miércoles, 30 de julio de 2014

julio 30, 2014
MÉXICO, 30 de julio.- Recordado como un precursor del movimiento de liberación homosexual en México, Salvador Novo nació un día como hoy hace ciento diez años, el 30 de julio de 1904.


Considerado uno de los grandes poetas y cronistas mexicanos, durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz fue nombrado cronista de la Ciudad de México en el año 1965, situación que algunos intelectuales le reprocharían más tarde.

“En el activismo, todavía hay quienes le siguen culpando su alianza con el poder durante los movimientos estudiantiles de finales de los sesenta, sin entender que Novo le tenía mucho miedo a los movimientos sociales, cicatriz que le dejó el fusilamiento de su tío Francisco durante una toma villista en Torreón” señala Alonso Hernández, historiador, activista y director de la organización civil Archivos y Memorias Diversas.

Novo formó parte del grupo intelectual “Los Contemporáneos”, al lado de grandes personalidades como Xavier Villaurrutia, Jaime Torres Bodet, José Gorostiza, Carlos Pellicer, entre otros. Ellos se encargaban de difundir las nuevas corrientes de la literatura, arte y cultura mexicanas de la primera mitad del siglo XX; el nombre del grupo se debía al título de la revista que publicaban, misma que vio la luz por vez primera en 1928.

Su poesía, ensayos y artículos muestran a un Novo valiente que se enfrentó a una sociedad machista; a lo largo de los años, varias han sido las organizaciones o colectivos de la diversidad sexual que le han rendido homenaje debido a su trabajo, para algunos, llena de estética homosexual.

Se dice que cuando Novo hacía referencia a la homosexualidad en sus obras, lo hacía con el mero afán de escandalizar a la sociedad mexicana, caracterizada por la homofobia que se expresaba en su máximo esplendor.

Hizo una crítica hacia los riesgos y opresiones a los que se veía sometido el mundo gay de aquella época con énfasis en los años treinta. Pero la moralidad que intentó censurarlo no lo limitó. Todo lo contrario, ya que en algunos de sus poemas hace referencia a esos intentos fallidos de censura, y además menciona que la inclinación sexual no se debe esconder, sino debe estar presente y ser vista como un aspecto normal del ser humano.

Sus obras no fueron censuradas debido a que escribía tanto para las clases altas, el gobierno y el vulgo, señala Hernández: “no sufrió censura porque supo utilizar las palabras y las referencias necesarias. Cuando uno tiene un bagaje cultural y un vocabulario extenso se pueden decir muchas cosas entre líneas”:

El historiador menciona que probablemente la única obra de Novo que no vio la luz en su momento fue La estatua de sal, censurada por el mismísimo Xavier Villaurrutia, pues era muy explícita y cruda para su tiempo. Sin embargo, como fue nombrado cronista de la ciudad, a su muerte, por ley, toda su obra debió ser publicada.

En la actualidad, Salvador Novo se ha convertido en un ícono de la comunidad gay, así como de la literatura homosexual del siglo XX y un ejemplo a seguir de muchos jóvenes que comienzan en este tipo de militancia. Entre sus obras con temática homosexual destacan:La estatua de sal, Las locas, el sexo y los burdeles y Sátira, el libro ca...

A 110 años de su natalicio, Alonso Hernández reflexionó sobre la influencia actual de este escritor en el movimiento gay y señala que se rescatan los siguientes puntos: “la transgresión y la visibilidad son su legado perdurable, tanto para la población homosexual como para los sectores activistas y culturales; además, es clara muestra que México no es una isla desierta en alguno de esos terrenos intelectuales y que debemos tomar en cuenta la lucha que hizo Novo en sus obras”.

Breve bibliografía

Sus primeros estudios los realizó en Torreón y Chihuahua; a partir de 1921 comenzó a estudiar en la Universidad Nacional de México, donde se recibió como licenciado en derecho. Posteriormente, realizó estudios de lengua italiana en la Facultad de Filosofía y Letras, donde se dedicó a impartir clases después de haber trabajado como profesor adjunto.

En 1925, fue nombrado jefe del Departamento Editorial de la Secretaría de Educación Pública, y en ese año aparece XX Poemas, que dará origen a la revista Los Contemporáneos.

En los años que siguieron publicó Nuevo amor, Espejo y Poemas proletarios. Su actividad de crítico dramático le permitió ser nombrado jefe del Departamento de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes.

En 1967, recibió el Premio Nacional de Literatura, en el mismo año que salió a la luz pública Historia gastronómica de la Ciudad de México. En la década de los setenta publicó algunas de sus obras más importantes, como Historia y leyenda de Coyoacán; Las locas, el sexo y los burdeles; y Seis siglos de la Ciudad de México.

Falleció en la misma ciudad que lo vio nacer, y de la que tanto escribió,  el 14 de enero de 1974. (Marco Valencia)