viernes, 6 de mayo de 2016

mayo 06, 2016
BRASILIA, Brasil, 6 de mayo.- La corte suprema de Brasil suspendió ayer el mandato del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, por obstruir las investigaciones que lo involucran en el escándalo de corrupción en Petrobras.

El Supremo Tribunal Federal (STF) ratificó por unanimidad la sentencia del juez Teori Zavascki que suspendió por tiempo indefinido a Cunha en atención a un pedido formulado por el fiscal general, Rodrigo Janot, en diciembre pasado.

Los otros diez miembros de la corte aceptaron los argumentos presentados por Zavascki, con lo que quedó en firme una medida cautelar dictada por el magistrado ayer mismo y que separa a Cunha del cargo y deja en manos del Legislativo una decisión sobre una eventual pérdida definitiva del mandato.

El líder de la cámara brasileña de Diputados, Eduardo Cunha, un polémico enemigo de la presidenta Dilma Rousseff que podía llegar a remplazarla después del vicepresidente, fue apartado de su banca en el Congreso por la justicia.(BBC)

El fiscal acusó a Cunha de “intimidar a parlamentarios, procesados, colaboradores, abogados y agentes públicos con el fin de dificultar las investigaciones” de las que es objeto en el marco de la operación Lava Jato de la Policía Federal, en relación con el escándalo de corrupción en Petrobras.

La decisión que lo separa tanto de su mandato de diputado federal como de su cargo de presidente de la cámara, se tomó casi tres semanas después del voto arrollador de ese cuerpo a favor del juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, que podría ser destituida por el Senado.

Se sospecha que el presidente de la Cámara de Diputados recibió unos cinco millones de dólares en sobornos para facilitar a empresas la obtención de contratos con la petrolera estatal.

Además, enfrenta un proceso de impugnación de su mandato en el Consejo de Ética de la Cámara baja, por haber ocultado a sus colegas parlamentarios el tener cuentas secretas en Suiza.

Cunha, enemigo declarado del gobierno, fue quien atendió en diciembre y condujo en abril el proceso con miras a destituir a la mandataria.

El pedido de Janot, así como la decisión del Supremo, no incluyen la destitución de Cunha, puesto que esa decisión sólo puede ser tomada por el plenario de la Cámara de Diputados.

La Presidenta, por su parte, celebró  la decisión del Tribunal Supremo e insistió en que: “El inicio del impeachment fue un chantaje del señor Eduardo Cunha, que pidió al gobierno votos para impedir su propio juicio en la Comisión de Ética. Pero nosotros no le dimos los votos”.

Cunha afirmó  que la suspensión de su mandato por decisión de la corte suprema es una “represalia” por su papel protagónico en el proceso de destitución contra la Presidenta.

Al ser cuestionado sobre su posible renuncia dijo: “no hay ninguna posibilidad, no renuncio a nada”. (Excélsior)