jueves, 22 de enero de 2015

enero 22, 2015
Carlos Loret de Mola Álvarez / 22-I-15

Al menos dos sólidos precandidatos a gobernadores están bajo sospecha.

Uno del PRI y otro del PAN: Alejandro Moreno Cárdenas Alito, priísta de Campeche, y Francisco Pancho Domínguez Servién, panista de Querétaro.

Sus casos fueron expuestos en el serial "Candidatos bajo sospecha" de esta columna en los últimos días. Se les ofreció réplica antes de publicar. Ninguno contestó, sino hasta después de leerse en el papel.


De manera muy cortés y respetuosa, ambos aceptaron prácticamente todo lo que se reveló en estas columnas. Y respondieron así a los señalamientos:


Alito Moreno confirmó que se reunió con Amado Yáñez, dueño de Oceanografía, cuando esta empresa ya había sido intervenida por las autoridades. Abundó que el objetivo fue convencerlo de que colaborara con las autoridades para evitar el cierre del consorcio y la pérdida de 9 mil empleos que genera, dijo, en Campeche.

Informó que para tratar el caso también sostuvo reuniones con funcionarios públicos —cuya identidad no reveló, aunque afirmó que ninguno de la PGR—, pero aseguró que no lo hizo para buscar impunidad para Yáñez. Lo mismo hizo con empresarios a quienes tampoco identificó.

Acerca de los señalamientos de que “pasó charola” entre empresarios campechanos para su campaña electoral a cambio de gestionarles contratos en Pemex, aceptó que sí ha hecho cabildeos para que se queden inversiones del sector energético en su entidad porque gran parte de su economía depende de la paraestatal. Precisó que en las cuatro elecciones en que ha participado recibió el financiamiento público y las aportaciones privadas permitidos.

Contextualizó que desde hace más de diez años su familia tiene negocios energéticos en Estados Unidos a través de la empresa First International Flow Control.

El otro caso. El senador queretano Pancho Domínguez habló de esta columna en entrevista banquetera con reporteros de su estado.

Sobre si fue a patear la casa del gobernador, el priísta José Calzada admitió que hubo “incidentes recíprocos” con el mandatario, pero “los platicamos en su momento y se aclararon los puntos de divergencia que, en efecto, hubo; no tengo más que respeto por el gobernador”.

Al preguntársele si esa bronca se debió a que buscaba evitar acción penal contra su hermano, quien le disparó a una persona, Domínguez atajó: “Los temas de mi hermano los aclara mi hermano”. Sobre presiones suyas durante la negociación de la reforma energética, en busca de impunidad para su hermano, pidió “que le pregunten a los secretarios de Hacienda, Videgaray, y de Energía, Coldwell”.

Aceptó su relación con el polémico y denunciado empresario Javier Rodríguez Borgio; y acerca de las críticas en su contra por parte del ex dirigente nacional interino del PAN, el también queretano Ricardo Anaya, expresó: “Lo que dijo Anaya yo pienso que no lo dijo”.

SACIAMORBOS. En ambos casos hay indagatoria en manos de la Procuraduría General de la República. En una de ellas, figuran hasta facturas de relojes carísimos.

carlosloret@yahoo.com.mx