jueves, 22 de octubre de 2015

octubre 22, 2015
MADRID, España, 22 de octubre.- El Partido Popular ha cerrado la legislatura votando en solitario los presupuestos de 2016 y con una última sesión de control al Gobierno, el último cara a cara parlamentario entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Un final bronco, en el que el líder de la oposición acusó al presidente de acabar la legislatura como la comenzó: “Mintiendo”. Inmune a las críticas, el presidente del Gobierno abandonó el Congreso de los Diputados y ejerció de anfitrión en el Congreso del PP Europeo, que se celebra en Madrid los días 21 y 22 de octubre. Un congreso en el que Rajoy se está viendo arropado por la crème del neoliberalismo del viejo continente: la canciller alemana Angela Merkel, el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, el expresidente de Francia y líder de Los Republicanos (Les Républicains), Nicolás Sarkozy… Y el presidente de Forza Italia, Silvio Berlusconi.

Toda una dama, la canciller de Alemania, Angela Merkel, estrechó la mano de Il Cavalieri, pese a todas las groserías que le ha hecho.  (Repubblica)

"Rajoy es el presidente del millón de empleos". Ese fue el eslogan con el que el congreso del PP europeo y los principales líderes que acudieron a Madrid, en especial Angela Merkel, resumieron el bagaje del presidente español en su objetivo de que gane las elecciones del próximo 20 de diciembre. Todos los oradores ensalzaron los méritos de Rajoy para continuar sus recetas conservadoras frente a la amenaza que observan en las alternativas "socialistas, radicales y populistas". Rajoy aprovechó esa senda para atacar al PSOE y Ciudadanos.

El objetivo de celebrar ahora en Madrid, durante dos días, el congreso del Partido Popular Europeo, con la relevancia y presencia de una docena de jefes de Estado y de Gobierno, más de 2.000 delegados, 4.500 participantes, y 78 partidos de un total de 40 países, era fundamentalmente valorar las acciones llevadas a cabo por Mariano Rajoy durante su mandato para que gane en las elecciones del 20-D.

Lo expresaron en público varios de los oradores con distintas fórmulas. Otro de los grandes retos de esta cumbre internacional de los conservadores europeos era poner algo de orden en sus diferentes ideas sobre cómo atajar la crisis migratoria y, finalmente, levantar el ánimo a la baja de una ideología que publicita la "seriedad, responsabilidad, el sentido común, el orden y la estabilidad" como sus intocables mantras frente a las nuevas opciones emergentes, que cuestionan y pueden revocar esas formas de gobernar.

Los grandes líderes conservadores europeos, encabezados por Angela Merkel y Nicolás Sarkozy, con los que Rajoy no mantuvo citas bilaterales porque en su equipo argumentan que ya se ven frecuentemente, fueron los que más alabaron el proyecto reformador del presidente español. En el propio encuentro que mantuvieron a puerta cerrada los jefes de las principales delegaciones antes del pleno, Rajoy concluyó que sus "resultados están ahí" frente a lo que considera una evidente "radicalización del PSOE".

Varios jefes de Gobierno de distintos países europeos destacaron en público “el coraje” del presidente español y fue el aún primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, que intervino a través de un vídeo grabado al efecto, el que alertó del peligro de perderse en lo irreal ante la próxima cita electoral con “líderes populistas, radicales y demagogos rechazados por el pueblo”. El ejemplo de Portugal ha sido utilizado durante el cónclave popular como una advertencia de lo que puede suceder cuando se ganan unas elecciones con amplia mayoría (38% de los votos y seis puntos de distancia con respecto a los socialistas) pero la oposición se une hasta con fuerzas que habían sido históricamente rivales y que parecían irreconciliables.

En el PP español temen que ese sea precisamente el escenario que pueda repetirse tras el 20-D si no logran una muy amplia mayoría. Ni Rajoy ni prácticamente ningún dirigente del PP dudan ahora de que en esa situación Ciudadanos y Podemos apoyarían en España a un gobierno del socialista Pedro Sánchez.

Por eso fue tan relevante para el candidato popular el mensaje con el que llegó Merkel desde Alemania. La canciller recordó la crisis a la que se tuvo que enfrentar Rajoy cuando llegó y valoró cómo está ahora el país, mencionando específicamente que en este tiempo ha conseguido que se creen "un millón de puestos de trabajo". La palabra que repitieron todos los líderes del PP para agradecer a Rajoy sus méritos fue "orgullo".

Fue Antonio López-Istúriz, el español reelegido secretario general del PPE, el que fijó el lema de las jornadas: "Lo van a decir todos, Rajoy es el presidente del millón de empleos". Los datos de la Encuesta de Población Activa del INE conocidos ayer fueron otro regalo en esa línea argumental.

Cuando Rajoy se subió al atril para dirigirse al final de la tarde de ayer a todos los delegados ya se había hecho todas las fotos con los dirigentes europeos que le avalan y mantuvo una cita bilateral con el italiano Silvio Berlusconi, que no habló en público. No le hizo falta elaborar un gran discurso novedoso. Rememoró el estado de "emergencia" en el que heredó España "al borde del abismo" del anterior ejecutivo socialista, lo relacionó con que era un "enfermo y un peligro sistémico" para Europa y lo comparó con el país "responsable" y creíble que ahora firma "los mejores datos de creación de empleo en años".

Un Rajoy exultante elaboró el argumentario sobre las ideas del PP en favor de "la estabilidad y las personas" y en contra "de los fuegos de artificio y de quita y pon y las estridencias".

Toda esa introducción iba encaminada a cuestionar la alternativa del PSOE y de sus hipotéticos coaligados, que para el PP pueden ser tanto Ciudadanos como Podemos. Y a todos les dedicó un dardo final: "Ahora surgen por doquier todo tipo de partidos que lo arreglan todo en media hora y que no han gobernado nunca, que salen al mercado a ver lo qué encuentran". Frente a esos futuribles pactos de "los viejos y nuevos demagogos" Rajoy solo ve la salida del PP y su familia política europea: "Nos somos refrescos de moda, ni fiebre de un día, ni una vieja idea fracasada que se disfraza de novedad". (Javier Pérez de Albéniz /cuartopoder.es / Javier Casqueiro / El País)