martes, 20 de febrero de 2018

febrero 20, 2018
Edith Gómez

Al leer esa palabra la mayoría de las personas piensa en dinero -o en la falta de este-, en aquella población que no cuenta con los recursos más básicos para subsistir o incluso en su propia situación económica que les aprieta debido a la crisis, a su bajo salario, a la familia numerosa, entre muchos otros aspectos.

Pero eso no es a lo que nos referiremos a día de hoy. Porque la pobreza de dinero debería solucionarse con dinero. Y, ¿qué pasa cuando a pesar de que fluye dinero se sigue siendo pobre?

Hay personas que no son pobres y en algún momento de sus vidas les toca lidiar con escasez monetaria. Sin embargo, esas personas saben que es algo temporal y aprenden a vivir con eso durante el tiempo que sea necesario sin sufrirlo. Incluso a muchos universitarios les pasa, por ejemplo.


Las personas pobres pueden ganar la lotería y seguir teniendo actitudes de pobreza que inevitablemente le llevarán a malgastar todo el dinero para quedarse de nuevo como estuvieron antes. Te sorprendería saber todas las veces que esto ha ocurrido. Esto quiere decir que la pobreza es un estado mental principalmente. Entonces, para salir de ella no se requiere dinero. Más bien, el dinero vendrá como consecuencia de salir de ese estado.

Y aquí es donde entra en juego lo verdaderamente importante. ¿Qué es lo que se necesita para salir de la pobreza? A continuación, lo descubrirás:

1.- Que sea el punto de partida no quiere decir que será el punto de llegada: haber nacido en pobreza no significa que tu vida tenga que ser así durante todo su curso. Por supuesto tendrás más dificultades en ciertos aspectos, pero no es la sentencia final. Una vez tienes uso de razón puedes empezar a tomar decisiones que afecten positivamente tu destino.

Muchas personas pobres tienen la mentalidad de que como nacieron pobres ese es el destino que les tocó, cuando no es así. Muchos ricos de hoy en día nacieron y crecieron en hogares desfavorecidos, pero su ambición y determinación los llevó hasta donde están hoy en día, siendo una fuente de inspiración para muchos.

2.- Despójate del resentimiento: quizá tus padres te hayan dicho de pequeño que tendrías que conformarte con la pobreza para siempre, porque no tenías otras oportunidades como los hijos de empresarios o personas de otros barrios, pero esto no es verdad.

Es necesario dejar de ver a aquellas personas con dinero como “los malos” o “suertudos”. Una vez que empiezas a ver el dinero como algo bueno y a tener una interacción saludable con él, empezarás a atraerlo mucho más a tu vida. Si crees que las personas con dinero son malas, entonces inconscientemente estarás haciendo resistencia a obtenerlo.

3.- La educación es muy importante para que esto pueda ocurrir. Mientras más leas y te instruyas, se abrirán más posibilidades para ti que nunca antes tú o tus padres se habían imaginado. Es un hecho que en muchos países de América Latina los gobernantes quieren limitar a sus ciudadanos la educación con el fin de mantenerlos ignorantes y, en la pobreza, para que de esta manera, dependan del gobierno que les ofrece dádivas solo por el hecho existir.

¿Te has fijado que en sus promesas de campaña o gestión ofrecen dinero y regalos gratuitos? Pero aun así esto no hace una diferencia significativa en la calidad de vida de esas personas. Aquellos que hacen eso se quejan de los ricos y apelan al resentimiento y la envidia de los menos favorecidos, sentimientos primitivos que los seres humanos tienen, pero lo hacen con el fin de obtener votos aprovechándose de la población vulnerable.

Mientras más preparadas son las personas, más criterio tendrán a la hora de escuchar discursos y menos creerán ciegamente en promesas falsas -e inviables- hechas solo para reunir seguidores.

Hoy en día la educación no se encuentra solo en universidades e institutos costosos. La ventaja de esta era es que en Internet tienes acceso a años de investigaciones y material informativo de todo tipo. Además, a través de la web tienes la posibilidad de contactar con programas y organizaciones que ofrecen educación gratuita -becas- a muchas personas en necesidad.

3.- Ten una autoestima saludable: por último, para salir de la pobreza se requiere la firme creencia de que sí se puede. A partir de ahí empezarás a responsabilizarte de tus acciones y tus resultados. Si crees que no puedes salir de la pobreza -por las razones que sean- entonces no podrás hacerlo.

Lo que pienses de ti mismo te define. ¿Qué es lo que te hace pensar que no podrás? Todos esos pensamientos los puedes deshacer levantando tu autoestima . Una autoestima saludable es vital, porque cuando te aprecias, no te ves a ti mismo como una víctima del destino, de las situaciones o del universo.

Cuando tienes una autoestima sana, te ves como alguien con todas las cualidades necesarias para alcanzar aquello que se propone, te atreves a tomar riesgos, a salirte de tu zona de confort porque sabes que mereces esos resultados y vas a por ellos, sin dejar que nada o nadie te detenga.

0 comentarios:

Publicar un comentario