miércoles, 13 de enero de 2016

enero 13, 2016
WASHINGTON D.C., 13 de enero.- El Congreso en pleno con sus dos cámaras, el Senado y la de Representantes. El que reúne una vez al año a los tres poderes, al cuerpo diplomático y a una destacada representación de la sociedad civil. La engalanada sede del legislativo norteamericano fue testigo ayer del último discurso del presidente Obama sobre el Estado de la Unión, el tradicional momento en el que se visualiza el respaldo institucional al jefe del Estado. Y así volvió a ser ayer, antes de que el presidente de Estados Unidos iniciara su alocución, que no fue su más larga ni su más corta en siete años, con una hora exacta. En un tono elevado y confiado, Obama defendió el grueso de su política, pero también asumió errores. Por primera vez, el inquilino de la Casa Blanca desmenuzó su estrategia en política exterior y contra el terrorismo yihadista, para reafimarse en que "Estados Unidos sigue siendo la nación más poderosa del mundo". En un repaso retrospectivo de todo su mandato, resaltó también la salida de la crisis económica y la creación de empleo como uno de sus grandes logros. Así como los notables avances en cobertura social y sanitaria y en materia educativa. Pero también eligió su despedida formal del estrado del Congreso para asumir uno de sus errores: no haber sido capaz de acercar a ambos partidos, demócrata y republicano, cuya relación "está peor que antes". Aunque lanzando un reproche añadido: "No puedo cambiarlo solo".

Lo que había rehuido Obama en los peores momentos de tensión tras los ataques de París y San Bernardino, ante una sociedad tensionada y que mayoritariamente le ha dado la espalda en materia de lucha contra el terrorismo, lo vino a hacer en el discurso sobre el Estado de la Unión. El presidente desplegó su mayor convicción cuando resaltó que Estados Unidos no ha perdido su potencial: "Gastamos más en defensa que los ocho países siguientes juntos". Y también cuando explicó el porqué de su perfil bajo al referirse a Daesh. Aunque no le tembló el pulso para llamarles "lo que son, asesinos y fanáticos, que deben ser perseguidos y derrotados", aseguró que "hay que mantener la perspectiva, porque no son una amenaza para nuestra existencia".

Para Barack Obama, "vivimos en tiempos de cambio extraordinario. El futuro que queremos es posible sólo si consolidamos nuestras políticas". (AFP)

Una visión optimista de su mandato para luchar contra los miedos de EEUU. El presidente Barack Obama reiteró esta madrugada su promesa de tratar de cerrar la cárcel de Guantánamo, de la que dijo que es "cara e innecesaria", durante su último discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso. Esa prisión, ubicada en Cuba, "solo sirve de folleto de reclutamiento para nuestros enemigos", subrayó el presidente, quien arrastra la promesa de cerrar Guantánamo desde su primera campaña electoral en 2008.

Las transferencias de presos a terceros países anunciadas en los últimos días han dejado en un total de 103 el número de presos que permanecen en Guantánamo. El Gobierno prevé transferir este jueves de una sola vez a diez presos de la cárcel, según informaron funcionarios de defensa al canal Fox News. Los reclusos pendientes de juicio en las comisiones militares creadas para juzgar a combatientes yihadistas o que no pueden salir en libertad, al ser considerados una amenaza, son el "mayor desafío en este momento" para cerrar la cárcel, según admitió el propio Obama en diciembre pasado.

Obama ha adelantado que presentará al Congreso un plan para cerrar la cárcel y no ha descartado usar su autoridad ejecutiva para lograrlo si los legisladores no colaboran. El jefe de gabinete de Obama, Denis McDonough, reiteró el domingo pasado en una entrevista que el presidente sigue comprometido a cerrar Guantánamo antes de abandonar el poder en enero de 2017.

Sobre la amenaza yihadista, el presidente trató de calmar a quienes ven la lucha contra el Estado Islámico como "la Tercera Guerra Mundial" al asegurar que el grupo "no amenaza la existencia nacional" de su país, pero urgió al Congreso a aprobar una base legal específica para esa campaña. "Mientras nos centramos en destruir al ISIS, los mensajes exagerados de que esta es la Tercera Guerra Mundial solamente benefician" a los yihadistas, afirmó Obama durante el último discurso de su Presidencia sobre el Estado de la Unión ante el Congreso.

