viernes, 6 de mayo de 2016

mayo 06, 2016
Wilberth Chi Castillo

Nuevamente Caja la Sagrada Familia está haciendo méritos… pero para ahuyentar a los socios.


La situación económica que prevalece en el país y que se refleja en los bolsillos de los mexicanos que con tristeza y resignación ven cómo el sueldo cada día alcanza para menos y que la canasta básica se ve aún más lejana del poder adquisitivo de la gente.

Aprovechando esta coyuntura, al día de hoy en México se ha vuelto algo común que de la nada surjan instituciones que se ofrecen a apoyar y en algunos casos hasta solucionar la problemática financiera mediante el otorgamiento de créditos en 24 horas, sin aval o sin tantos requisitos, abajo en las letras nanométricas del contrato que te hacen firmar, lo clásico que nadie lee el titipuchal de intereses que hay que pagar por una cierta cantidad, que estás pague y pague intereses y lo que prestaste nunca lo pagas.

Lo anterior a propósito de la existencia en el mercado de las instituciones crediticias, la que a mi parecer es y no hay porque negarlo, una de las instituciones de ese mercado que “genera” confianza y que pasa como una sólida institución crediticia cuyo misión es la de según ellos “brindar servicios de ahorro, crédito e inversión accesibles y competitivos, para contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de nuestros socios y sus familias, en un marco de transparencia y responsabilidad, contribuyendo con ello al desarrollo de la región en la que operamos” me refiero a Caja la Sagrada Familia.

Esta institución de ahorro y préstamo, surgida hace ya casi 30 años en la ciudad de Motul con el nombre de “Caja Noreste de Yucatán” y que en 1998 adopta el nombre con el que hoy se le conoce, fue una de las que salió bien libradas de aquél fraudulento terremoto financiero denominado “Federación Sistema Coopera” robo artero encabezado por Rafael Medina Puga ayudado por Jesús Caballero Aguilar y Jaime Flota Puerto que dejó en situación de desastre a varias cooperativas que terminaron por declararse en quiebra o terminaron siendo absorbidas por otras para garantizar su funcionamiento y evitar su cierre. 

El refranero popular señala “a río revuelto ganancia de pescadores”, de ese monumental fraude del que hice alusión en el párrafo anterior hubo una institución que si bien mantuvo su capacidad de otorgar préstamos y garantizó los ahorros de sus socios pero corría el riesgo de caer en números rojos, fue “Caja 29 de Octubre” institución que fue precedida por “Mutualidad San Francisco de Asís” misma representó la conjunción de esfuerzos de muchas personas que trabajaron en pro de una noble iniciativa de ahorro y préstamo, por desgracia “Caja La Sagrada Familia” tiró por la borda aquellos memorables recuerdos de esas dos instituciones y con el pretexto de salvar de la quiebra a “Caja 29 de Octubre” en 2011, dicha institución fusiona sus esfuerzos y es desde ese año que la historia de quejas, reclamos y malos tratos inicia.

Al día de hoy, aquellos recuerdos del buen trato, la amabilidad y el entusiasmo en la prestación los servicios financieros de “Caja 29 de Octubre” nada quedan y han dado paso, a las caras largas, al mal trato a los socios, a la nula autocritica por parte de los directivos y personal operativo empecinados en resistirse a escuchar los socios, intolerantes con las críticas a su “institución”, incongruentes en lo que dicen y lo que hacen (Inés, José y Carmen ¿es curioso son familia no? “pero en la fusión así quedó estipulado”) hoy los socios se han quedado indefensos ante quienes con reprobable actitud son más bien vistos como “dueños de la caja” que como lo que son, directivos. 

