viernes, 6 de mayo de 2016

mayo 06, 2016
ESTAMBUL, Turquía, 6 de mayo.- Al grito de “traidor” un atacante abrió fuego contra Can Dündar, director del diario Cumhuriyet, a la entrada del juzgado de Estambul en el que ha sido procesado junto a su compañero Erdem Gül por haber revelado un presunto envío ilegal de armas a Siria de mano de los servicios secretos de Turquía. Al final del día los dos periodistas fueron condenados a cinco años y diez meses de prisión y a cinco años, respectivamente.

Los tres disparos, efectuados en un receso de la última sesión del juicio, no alcanzaron al destacado periodista, aunque uno de ellos hirió a un cámara de la cadena NTV que esperaba la salida de los encausados. El asaltante fue agarrado e inmovilizado por el abogado y la esposa de Dündar para evitar que siguiera disparando, hasta que llegó la policía para arrestarlo. El periodista Erdem Gül explicó que el ataque se produjo en una zona a la que, para acceder, hay que traspasar un detector de metales por lo que denunció “un fallo en la seguridad”.

En la foto de Reuters, detienen a Murat Sahin, agresor del director del diario turco de oposición "Cumhuriyet", Can Dundar, frente al tribunal de Estambu. El periodista estaba en una pausa del juicio donde fue llamado a testimoniar por violación del secreto de Estado por la primicia publicada sobre tráfico de armas a Siria. Detuvieron al atacante la esposa del periodista, Dilek, y el abogado y miembro de un partido de la oposición, Muharram Erkek. Luego, al terminar el juicio, el periodista fue condenado a 5 años y 10 meses de prisión y su editor Erdem Gul a 5 años. (Más fotos en Facebook)

De acuerdo al diario Cumhuriyet, el atacante responde al nombre de Murat Sahin y nació en la provincia de Sivas (Anatolia Central) en 1976 y tiene antecedentes penales por amenazas, injurias y disparos con resultado de heridas. Una vez detenido ha sido llevado a la unidad de lucha antiterrorista de la Dirección de Seguridad de Estambul.

“Estoy bien. Esto es Turquía. No sabemos quién es el atacante, pero sí sabemos quiénes me han convertido en un objetivo”, lamentó Dündar en sus primeras palabras tras el intento de asesinato. El jefe de Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, había amenazado a los periodistas con que pagarían “un alto precio” por el artículo que publicaron, y el propio presidente se personó como acusación. También medios progubernamentales han tratado de intimidar a los periodistas de Cumhuriyet con diversos métodos. Por ejemplo, el columnista Abdurrahman Dilipak, del diario islamista Yeni Akit advirtió a Dündar y a Gül de que “quizás la población no sea tan comprensiva como los jueces” puesto que, según este escribiente, estamos ante dos personas involucradas en cuestiones de “terrorismo y espionaje”.

Tras el sobresalto provocado por el intento de asesinato, el tribunal leyó el veredicto en el que condena a Dündar y Gül a 5 años y 10 meses de cárcel por “revelación de secretos de Estado” aunque se los exime de los cargos de “espionaje” y del aún más ridículo “intento de derrocar al Gobierno”. Este juicio ha sido fuertemente criticado por las organizaciones de defensa de la libertad de prensa e incluso varios diplomáticos europeos han acudido a anteriores sesiones del proceso para mostrar su apoyo a los periodistas, hecho que motivó un fuerte enfado de Erdogan.

Al grito de “traidor” un atacante abrió fuego contra Can Dündar, director del diario Cumhuriyet, a la entrada del juzgado de Estambul en el que ha sido procesado junto a su compañero Erdem Gül por haber revelado un presunto envío ilegal de armas a Siria de mano de los servicios secretos de Turquía. Al final del día los dos periodistas fueron condenados a cinco años y diez meses de prisión.

Los tres disparos, efectuados en un receso de la última sesión del juicio, no alcanzaron al destacado periodista, aunque uno de ellos hirió a un cámara de la cadena NTV que esperaba la salida de los encausados. El asaltante fue agarrado e inmovilizado por el abogado y la esposa de Dündar para evitar que siguiera disparando, hasta que llegó la policía para arrestarlo. El periodista Erdem Gül explicó que el ataque se produjo en una zona a la que, para acceder, hay que traspasar un detector de metales por lo que denunció “un fallo en la seguridad”. De acuerdo al diario Cumhuriyet, el atacante responde al nombre de Murat Sahin y nació en la provincia de Sivas (Anatolia Central) en 1976 y tiene antecedentes penales por amenazas, injurias y disparos con resultado de heridas. Una vez detenido ha sido llevado a la unidad de lucha antiterrorista de la Dirección de Seguridad de Estambul.

“Estoy bien. Esto es Turquía. No sabemos quién es el atacante, pero sí sabemos quiénes me han convertido en un objetivo”, lamentó Dündar en sus primeras palabras tras el intento de asesinato. El jefe de Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, había amenazado a los periodistas con que pagarían “un alto precio” por el artículo que publicaron, y el propio presidente se personó como acusación. También medios progubernamentales han tratado de intimidar a los periodistas de Cumhuriyet con diversos métodos. Por ejemplo, el columnista Abdurrahman Dilipak, del diario islamista Yeni Akit advirtió a Dündar y a Gül de que “quizás la población no sea tan comprensiva como los jueces” puesto que, según este escribiente, estamos ante dos personas involucradas en cuestiones de “terrorismo y espionaje”.

Tras el sobresalto provocado por el intento de asesinato, el tribunal leyó el veredicto en el que condena a Dündar y Gül a 5 años y 10 meses de cárcel por “revelación de secretos de Estado” aunque se los exime de los cargos de “espionaje” y del aún más ridículo “intento de derrocar al Gobierno”. Este juicio ha sido fuertemente criticado por las organizaciones de defensa de la libertad de prensa e incluso varios diplomáticos europeos han acudido a anteriores sesiones del proceso para mostrar su apoyo a los periodistas, hecho que motivó un fuerte enfado de Erdogan.“En un solo día hemos sufrido dos atentados, uno armado y otro legal”, denunció Dündar tras conocer el veredicto: “El condenado aquí, ha sido el periodismo”. (Andrés Mourenza / El País / Repubblica)