"Ellos no amenazan nuestra existencia nacional. Esa es la historia que el ISIS quiere contar, es el tipo de propaganda que usan para reclutar. Pero no tenemos que reforzarlos para demostrarles que vamos en serio", ni "repetir la mentira de que el ISIS es el representante de una de las mayores religiones", agregó. Según el mandatario, basta con "llamarles por su nombre, asesinos y fanáticos que deben ser erradicados, perseguidos y destruidos".

Obama sí admitió que tanto Al Qaeda como el ISIS "suponen una amenaza directa" para el pueblo estadounidense, porque "usan Internet para envenenar las mentes de individuos dentro del país, y socavan" a sus aliados. El mandatario defendió el trabajo de la coalición liderada por Estados Unidos en Irak y Siria, que ha desplegado "casi 10.000 ataques aéreos" y está apoyando a "fuerzas que están recuperando territorio a buen ritmo" en ambos países. "Si este Congreso quiere ganar esta guerra en serio y enviar un mensaje a nuestras tropas y el mundo, debería autorizar finalmente el uso de la fuerza militar contra el ISIS. Voten sobre ello", pidió. Obama pidió hace casi un año al Congreso que aprobara una base legal específica para la batalla contra el Estado Islámico, dado que hasta ahora, su Gobierno se ha basado para desplegar sus ataques en Irak y Siria en normas aprobadas en 2001 y 2002 para la guerra lanzada por el expresidente George W. Bush.

El mandatario aseguró que con o sin autorización del Congreso, el ISIS debe saber que Estados Unidos "irá a por ellos". "Si dudan del compromiso de EEUU, o del mío, para garantizar que se hace justicia, pregunten a Osama Bin Laden", afirmó en tono triunfal.

"China ya no dicta las normas"
El presidente de EEUU sacó pecho por la recuperación económica lograda durante su mandato, pero admitió que junto a ésta se han producido "cambios profundos" que mantienen a muchos estadounidenses preocupados. "EEUU tiene la economía más fuerte y más duradera del mundo. Más de 14 millones de nuevos puestos de trabajo, los dos años de mayor crecimiento de empleo desde los 90, el desempleo reducido a la mitad. Cualquiera que diga que la economía de EEUU está en declive está vendiendo ficción", indicó ante el pleno del Congreso.

Sin embargo, el gobernante admitió que "muchos estadounidenses" están preocupados porque la economía "ha estado cambiando de forma profunda" al citar el reemplazo de puestos de trabajo por tecnologías autómatas, la libertad de movimiento internacional para las empresas y el aumento de las desigualdades. "Las compañías en una economía global se pueden ubicar en cualquier sitio, y se enfrentan a mayor competencia. Como resultado, los trabajadores tienen menor capacidad de negociación. Las empresas son menos fieles a sus comunidades y más y más riqueza se concentra en manos de los más ricos", apuntó.

Según Obama, todos estos hechos han "exprimido" a los trabajadores, "incluso a los que tienen trabajo e incluso cuando la economía está en crecimiento", y han hecho que hoy en día sea "más difícil" para una familia trabajadora salir de la pobreza, para los jóvenes empezar sus carreras profesionales y para los trabajadores jubilarse.

El presidente aprovechó su presencia ante las dos cámaras del Congreso para lanzar una crítica a los bancos de Wall Street, cuya "temeridad" fue la causante de la crisis financiera, "y no la gente que vive de ayudas gubernamentales para recibir alimentos". "Los inmigrantes no son la razón por la que los salarios no han subido lo suficiente, este tipo de decisiones se toman en salas de juntas que demasiado a menudo ponen los resultados trimestrales por encima de los retornos a largo plazo", destacó Obama.

