jueves, 23 de julio de 2020

julio 23, 2020
Carlos Loret de Mola Álvarez / 23-VII-20

Cuando dio el golpe de la cancelación del aeropuerto de Texcoco, el entonces presidente electo López Obrador mandó un mensaje en un video que subió a sus redes sociales que se volvió un símbolo de su llegada al poder. Declaraba la separación del poder económico y el poder político con la portada de un libro: “¿Quién manda aquí?”.

López Obrador manda. Basta un vistazo a la mañanera de ayer:

Escena 1. Se dio a conocer lo que se presentó como una muy buena noticia para los trabajadores. En conjunto con la iniciativa privada, Hacienda y el Poder Legislativo buscan que las pensiones se incrementen sin que esto signifique un costo para los empleados. En el sentido más neoliberal, es algo más que deseable. Salvo un par de “pequeños” problemas: el acuerdo deja fuera a los 24 millones de trabajadores informales, presiona a la población de 40-50 años que está trabajando y apuesta a que habrá una rápida recuperación económica de esta crisis al cargarle todo el costo a las empresas. Ojalá no resulte contraproducente y termine todo fomentando más la informalidad, el desempleo y el subempleo.


Escena 2. Sesión de preguntas y respuestas. Ante un provocador cuestionamiento sobre el uso del cubrebocas, el presidente no dudó un momento en volver a ridiculizar en público a su Secretario de Hacienda. Tercera desmentida en público: las tenencias, la refinería y ahora con el uso de cubrebocas como condición para la reapertura y recuperación económica. Un día antes ante empresarios, el secretario Arturo Herrera recomendó el uso de tapabocas. El presidente le dijo en su cara que estaba exagerando. Un golpe más a la autoridad de su secretario de Hacienda.


Escena 3. Le tocó al Legislativo. Reclamó al líder de Morena en la Cámara, Mario Delgado, por no haberle dado su lugar en el periodo extraordinario de sesiones a la iniciativa para cancelar los Fideicomisos Públicos. Se entiende. Él manda y necesita dinero. Hay que pagar programas sociales y la economía no va a dar ingresos ni por petróleo ni por impuestos y, pues es necesario hacerse de esos guardaditos. Ya vienen las elecciones.

¿Quién manda aquí? Está claro. Pero una cosa es mandar y otra gobernar. Y gobernar no se mide en sometimiento, sino en muertes por la pandemia, muertes por inseguridad, desempleados por la crisis económica…

SACIAMORBOS
El presidente zarandeó ayer a sus legisladores porque no han aprobado su iniciativa para cancelar los Fideicomisos. Justo un día antes, la CFE aprobó la creación del “Fideicomiso Maestro de Inversión”. Lo que hace es mantener las ganancias de CFE fuera del alcance del presidente y de Hacienda para dedicarlas a la construcción y compra de centrales eléctricas. Parece adecuado para la consecución del objetivo de una mayor generación de energía. Pero el presidente no quiere fideicomisos. Entonces, ¿quién manda aquí? Bueno, Manuel Bartlett. Ya se sabe que él juega con sus propias reglas.

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