viernes, 29 de julio de 2016

julio 29, 2016
FILADELFIA, Pensilvania, 29 de julio.- La ex primera dama Hillary Clinton asumió anoche aquí de manera oficial la candidatura demócrata a la Presidencia de Estados Unidos y prometió que, de llegar a la Casa Blanca, no construirá un muro en la frontera con México.

"No construiremos un muro, en su lugar construiremos una economía en la que cualquiera pueda conseguir trabajo. Construiremos un camino a la ciudadanía para los (inmigrantes) que ya están contribuyendo a nuestra economía", prometió la exsecretaria de Estado.

En discurso de aceptación de la candidatura ante la Convención Nacional Demócrata, Clinton resaltó que será la primera vez que haya una mujer como candidata a la Presidencia y criticó la "división" que ha sembrado el Partido Republicano.

Hillary Clinton aceptó la noche del jueves 28 en Filadelfia la nominación del Partido Demócrata alertando de que las elecciones de noviembre representan “un momento decisivo” en la historia de Estados Unidos por la posibilidad de que el magnate republicano Donald Trump llegue a la Casa Blanca. La exsecretaria de Estado Clinton, primera mujer que opta a la Casa Blanca por un gran partido, prometió más empleo y salarios más altos, y se postuló como la presidenta que, en un mundo turbulento, ofrecerá un “liderazgo firme” en contraste con el temperamento de hombres como Trump, "movidos por el miedo y el orgullo". (Marc Bassets / El País / Foto AFP)

Hillary Clinton no es una gran oradora. Pero durante la primera parte de su discurso, bastantes mujeres en el Polideportivo Wells Fargo tenían lágrimas en los ojos. Eran mujeres muy diferentes: una veinteañera con la camiseta amarilla de los voluntarios sentada en las escaleras del Polideportivo; una mujer como de 60 años, de la que uno podría imaginarse que se identifica con Clinton; una afroamericana algo más joven, que, en teoría -solo en teoría, evidentemente- pudo haberse sentido mucho más emocionada con las intervenciones de Michelle Obama, el lunes, y de su marido, Barack Obama, el miércoles.

Hillary las emocionó acaso más que por su discurso porque aquello era una cita con la Historia. En 2008, el Partido Demócrata de Estados Unidos eligió, por primera vez desde que ese país fue fundado, a una persona que no es de raza blanca como candidato a la presidencia.

En 2016, ha elegido a la primera mujer con posibilidades reales de lograr ese mismo título. Pero la emoción solo duró mientras Clinton habló de su familia, y en particular de su madre, que ha inspirado toda su carrera política. Su discurso fue, previsiblemente frío, y giró en torno al eje sobre el que los demócratas están construyendo su campaña: la unión de los estadounidenses y el optimismo -un elemento central de la identidad de ese país- frente al pesimismo y a la retórica de enfrentamiento de Trump, que está empatado con ella en las encuestas"Trump quiere dividirnos del resto del mundo, y entre nosotros", dijo la candidata demócrata, que también declaró que "seré presidenta de los que me voten y de los que no". Igualmente dio a entender que el carácter autoritario de Trump cuestiona su capacidad para ser presidente.

Aunque Hillary logró al menos conectar con el público más de lo habitual en ella, la candidata quedó en el concurso de oratoria de la Convención Demócrata muy por detrás de Barack y Michelle Obama, Joe Biden e, incluso, de su candidato a vicepresidente, Tim Kaine.(Ver (16 datos que debes saber sobre Tim Kaine, compañero de fórmula de Clinton, 10 frases para no olvidar el discurso de Hillary Clinton y Así se burló Tim Kaine de Donald Trump en discurso).

El día clave de esta Convención no fue ayer; fue anteayer, la jornada en la que Kaine y, sobre todo, Biden y Obama emocionaron a las más de 20.000 personas que han abarrotado el Palacio de los Deportes Wells Fargo. Clinton fue presentada por su hija, Chelsea, con una intervención de índole más bien plúmbea. Aún así, el público estaba entregado de antemano, y la candidata lo aprovechó. Hillary se lanzó, totalmente en su estilo, a anunciar una lista interminable de medidas políticas que provocaron el entusiasmo de los presentes -cuando hablo de política doméstica- y educados aplausos -en los momentos en los que entró en política exterior-.

En sus respectivos cuartos de hora de discurso, Clinton giró a la izquierda. Gran parte de su programa de acción política está sacado de la agenda del senador de izquierdas Bernie Sanders.

Sin embargo, Sanders, en un increíble acto de desprecio, ni siquiera sonrió cuando Hillary le dio las gracias desde la tribuna de oradores y la multitud se puso a corear su nombre. Tras el discurso, el senador por Vermont felicitó a Hillary y declaró que están "unidos". En los próximos días Sanders podría dejar el Partido Demócrata, en el que se registró solo para poder disputar la carrera a la presidencia, y volver a ser formalmente independiente.

Hillary tuvo momentos brillantes. Sobre todo, cuando criticó a Donald Trump. "Un hombre al puedes 'mosquear' por un tuit no es un hombre al que le puedes confiar bombas atómicas". "Donald Trump dice, y esto es una cita textual: "Yo sé del Estado Islámico más que los generales". No Donald, tú no sabes más". "¿De verdad creéis que Donald Trump tiene el temperamento para ser presidente?"

Clinton ofreció matrícula universitaria gratuita para el 83% de la población, mejor formación profesional (algo que de hecho no existe en EEUU) y expansión de la cobertura sanitaria. También insistió en que quiero a reforma que permita legalizar a los 10,5 millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos, y declaró que "no vamos a construir un muro; en vez de eso, vamos a construir una economía en la que todo el que quiera un empleo bien pagado pueda encontrarlo". También afirmó que una deportación masiva de inmigrantes ilegales "sería contraproducente e inhumana".

El discurso, así, fue programático. Tuvo política -que es lo que le falta a Trump- y le faltó emoción -que es lo que le sobra al republicano-. Al final, las lágrimas fueron sustituidas por los habituales globos y por unos inesperados fuegos artificiales. A partir de ahora, la suerte está echada. Ya es oficial: Hillary Clinton contra Donald Trump. (Informador / Pablo Pardo / El Mundo)