jueves, 22 de enero de 2015

enero 22, 2015
Pedro Echeverría V.

1. La Universidad Autónoma de Yucatán tiene 23 mil alumnos, mil 800 docentes y alrededor de mil trabajadores administrativos, técnicos y manuales. Los estudiantes no están del todo pobres económicamente, los profesores están bien, los funcionarios cobrando tres o cuatro veces el salario del profesor, pero los trabajadores –supongo que en todas la universidades- cobran salarios muy bajos y miserables, apenas arribita del salario mínimo. Por ello –aunque Yucatán ocupa el último lugar en protestas, huelgas y movilizaciones en la República- en esta Universidad (en la que laboré como profesor más de 17 años) el sindicato de académicos sólo ha realizado una pequeña huelga y los del sindicato de trabajadores han hecho alrededor de cinco desde los años setenta.

2. Por esa cosa rara de que un sindicato de Yucatán haga una huelga –por aumento de 10 por ciento del salario, cuando la rectoría sólo ofrece el 3.4- me ha parecido muy importante que los sindicatos mexicanos en lucha (STUNAM, CNTE, SME, Telefonistas, Mineros, IMSS, Tranviarios, INAH, estudiantes del Poli y Normal de Ayotzinapa, así como de la UNAM), les brinden su apoyo para que no sean derrotados. ¿Qué significaría en su salario? ¡Qué bruto!: Un gigantesco aumento de tres pesos diarios. Espero que también en Yucatán los maestros y estudiantes apoyen claramente y entiendan que no van a ser esquiroles, que no van a debilitar la huelga impartiendo clases en locales que las autoridades están abriendo con asesorías de rectores y abogados de otras universidades.

3. Hasta el día de hoy -quinto día de huelga- los dirigentes parecen tener una asamblea permanente para responder todas las amenazas del rector, del abogado general y de funcionarios que presionan a los trabajadores para que abandonen el movimiento. Es el momento en que el sindicato reciba la mayor cantidad de apoyos y que salga a la calle en manifestaciones masivas llamando a la población a apoyarlo. El sindicato tiene pendiente levantar otras demandas que acompañen a la lucha salarial tales como: aparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, creación de plazas, buenas condiciones de trabajo, no a la privatización, freno total al desempleo y un llamamiento de lucha contra la corrupción institucionalizada.

4. El sindicato de académicos de la UADY debería ser el apoyo más importante a su sindicato hermano, el de los trabajadores. Debe manifestar su apoyo total y prohibir que algún maestro se convierta en esquirol vendiendo su dignidad. Y no olvidar que en este tipo de movimientos se adquiere la conciencia de colectividad y de solidaridad; también permiten conocer a los cobardes y traidores. Hoy en mi recorrido he visto caras alegres y entusiasta; en la reunión permanente de dirigentes pude ver mucho entusiasmo y confianza. Queda ahora que se aprueba salir a manifestarse en la calle y hacer decenas de miles de volantes para informar a la opinión pública. ¡Ánimo compañeros! ¡Viva la lucha de los trabajadores de la UADY! (21/1/15)