Uno de esos directivos que pasa como “dueño” es quien se ostenta como director general de Caja La Sagrada Familia, Jorge Manuel Canto Canul, y quien en realidad es quien tiene el control absoluto de los hilos de la institución, aunque por mero formalismo y como pieza decorativa, pongan como “presidente del Consejo de Administración” a Jorge Chim Pool, aunque solo esté como eso, de adorno, porque es “Don Jorge Canto” quien encabeza al nefasto grupo de directivos que lo mismo permiten atropellos a los derechos humanos entre los propios empleados, hostigamiento laboral entre los mismos empleados, que lo mismo están empecinados en socavar día con día la confianza de los socios, quienes no tienen otra alternativa que pedir su “baja” de la caja, ante el constante hostigamiento, la negativa de préstamos “que porque no tienen capacidad de pago”, lo último e intolerable, con el pretexto de que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) se encuentra en constante vigilancia del otorgamiento de las líneas de crédito, sobajan la dignidad de las personas, no importándoles si son adultos mayores o personas discapacitadas les da lo mismo, el “buró de crédito y los avales” se han vuelto un demonio de pesadilla que le quita el sueño a los socios, les causa estrés, les genera colitis, diarrea e inflación del hígado por la bilis que los socios hacen ante la cerrazón, el desinterés y el conformismo que a rajatabla quieren imponer en Caja La Sagrada Familia, a los socios se les vulnera la dignidad de una manera grosera “si eres mayor de 60 años no eres sujeto de crédito, no te vayas a morir y no nos pagues” “no tienes casa o un terrenito no te lo doy” habiendo adultos mayores con capacidad de pago probada, habiendo jubilados y pensionados que les pueden pagar hasta la risa. 

Y menos mal lo dijeran de una manera amable, hoy por hoy, no hay gerente de plaza o encargadas de sucursal quienes no estén siendo odiadas por socios que reprueban las actitudes “de mala gana, de gente ignorante” o de plano reprueben la intolerable postura ante las críticas que más que críticas pretenden ser un llamado de atención URGENTE a Jorge Canto y su gente “o cambian su actitud o estoy se lo va llevar el carajo” y están enfilados en esa ruta, de ir ahuyentando día a día socio por socio que desilusionados y enojados por la execrable actitud de directivos y empleados, prefieren salir de la cooperativa que seguir soportando a estos sátrapas que se han adueñado del control de la cooperativa y menos mal hubiese fecha de caducidad para sus “puestos vitalicios” dentro de la directiva, así hayan desempeñado su encargo por espacio de 15, 20 o 30 años, “mientras te sigan reeligiendo a ti que te importa” cerrándole así la puerta a una SANA RENOVACIÓN de las CUESTIONADAS estructuras directivas de la caja, evitando la inclusión de los socios en las decisiones de la cooperativa, rehuyendo por tanto, a la democratización de los diversos comités que desempeñan las labores de la institución. 

Lo más abominable de esta historia de terror iniciada como ya lo he mencionado, desde la fusión entre Caja 29 de Octubre y Caja la Sagrada Familia ocurrida en 2011, es que son los propios directivos los que “extrañados” de los comentarios de los socios, te invitan a que los acompañes en una junta donde les expongas tus comentarios, tus dudas, tus quejas y que al parecer dichas juntas NO SIRVEN PARA NADA siguen en los mismos errores de siempre, siguen entercados en fastidiar a los socios, siguen entercados en creer “que en la caja no pasa nada” cuando los socios están hartos, cansados, hastiados de que les nieguen préstamos, de que no haya un solo empleado que tenga una actitud de servicio con el socio, que no haya ni siquiera una sonrisa de amabilidad y entusiasmo que hoy se han perdido, cambio hoy en TODAS las sucursales de esta cooperativa sólo hayan negativas, evasivas y actitudes tiránicas ante quienes como socios deseamos un cambio si bien no de directivos (eso sería como sacarse la lotería y es pedir demasiado, Doña Carmen, Don Manuel y cuanto dinosaurio en exhibición siga como directivo) si de las deleznables actitudes que hoy tienen francamente desilusionados a los socios.

Que no les olvide a esos directivos vitalicios, al director general, al presidente del Consejo de Administración, a los gerentes de plazas y encargadas de sucursales, que SOMOS LOS SOCIOS QUIENES EN REALIDAD SOMOS LOS DUEÑOS DE CAJA LA SAGRADA FAMILIA NO LOS DIRECTIVOS CON POSE DE DUEÑOS, SOMOS LOS SOCIOS QUIENES CONSUMIMOS SUS SERVICIOS FINANCIEROS, QUIENES LES DAMOS DE COMER, SOMOS LOS SOCIOS QUIENES NOS EMBARCAMOS CON UN PRÉSTAMO QUIENES MANTENEMOS DE PIE CAJA LA SAGRADA FAMILIA, USTEDES COMO DIRECTIVOS, SINCERAMENTE NO SIRVEN PARA NADA, MÁS QUE PARA OBSTACULIZAR Y FASTIDIAR AL SOCIO.

Ah! y todo lo anterior señores, lo he dicho a título personal, es costumbre que “Caja La Sagrada Familia” le pasen factura de los actos de uno a otra personas QUE NADA TIENEN QUE VER pero que son hostigadas por actos no hicieron.

Es cuanto.