Asimismo, pidió a los congresistas la aprobación del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) por considerar que con él China no dictará las normas en esa región, sino que lo hará Estados Unidos. Obama destacó la importancia del TPP como mecanismo para "abrir mercados, proteger a los trabajadores y al medio ambiente e impulsar el liderazgo de EE.UU. en Asia". "Con el TPP, China no dicta la normas en esa región, lo hacemos nosotros", aseguró el gobernante en referencia al acuerdo alcanzado en octubre por EE.UU. con Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

Respecto al sector energético, el presidente aseguró que presionará para que haya "cambios" en la forma como EE.UU. maneja el petróleo y el carbón, redoblando así su apuesta por las energías limpias y la lucha contra el cambio climático. "En lugar de subsidiar el pasado, debemos invertir en el futuro, especialmente en las comunidades que viven de los combustibles fósiles. Por eso voy a presionar para cambiar la manera como manejamos nuestros recursos de petróleo y de carbón, para que reflejen mejor los costes que suponen para los contribuyentes y el planeta", apuntó Obama ante ambas cámaras del Congreso. Admitió que "nada de esto sucederá en una noche" y que hay muchos "intereses" que quieren proteger el status quo, pero aseguró que la creación de empleo, el ahorro y la preservación del planeta "es lo que merecen nuestros hijos y nietos".

Alude a Trump

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reivindicó ayer en su último mensaje sobre el Estado de la Unión la fortaleza del país que dirige desde hace siete años como primer potencia mundial, en un intento de hacer frente a la retórica apocalíptica del Partido Republicano y en especial de los precandidatos conservadores, que venden al electorado que acudirá a las urnas en noviembre el mensaje de que con el presidente demócrata, el primer afroamericano de la historia, el país ha ido a peor.

Esta contraofensiva optimista de Obama, en la que repasó sus logros socialiales y económicos, iba dirigida, sin nombrarlo directament, al favorito en las encuestas para alzarse como candidato presidencial republicano: Donald Trump.

Contra el miedo
El presidente pidió superar la política del miedo que encarna el magnate, mostrando así su desencanto con la deriva del discurso de la campaña del republicano, basada en la crispación.

Obama no habló explícitamente de Trump ni de ningún otro aspirante a la Casa Blanca, pero denunció el miedo que inoculan a la población: el miedo a un atentado yhadista, a los inmigrantes, al cataclismo económico, o simplemente a una decadencia inexorable de la superpotencia, que sin embargo, dijo, no se vislumbra en el horizonte.

“Quien sostenga que la economía estadounidense está en declive hace ficción”, dijo. También es ficción “toda la retórica que se oye sobre cómo nuestros enemigos se están haciendo más fuertes y América es cada vez más débil”, añadió más tarde. “Los Estados Unidos de América son la nación más fuerte de la tierra. Punto”.

Islamofobia

De nuevo con la mente puesta en Trump y en su idea de prohibir la entrada en el país de musulmanes, a raíz del atentado de San Bernardino, Obama dijo que “cuando los políticos insultan a los musulmanes, una mezquita es destrozada o un niño es intimidado, eso no nos hace más seguros. Es simplemente incorrecto. Nos disminuye ante los ojos del mundo”.

“Los mensajes exagerados de que esta es la Tercera Guerra Mundial solamente benefician a los yihadistas del Estado Islámico”, afirmó Obama. “Ellos no amenazan nuestra existencia ni tenemos que repetir la mentira de que el EI es el representante de una de las mayores religiones”, agregó.

Inmigrantes

Sobre la “amenaza” de los inmigrantes, a los que Trump llamó “criminales”, Obama dijo al respecto que han existido personas que querían poner el freno al cambio y que prometían restaurar una imaginaria gloria pasada y amenazaban a un grupo o una idea determinada. “Debemos rechazar cualquier política que apunte a personas por su raza o religión”, dijo. “No se trata de corrección política. Se trata de entender qué es lo que nos hace fuertes”.

Sin embargo, a diferencia de anteriores ocasiones, el presidente demócrata no pidió a la mayoría republicana del Congreso que apruebe su reforma migratoria.

Donde sí volvió a insistir es en la vieja promesa de cerrar Guantánamo y en la más reciente de pedir el fin del embargo a Cuba.

“¿Quieren consolidar nuestro liderazgo y credibilidad en el continente? Reconozcan que la Guerra Fría ha terminado. Levanten el embargo”, dijo.

El mandatario, al que le queda un año en el poder, recordó a los legisladores que los más de 50 años de política estadunidense para aislar a Cuba “no lograron promover la democracia”, y deterioraron la imagen de Estados Unidos en Latinoamérica.

“Por eso hemos restaurado las relaciones diplomáticas, hemos abierto la puerta a los viajes y el comercio, y nos hemos posicionado para mejorar las vidas del pueblo cubano”, agregó Obama. (abc.es / El Confidencial / Crónica)