jueves, 22 de octubre de 2015

octubre 22, 2015
ROMA, Italia, 22 de octubre.- Mons. Mieczysław Mokrzycki es Arzobispo de Lviv (Leópolis, en Ucrania) y Presidente de la Conferencia Episcopal de Ucrania, y por ello participante del Sínodo de los Obispos que se realiza en el Vaticano. Este Prelado de origen polaco, hijo espiritual de San Juan Pablo II, explica en el día que la Iglesia celebra su fiesta, que la enseñanza del Papa Wojtyla sobre la familia es siempre actual.

En entrevista concedida a ACI Stampa –agencia en italiano del Grupo ACI– el Prelado comentó que “es una gran alegría para nosotros, y no solo me refiero a los polacos, sino para toda la Iglesia, recordar el día de la elección de Juan Pablo II, que luego ha conquistado al mundo”.

“Es un día especial para toda la Iglesia y lo hemos visto luego en todo su pontificado, ha sido un hombre extraordinario”.


Sobre la herencia del Santo Pontífice, a 10 años de su muerte, el Arzobispo explicó que “la enseñanza del magisterio de la Iglesia de Juan Pablo II es siempre actual. Es cierto que ha cambiado un poco la sociedad porque cambia la cultura y cambian las circunstancias. También en este Sínodo los obispos han traído diversos problemas y diversas dificultades de la familia”.
“Algunos querían ser un poco ‘progresistas’ y darle la comunión a los divorciados vueltos a casar, pero muchos obispos han recordado la gran enseñanza de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, que se han expresado claramente indicando que eso iría contra la doctrina de la Iglesia, contra el Sacramento de la Eucaristía, de la penitencia y de la gracia”.

Para Mons. Mokrzycki, “la enseñanza de Juan Pablo II era tal vez muy exigente, pero real. Si queremos añadir valor a nuestra fe debemos soportar cualquier dificultad porque solo así somos fieles a la enseñanza de Jesucristo”.

El magisterio de San Juan Pablo II en el Sínodo

“En el pontificado de Juan Pablo II, sobre todo en los años en los que estuve con él, el Papa no hablaba mucho de su familia. Hablaba a veces de su papá, a veces de su hermana que perdió de niña y de su hermano médico que murió joven. Pero sí nos permitió ver que a su alrededor había una gran familia de amigos, una gran familia de la Iglesia”.

Mons. Mokrzycki recuerda luego que “en esos años también venían a encontrarse con él muchas familias de distintas partes del mundo: Polonia, Italia, Estados Unidos. Él tenía la capacidad de estar en contacto con mucha gente, con muchas familias y no solo cristianas. También y sobre todo muchas familias judías. Y en esto he visto la importancia del contacto con la familia, y cómo el Papa subrayaba el rol de la familia en la vida de la Iglesia y de la sociedad”.

“Desde el inicio de su pontificado él ha dado mucha importancia al gran rol de la familia, ha dedicado un ciclo de catequesis de las audiencias de los miércoles al Génesis que dice: hombre y mujer los creó. Y luego está la carta apostólica sobre la familia que escribió, la Familiaris Consortio”.

“Él estaba muy empeñado en desarrollar este tema y estar cerca de la familia, para subrayar la gran importancia de la familia en la vida cotidiana y la necesidad de estar cerca de la familia para vivir mejor la vocación de cada uno, porque cada hombre tiene su vocación: religiosas, sacerdotes, médicos”.

“Pero ser familia es una gran y bella vocación que requiere responsabilidad, también difícil de realizar. Y por esto Juan Pablo II quería ayudar a crecer en este vocación”.

¿Cómo fue trabajar a su lado?

Respecto a la experiencia de compartir de cerca un tiempo de su vida con el Papa Wojtyla, el Arzobispo dijo que fue una época de “alegría y fatiga porque Juan Pablo II era un hombre muy duro consigo mismo y con los otros. Trabajaba mucho y hacía trabajar mucho a los otros. Y así también por eso hemos visto que su pontificado ha sido muy interesante y muy rico”.

En cuanto a lo que aprendió del Papa como obispo, el Prelado resaltó que “el Santo Padre no era solo el líder de la Iglesia universal o Jefe del Estado del Vaticano, sino sobre todo el Pastor, el Obispo de la diócesis de Roma, y esto lo ha subrayado mucho durante su pontificado”.

“Quiso visitar todas las parroquias de la diócesis y al final cuando hemos visto que lo hacía con tanta fatiga y no podía ir a visitar las parroquias, y quedaban unas veinte y aún quería encontrarlas, las invitó entonces a que se reunieran en el Aula Paulo VI. Y vimos a los romanos muy agradecidos por este gran gesto de amor, porque han visto que el Papa no los descuidó, no los olvidó, y si no podía ir a verlos, los invitó a su casa”.

San Juan Pablo II, prosiguió el Prelado, “ha sido un gran pastor. He podido aprender de él una visión de la vida pastoral, de la preocupación a todos los niveles, de amor hacia el prójimo, de caridad, para llegar a la gente a la salvación. Los grandes, los pobres, los pequeños, he visto el gran amor con el que abrazada a cada persona”.

(Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Stampa / aciprensa.com)