lunes, 16 de marzo de 2015

marzo 16, 2015
Juan Acuesta Rodríguez

Las últimas noticias de estos días son en verdad más que alarmantes, vergonzosas y es el hecho del despido de manera prepotente e injustificada y a todas luces ilegal de un equipo de periodistas comandados por Carmen Aristegui, quien fueron exhibidos de una manera indigna por MVS.

Todos los años, gobernantes, incluso el presidente de la República, el día del Periodista y de la Libertad de Expresión, con actos y discursos enaltecen que en este país existe la libertad de expresión y que ellos exigen a todos sus correligionarios que ejerzan el respeto a esta profesión, que es la que se encarga muchas de las veces de informarle al pueblo lo que sucede y acontece a lo largo y ancho del país, pero esto sólo queda en el discurso, es una demagogia exaltar la libertad de expresión cuando sabemos que es una gran mentira.

¿Cuántas veces no hemos leído que agreden a camarógrafos por parte de policías aunque también por parte de los manifestantes? ¿A cuántos periodistas los han “levantado” o los han asesinado por escribir la verdad?

México es un país en donde no se puede deslizar el bolígrafo ni tomar fotos a aquellos que de alguna manera ofenden a la nación y a la verdad, y por el contrario, al sentirse descubiertos y exhibidos ellos se sienten los agredidos y ofendidos.

¿Cómo quieren que creamos en la veracidad de unas elecciones si todo lo manejan a conveniencia de las instituciones? ¿Cómo quieren que creamos en las instituciones si los que las dirigen son los primeros en violentar las leyes y ser en verdad quienes deben ser juzgados y no lo son? ¿Cómo quieren que un país como el nuestro se levante si lo guían bandidos y sinvergüenzas y que sólo ellos reciben los beneficios del Estado por tanta corrupción existente?

Enlace al video.

La prensa, hoy una vez más, ha sido mancillada porque le han coartado su libertad. Quizá obliguen a escribir y a publicar como ocurría en 1800, de manera clandestina; quizá estos señores que rigen los destinos del país se sientan intocables y no se den cuenta de que en tantos años y gota a gota han estado gestando, ya no la libertad de expresión, sino la violencia y la falta de seguridad. En cambio, la paz podría reinar en nuestra patria si estos señores tuvieran un poco de escrúpulos.


Aparentemente hay calma, pero esta calma les debe alarmar, porque quizá se esté preparando un levantamiento del pueblo contra las instituciones que tanto daño han ocasionado a nuestros compatriotas y que no sólo han propiciado un descontento sino que la pobreza y el hambre se han potencializado.

Esos señores no sienten el flagelo que han ocasionado porque andan en oficinas de lujo, en vehículos blindados, con escoltas, con dietas y servicios médicos que ofenden a nuestro pueblo. No se dan cuenta de todo el daño que han ocasionado porque siempre están en aviones, en actos políticos, en conmemoraciones demagógicas y en banquetes de manteles largos, mientras que el pueblo anola las piedras y la tierra, que es lo que pueden obtener, comparado con el derroche de estos señores.

Quizá el haber hablado de una casita blanca en nuestro país fue el motivo y pretexto para acallar a este grupo de periodistas. Pero esa chocita blanca en verdad es mínimo comparado con el daño que ya le han propinado a la Nación, porque aquí no se trata de si es blanca o si es rosada, se trata de un descontento generalizado por tantas barbaridades de estos politiqueros, llámense PRI, llámense PAN, llámense PRD, llámense MORENA, llámense como quieran llamarse. Todos son hijos de la misma madre. La chingada. Y a todos ellos les importa un bledo el futuro de los mexicanos y el abismo en que los han puesto. Tan sólo les importa el hueso que puedan obtener y seguir anolando, anolando y anolando, como carroñeros que son, a espera de otro hueso.

México está en el despeñadero. Todos sus grandes proyectos de nación han sido cancelados. Hoy se han estado dando despidos en muchas empresas; hoy están cerrando muchos negocios, hoy hasta el pepitero y el cacahuatero de las esquinas de los semáforos quieren que paguen impuestos, mientras que los grandes consorcios y bandidos de cuello blanco, bien, gracias. Las autoridades, en lo que va del año, han atrapado y detenido a capos muy buscados y altamente peligrosos, piensan que con esto distraen la atención del pueblo por lo que está pasando con la nación, pero el pueblo no se está chupando los dedos, puesto que todo eso ocurre ante la debacle económica de la nación, que con todo y subastar millones de dólares, el Peso cae, cae y sigue cayendo.  Y piensan que con esas detenciones el pueblo les va a aplaudir, cuando son detenciones que pudieron hacerse mucho tiempo atrás. Los verdaderos delincuentes, no los detienen; están en el poder.

México ocupa, y no yo lo digo, las más importantes observadoras internacionales señalan a nuestro país con un índice muy alto de corrupción entre sus instituciones e indican que tenemos nueve de las veinte ciudades más peligrosas del mundo.

Entonces, señores, el haber hablado de una casa blanca es un hecho de párvulos, por todo lo que se dice de nuestro país. Es un distractor más, del cual hicieron objeto al equipo de Carmen Aristegui, un equipo profesional y sin pelos en la lengua. Creo que todos los mexicanos bien nacidos deben analizar lo que acontece en el país porque éstas son apenas unas cuantas voces de lo negro y negativo que existe en él.

Es muy cierto que hay cosas positivas y bellezas en la patria, pero éstas son opacadas por tanta puerqueza reinante entre las autoridades y las instituciones.

Me acuerdo cuando joven acampaba en los bosques, acampaba en el monte. Solía recorrer la nación por carretera y visitar lugares que no son costosos pero son bellos y tenemos el privilegio de tenerlos. Hoy es un riesgo casi mortal hacer eso. Mejor nos quedamos donde estamos o nos vamos al extranjero. Mientras la situación y los gobiernos sigan en el mismo tenor, la debacle va a ser mayor.

Como dije anteriormente, la casita blanca es un chiste al lado del daño que le han hecho a esa gran mansión que es nuestro México querido.

Es cuanto.