miércoles, 30 de julio de 2014

julio 30, 2014
Pedro Echeverría V.

1. Se decía en “México Bárbaro”, el libro escrito por el norteamericano Kenneth Turner que circulaba en 1910, que en México estaba a punto de estallar una revolución. Todavía no se hablaba de “condiciones objetivas y subjetivas” ni de la necesidad de un partido que dirigiera la lucha, pero Turner tuvo la razón: en noviembre de 1910 estalló con toda la gran violencia la revolución que en menos de seis meses hizo huir al dictador Díaz. Nadie pensaba –con excepción del anarquista Flores Magón- en una revolución; los porfiristas y sus intelectuales comían, bebían a placer y se enriquecían. ¿Cómo entonces pensar en Revolución con el estómago lleno y el cerebro perturbado? ¿2014 es otra cosa?

2. Hoy se dice que en México existen todas las condiciones objetivas para un estallido revolucionario; pero que faltan las condiciones subjetivas, es decir la conciencia y el partido. Escuchando a mis admirados oradores españoles Julio Anguita y Pablo Iglesias los oigo insistir en que sólo puede haber democracia cuando la inmensa mayoría de la población esté convencida. ¿Pero como carajos cambiar la mentalidad del pueblo si está preso en las cárceles de la burguesía y los medios de información, la iglesia y las tradiciones desde hace siglos? Parece que las condiciones objetivas en México están pudriéndose, pero antes van a estallar para que se auto organice el pueblo en un largo proceso.

3. En México los medios de información, encabezados por Televisa y TV Azteca, desde hace más de 30 años, son el primer poder; no son “el cuarto poder” como antes de decía por estar subordinados al Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Desde principios de los años 80 los integrantes de estos tres poderes se arrodillan con humildad frente a la TV sabiendo que ésta penetra en el 95 por ciento de los hogares y su opinión es determinante. Por ello desde 1982, por lo menos, los políticos y los empresarios asumen la misma conducta al saber que para someter totalmente al pueblo hay que hacer publicidad, mucha propaganda ideológica, para hacer tonta a la gente.

4. “Asombra a cualquiera –escribe el periodista Rogelio Hernández- que en México gasten, cada día, más de 38 millones de pesos en publicidad todos los poderes ejecutivos del país (Federación, estados y municipios); que al mes eroguen mil 161 millones, y que al año la suma ascienda a 13 mil 927 millones de pesos. Pero el azoro será mayor cuando alguien también cuente las erogaciones de los poderes Legislativo y Judicial, tanto federales como estatales, y de los partidos políticos con sus réplicas en cada una de las entidades’’ Esta cantidad podría resultar demasiado conservadora cuando todos los gobiernos municipales transparenten ese gasto’’.

5. Ha existido desde siempre una estrecha unidad de intereses económicos e ideológicos entre las clases dominantes; sólo se pelean entre sí cuando se trata de la repartición de los negocios y las ganancias; pero cuando presiona el pueblo con manifestaciones, protestas y bloqueos (por las condiciones de miseria en que viven) se unen todos los empresarios y gobierno para someterlo. ¿Puede entonces asombrarnos que el gobierno entregue a los medios de información 38 millones de pesos diarios o casi 14 mil millones de pesos al año para publicidad? La realidad es que somos una minoría de personas las enteradas; al pueblo parece importarle un pito.

6. Televisa comenzó a desarrollarse en TV desde los años sesenta, es decir, hace 50 años; antes se centraba en el DF y sólo la veía una minoría que no alcanzaba ni el 10 por ciento de la población. Su dueño Azcárraga llegó a declarar que “sólo era un soldado del señor presidente y los gobiernos del PRI”. Todas sus campañas eran contra los trabajadores, sean ferrocarrileros, médicos, campesinos o estudiantes. Así fue ganándose al gobierno hasta que se lo engulló enterito. A partir de entonces ninguna ley se ha aprobado en su contra y son ellos mismos los que hacen sus propias leyes y las llevan al Ejecutivo y Legislativo para que sean aprobadas.

7. En cada campaña política presidencial o estatal el 70 por ciento de los miles de millones del presupuesto público que dilapidan los partidos en campañas electorales va a acumularse en las arcas de Televisa y TV Azteca, de manera muy minoritaria a la radio y la prensa. En los hechos las tradicionales campañas de concentraciones y mítines, de “contacto personal”, se han depreciado. Le basta a la gente las entrevistas, los llamados “debates” y la repartición de regalos en mercancía y en dinero que hacen los “comités de propaganda”, para “ganar” o comprar cualquier elección. La TV no tuvo importancia antes de los años 70, pero hoy han propagado que “quien no sale en la tele no existe”.

8. Esto de “salir en la Tele” en política es muy real por ello el gobierno, los empresarios y los partidos entregan millonadas para su publicidad. López Obrador y su nuevo partido “Morena”, se han rebelado contra las televisoras haciéndoles críticas y denunciándolas, pero los medios se han unido contra él para derrotarlo. Los dueños de Televisa (Azcárraga) y los de TV Azteca (Salinas Pliego) son, junto a Slim, los hombres más millonarios de México. Cada día ingresan a su patrimonio muchos millones de dólares en tanto el pueblo es cada vez más miserable. En Venezuela los gobiernos Chávez y en Ecuador Correa buscaron frenarlos, pero han fracasado. ¿Qué hacer? (29/VII/14)