miércoles, 29 de octubre de 2014

octubre 29, 2014
XOCHIMILCO, Distrito Federal, 29 de octubre.- Armados con machetes, palos, tubos y rifles calibre .22 un grupo de habitantes de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, realiza rondines de vigilancia en su comunidad. Los recorridos se hacen durante la madrugada y quienes participan en ellos se identifican como Consejo Vecinal del barrio de San José (CVSJ).

Tres presuntos delincuentes aprehendidos -que tras ser maniatados por los pobladores fueron entregados a la Policía- y una organización ciudadana que no se limita a las labores de resguardo son parte de los “logros” que aseguran haber alcanzado los integrantes de la agrupación conformada por consenso vecinal.

Durante un rondín de vigilancia.

La existencia del CVSJ, así como las detenciones realizadas, son reconocidas por el coordinador territorial del pueblo, Edgar Camacho.

“La situación, aquí en el sur del Distrito Federal está difícil: robos a negocios y asaltos, sobre todo a mujeres, nos llevó a organizarnos por nuestra cuenta. En un primer momento recurrimos a la delegación, entregamos escritos, solicitamos mayor vigilancia pero nos sirvió de poco”, explica uno de los coordinadores del consejo vecinal.

Durante los rondines se tocan silbatos y se accionan las 15 alarmas vecinales que han adquirido, a cuenta propia, los pobladores. Los recorridos se limitan a calles del barrio de San José y con ellos “se ha recuperado la tranquilidad” en la comunidad.

“La idea es disuadir a a la delincuencia, no se trata de linchar a alguien, ese no es nuestro papel, tampoco somos policías ni mucho menos. Simplemente queremos que se detengan los robos y creo que lo hemos logrado”, argumentó otro integrante de la agrupación.

Durante un rondin realizado la madrugada del 18 de octubre, se instaló una manta de advertencia a la delincuencia en las calles de Cuauhtémoc y México Oriente.

No es la primera lona que se instala en dicha esquina pero sí se trata de un mensaje más directo: “El consejo de vecinos hacemos responsables al delegado Miguel Ángel Cámara, al jefe de la Policía en Xochimilco, José Luis Donato Pérez, y al fiscal Luis Eguiarte por cualquier caso de linchamiento de rateros en esta zona. Exigimos su renuncia por sus malos resultados en materia de seguridad”.

La fiesta de San Gregorio se festeja por partida doble: marzo y los primeros días de septiembre.

Días antes de que comenzara la segunda celebración, los vecinos detuvieron a un hombre que supuestamente intentó agredir sexualmente a una mujer.

El sujeto fue atado y trasladado a la plaza cívica del pueblo. Era de madrugada y al lugar arribaron decenas de policías, adscritos no sólo a Xochimilco sino también a Milpa Alta y Tláhuac.

El hombre fue entregado a los uniformados y posteriormente liberado por falta de parte acusadora.

Días después, dos sujetos fueron sorprendidos en el momento en que asaltaban a un vecino. Tras ser detenidos, maniatados  y “exhibidos” en un terreno baldío, los presuntos asaltantes fueron entregados a las autoridades ante la presencia del coordinador territorial de San Gregorio. Los presuntos delincuentes fueron consignados a un reclusorio.

“La primera (detención ciudadana) fue a las cuatro de la mañana. No tengo fechas exactas pero fue antes del 3 de septiembre pues aún no iniciaba la fiesta de San Gregorio.

“La segunda ocasión fue como por el 7 de septiembre. También eran las tres o cuatro de la mañana, detuvieron a los ladrones pero no se les hizo nada. Yo certifique que no estuvieran golpeados, que no hubieran sido maltratados. Me comunique con el jefe delegacional (Miguel Ángel Cámara) y los detenidos fueron entregados a los policías y posteriormente presentados ante el Ministerio Público”, refirió el representante de la demarcación en San Gregorio.

La madrugada del miércoles 23 se realizó otro “simulacro”. Los integrantes del consejo vecinal se dividieron en grupos y tras finalizar el recorrido se congregaron en la capilla de San José.

Refirieron que además de las labores de resguardo realizan, entre otras acciones, podas de árboles, colocación de focos en las casas que “están a pie de calle” y pintura de banquetas y topes.

“Después de que iniciamos los rondines de vigilancia, enviaron patrullas por un tiempo; mandaron a podar árboles a partir de que nosotros los podamos primero; vinieron a colocar unos señalamientos luego de que nosotros pintamos un tope. Aún no sabemos si hemos encontrando la manera en que (las autoridades) pongan atención a los problemas de la comunidad. Los oficios y las peticiones sirven de poco. A lo mejor no hay que esperar a que ellos vengan, sino hacer lo que nosotros podamos y después que vengan a completar el trabajo”, refirió un integrante del CVSJ, quien durante los rondines porta un rifle al hombro. (La Jornada)