jueves, 22 de enero de 2015

enero 22, 2015
SAN JOSÉ Costa Rica, 22 de enero.- Hasta hace poco, los científicos tenían conocimiento de que Purgatorius fue el tatarabuelo de todos los primates de la Tierra. Este pequeño mamífero, similar a una ardilla, habitó la Tierra hace unos 65 millones de años y se alimentaba, principalmente, de frutas y hojas.

Una nueva investigación, realizada por paleontólogos de la Universidad de Yale (EE. UU.) descubrió que el hábitat de estos primates eran los árboles y no la tierra, como se especuló durante mucho tiempo.

El Purgatorius es el primate más antiguo registrado hasta la fecha y debe su nombre al sitio en donde fue hallado su primer fósil: Purgatory Hill, en Montana, Estados Unidos.

(Imagen de Patrick Lynch/Yale University)

Este arborícola es de un género que pertenece a un orden de mamíferos ya extinto, conocidos como los plesiadapiformes.


La información que se conocía sobre el antecesor más antiguo de los primates se había extraído luego de estudiar los restos fosilizados de sus dientes y mandíbulas. Los científicos suponían que los plesiadapiformes eran terrestres y, que posteriormente, los primates se movilizaron hacia las copas de los árboles.

Pero el equipo encabezado por el paleontólogo experto en vertebrados Stephen Chester, analizó, por primera vez, los huesos del tobillo de este animal prehistórico.

“Los huesos de los tobillos tienen rasgos que hacen posible la movilidad, los cuales están presentes solo en los primates modernos y en sus parientes cercanos”, explicó Chester en un comunicado emitido por la Universidad de Yale.

“Estas características únicas le pudieron haber permitido a un animal como Purgatorius rotar y ajustar sus patas para poder agarrarse de las ramas, mientras se desplazaba por los árboles”, agregó el científico, quien es curador asociado del Museo Peabody de Historia Natural de la Universidad Yale .

Según Chester, a diferencia de los animales arborícolas como Purgatorius, los mamíferos terrestres carecen de esas características para la movilidad y están mejor dotados para desplazarse de una manera más restringida hacia atrás y hacia adelante.

Estos hallazgos, sostiene Chester, obligan a revisar toda la literatura científica al respecto.

“El libro de texto que estoy utilizando en mis cursos de antropología biológica todavía tiene una ilustración del Purgatorius caminando sobre la tierra. Ojalá este estudio ayude a cambiar lo que los estudiantes están aprendiendo sobre la evolución temprana de los primates y coloquen al Purgatorius en los árboles, el lugar a donde pertenece”, declaró.

El Purgatorius vivió durante el período del Paleoceno, poco después de la extinción de los dinosaurios no aviarios. Según estiman los científicos, medía de 10 a 15 centímetros de largo.

Esta investigación –publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences – provee la evidencia fósil más antigua hasta la fecha de que la capacidad para vivir en los árboles jugó un papel fundamental en la evolución de los primates. (Andrea Solano B. / nacion.com / repubblica)