieles el adulterio a condición de que el adúltero le proporcione luego al pastor de la iglesia el teléfono de la mujer con quien cometió el pecado), el reverendo Fages, digo, cumplía bien su trabajo de predicador, que consistía en infundir miedo a la gente para luego venderle esperanza. Aquel domingo el pastor Rocko estuvo particularmente inspirado en su sermón. Describió el infierno en manera tan horrible que comparada con su descripción la que hizo Dante del erebo quedó en calidad de cuento de Walt Disney o novelita de Corín Tellado. Concretó el predicador sus amenazas en tal modo que hizo temblar a los miembros de la congregación. Les dijo: "A usted, hermana Aracne, la aterrorizan las arañas. Pues bien: en el infierno su cuerpo estará lleno de arañas que le andarán por la piel y le tejerán sus telas en la cara hasta asfixiarla una y otra vez por toda la eternidad. A usted, hermana Claribela, los ratones le causan pánico. Le informo que en el averno los ratones se le subirán por las piernas y se le meterán en las cavidades más recónditas. Cada uno de ustedes, pecadores, tiene un miedo que lo espanta: temor a las alturas, a la oscuridad, a las serpientes. En el infierno los demonios, que saben de sus fobias, les impondrán como castigo el objeto de su temor". Desde el fondo se oyó la voz del hermano Empédocles: "Pastor: a mí me asustan mucho las botellas de licor y las mujeres encueradas". Es una pena que la Real Academia de la Lengua no haya consagrado en su fornido lexicón la palabra "chupaleta". Eso me impide señalar que la pretendida consulta popular sobre la reforma energética es una chupaleta. Chupaleta es, desde luego, una paleta que se chupa, pero es también una farsa, una pantomima. Quienes promueven tal consulta saben bien que están incurriendo en demagogia para defender caducos dogmas que el paso del tiempo y los cambios habidos en el mundo han desplazado. También saben que el resultado de una consulta así depende en buena parte de la forma en que se plantee la cuestión. Si la pregunta es: "¿Está usted dispuesto a permitir que nuestro petróleo sea entregado a los extranjeros?" la respuesta será: "No". Si se pregunta: "¿Piensa usted que México debe beneficiar a todos los mexicanos mediante el aprovechamiento integral de nuestro petróleo y los demás recursos energéticos?" la respuesta será: "Sí". El seminarista que le preguntó al superior: "¿Puedo fumar mientras estudio?" obtuvo como respuesta un "no". El que le preguntó: "¿Puedo estudiar mientras fumo?" recibió un complacido "sí". Chupaleta es la pretendida consulta popular, y también chicana para tratar de revertir lo que la modernidad hace irreversible. (Nota: la palabra "chicana" sí está en el diccionario). Otro vocablo que también registra la Academia de la Lengua, aunque calificándolo de vulgarismo, es el verbo "coger", en su acepción de realizar el acto sexual. Si la docta corporación admite el terminajo, bien puedo yo emplearlo aquí. El fiscal le preguntó al testigo: "¿Qué hacía el acusado en el momento en que usted lo vio?". Contestó lisa y llanamente el tipo: "Estaba cogiendo". Al oír semejante plebeyez el juez amonestó al individuo: "Modere su lenguaje -le advirtió-. Está usted en un alto tribunal de la justicia, y no puede usar aquí palabras malsonantes". El fiscal repitió la pregunta: "¿Qué estaba haciendo el acusado cuando lo vio usted?". "Cogía"  -respondió el interrogado. El juez dio con su martillo un fuerte golpe. "¡Corrija su vocabulario, le digo! -reprendió con severidad al sujeto-. Si vuelve usted a pronunciar esa palabra incurrirá en desacato al tribunal, y haré que lo expulsen de la sala". Por tercera vez el fiscal le preguntó: "¿Qué vio usted que hacía el acusado?". "Mire, abogado -respondió el individuo-. El hombre tenía el pantalón y lo demás en los tobillos. Estaba sobre la mujer. La ya sabe usted qué de él estaba en el ya sabe usted dónde de ella. El tipo hacía movimientos como de émbolo o pistón. Sin necesidad de que me expulsen de la sala me saldré por mi propia voluntad si eso no es estar cogiendo". FIN.