jueves, 23 de julio de 2020

julio 23, 2020
PEKÍN, China, 23 de julio de 2020.- Siguiendo con su frenética carrera espacial en pugna con Estados Unidos, China ha lanzado este jueves su primera misión a Marte. A las 12:41, concluía la cuenta atrás en mandarín y un cohete “Larga Marcha-5” era disparado desde la base de Wenchang, en la isla sureña de Hainan, rumbo al “Planeta Rojo”. Un viaje que, según la agencia estatal de noticias Xinhua, durará siete meses y tiene como objetivo posar sobre la superficie marciana un vehículo de exploración. Una vez completada esta parte de la misión, que será la más difícil, dicho vehículo estudiará la atmósfera, campos magnéticos e ionosfera de Marte durante 90 días de ese planeta, que son algo más de tres meses en la Tierra.

Tras sus misiones tripuladas al espacio y su pionera exploración de la cara oculta de la Luna, China da un salto más para conquistar el cosmos. En esta ocasión, lo hace con una nave bautizada como “Tianwen-1”, que significa “Preguntas al Cielo” y es un homenaje a un poema escrito hace más de dos mil años por Qu Yuan (340-278, antes de Cristo). Con esta “perseverancia en la búsqueda de la verdad y la ciencia explorando la naturaleza y el universo”, según la propaganda oficial, el autoritario régimen de Pekín se propone marcar otro hito que confirme su auge como superpotencia no solo en la Tierra, sino también en el espacio.

El cohete “Larga Marcha-5” es disparado desde la base de Wenchang, en la isla sureña de Hainan. (EFE)

Pero no será el único porque este verano, coincidiendo con la alineación de Marte con la Tierra, hay más misiones similares. Hace cuatro días, Emiratos Árabes Unidos lanzó su propia sonda al “Planeta Rojo” y EE.UU. hará lo propio el día 30 de julio. Todos ellos quieren aprovechar que el viaje es ahora más corto para llegar hasta Marte, un objetivo que despierta la imaginación del ser humano desde hace décadas.


De hecho, no es la primera vez que China lo intenta. En 2011 lanzó una misión conjunta con Rusia, pero fracasó. Ahora lo hace en solitario tras los últimos éxitos de su carrera espacial. Si todo va bien, la nave “Tianwen-1” llegará al “Planeta Rojo” en febrero del próximo año tras surcar 55 millones de kilómetros.

Como las Viking

A pesar de sus rapidísimos avances, China todavía se encuentra muy por detrás de EE.UU., que ya ha enviado cuatro vehículos a Marte desde finales de los años 90. Su próxima misión, “Perseverance”, será con una sonda del tamaño de un coche que buscará signos de antigua vida microbiana y tomará muestras de rocas y tierra para traerlas a la Tierra en 2031, informa France Presse.

Por eso, y a tenor de algunos expertos, esta primera expedición china a Marte es parecida a las misiones “Viking” que la NASA llevó a cabo entre 1975 y 1976. Desde los años 60, la extinta Unión Soviética y EE.UU. habían trasladado al espacio su “Guerra Fría” y, al igual que con la Luna, ambos querían apuntarse el tanto de ser los primeros en posar una nave no tripulada en Marte, el planeta más próximo a la Tierra. Tras varios intentos fallidos, finalmente lo consiguió la URSS con una sonda que se posó en Marte, pero que apenas funcionó allí 14 segundos. Tras sus misiones “Viking”, la nave estadounidense “Mars Odyssey”, lanzada en 2001, ostenta el récord de gravitación en órbita alrededor de un planeta que no sea la Tierra, recoge el periódico “South China Morning Post”.

Gracias a su extraordinario crecimiento económico, China ha entrado de lleno en la carrera espacial desde que en 2003 puso su primer hombre en órbita. Desde entonces, ha llevado a cabo media docena de misiones tripuladas y, tras construir un laboratorio entre las estrellas, se plantea para 2022 una estación espacial permanente. Tomando el relevo de Rusia, la “Nueva Guerra Fría” con EE.UU. también se libra en el espacio. (Pablo M. Díez / ABC)

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