domingo, 18 de enero de 2015

enero 18, 2015
MANILA, 18 de enero.- «La Biblia nos dice que la gran amenaza para el plan de Dios sobre nosotros es, y siempre ha sido, la mentira. El diablo es el padre de la mentira. A menudo esconde sus engaños bajo la apariencia de la sofisticación, de la fascinación por ser ‘moderno’, ‘como todo el mundo’. Nos distrae con el señuelo de placeres efímeros, de pasatiempos superficiales. Y así malgastamos los dones que Dios nos ha dado jugando con artilugios triviales; malgastamos nuestro dinero en el juego y la bebida; nos encerramos en nosotros mismos. Y no nos centramos en las cosas que realmente importan, de seguir siendo en el fondo hijos de Dios». Lo dijo Papa Francisco durante la homilía de la misa que celebró en el Rizal Park de Manila, «paralizada» por los 4 millones de fieles que asistieron a escuchar a Francisco. (La estimación, conservadora, es de La Stampa. Más conservadoras las autoridades filipinas: tres millones. Hasta seis millones, estiman AP, DPA y Reuters).

Dios, continuó, «Nos eligió a cada uno de nosotros para ser testigos de su verdad y su justicia en este mundo. Creó el mundo como un hermoso jardín y nos pidió que cuidáramos de él. Pero, con el pecado, el hombre desfiguró aquella belleza natural; destruyó también la unidad y la belleza de nuestra familia humana, dando lugar a estructuras sociales que perpetúan la pobreza, la falta de educación y la corrupción».

«En el Evangelio, Jesús acoge a los niños, los abraza y bendice. También nosotros necesitamos proteger, guiar y alentar a nuestros jóvenes, ayudándoles a construir una sociedad digna de su gran patrimonio espiritual y cultural. En concreto, tenemos que ver a cada niño como un regalo que acoger, querer y proteger. Y tenemos que cuidar a nuestros jóvenes, no permitiendo que les roben la esperanza y queden condenados a vivir en la calle».

«Lamentablemente, en nuestros días, la familia con demasiada frecuencia necesita ser protegida de los ataques y programas insidiosos, contrarios a todo lo que consideramos verdadero y sagrado, a lo más hermoso y noble de nuestra cultura».

Antes de la celebración eucarística, el Papa se reunió con el padre y el primo de Kristel, la voluntaria de 27 años que trabajaba con Catholic Relief Service, que perdió la vida ayer en el aeropuerto, debido a las malas condiciones meteorológicas, para expresarles su cercanía.

Inmensa. Innumerable la multitud que desbordó el Parque Rizal en Manila, donde la misa se celebró el domingo por la tarde, hora local. (DPA)

Ante millones de fieles reunidos en el Parque Rizal en Manila, el Papa Francisco pronunció una intensa homilía en la que habló sobre la necesidad de ser como el Niño Jesús y en la que explicó cómo opera "el padre de la mentira", el demonio. (AP)

El Papa se adapta lo mismo al individuo que a las masas. Enlace a El Papa, tomado por asalto por los niños de Manila.(AP)

El Santo Padre explicó que los filipinos tienen una especial vocación, la de ser los evangelizadores de Asia. Esa misión, alertó sin embargo, se ve amenazada con el pecado por el cual “el hombre desfiguró aquella belleza natural; destruyó también la unidad y la belleza de nuestra familia humana, dando lugar a estructuras sociales que perpetúan la pobreza, la falta de educación y la corrupción”. (Reuters)

El Papa se entrega al amor de los fieles de Filipinas. (Reuters)

“A veces, cuando vemos los problemas, las dificultades y las injusticias que nos rodean, sentimos la tentación de resignarnos. Parece como si las promesas del Evangelio no se fueran a cumplir; que fueran irreales. Pero la Biblia nos dice que la gran amenaza para el plan de Dios sobre nosotros es, y siempre ha sido, la mentira”, dijo Francisco. (Reuters)

La multitud — un mar de personas que ocupaba las 60 hectáreas (148 acres) del parque y calles adyacentes — estalló en gritos de alegría a su llegada, un reflejo de la increíble repercusión que ha tenido el mensaje del papa sobre su preocupación por los más desfavorecidos de la sociedad en un país donde un cuarto de sus 100 millones de habitantes vive en la pobreza. (Reuters)


Francisco hizo su entrada triunfal al parque Rizal de Manila a bordo de un papamóvil basado en el diseño de un taxi colectivo, un jeep del ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial que, modificado, es un medio de transporte habitual en el país. Vestía el mismo poncho barato de plástico amarillo para la lluvia que se entregó a la multitud el sábado durante su visita a la devastada localidad de Tacloban.(AFP)

El Santo Padre besa en la frente a un infante. (AFP)
Los organizadores estimaron que unos 6 millones de personas asistieron a la misa, superando el record de 5 millones de fieles que acudieron al servicio oficiado por san Juan Pablo II en el mismo parque en 1995. (AFP)

Una lluvia constante originada por la misma tormenta tropical que obligó al pontífice a acortar su visita a Tacloban el sábado caía sobre la multitud, pero no pareció mojar el espíritu de los filipinos que llegaron a la capital para el último día de la visita papal.(AFP)

Entusiamo inigualable el de los católicos de Filipinas. (Reuters)

El Papa Francisco expresó desde ayer su profundo pesar por la muerte accidental de una joven de 27 años de edad tras la Misa que celebró en la localidad de Tlacoban en Filipinas. (Kristel Mae Padasas falleció luego de que un andamio con altavoces colapsara y cayera sobre ella debido a los fuertes vientos de la tormenta Amang.) (ansa)  

Tras conocer este trágico hecho, el Papa Francisco solicitó el sábado a sus colaboradores que le informaran ampliamente sobre lo ocurrido para poder expresar su consuelo y cercanía a la familia de la muchacha, según informó el Director de la Sala Stampa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi, en rueda de prensa en Manila.(Reuters)

Dos jovencitas devotas rezan en la misa celebrada por Francisco. (AP)

Para cuando se abrieron las puertas, las calles que llevan al parque estaban en su mayoría cerradas. Muchos acamparon en lonas sobre el terreno para pasar la noche, rodeados de bolsas de comida. Algunos peregrinos portaban imágenes del Niño Jesús: La misa de Francisco coincide con un importante feriado católico en el país, el Santo Niño. La imagen la llevó a la isla el navegante y conquistador portugués Fernando de Magallanes. (Reuters)

Católico emocionado. (ansa)

Profunda devoción de una mujer. (ansa)

A los jóvenes que escucharon atentos a pesar de la incesante lluvia que cae hoy en Manila, el papa les instó a no caer en la "psicología de la computadora y de creer que sabemos todo".
Para ser un joven sabio, Francisco les aconsejó aceptar el desafío del amor, y les dijo que la "materia más importante que hay que aprender en la universidad y en la vida es aprender a amar y no solo acumular información". (ansa)

Previendo una gran multitud, el gobierno de Filipinas lanzó un aviso advirtiendo a mayores, embarazadas y niños que no acudiesen al evento. Instaron a los asistentes a llevar sus pertenencias en bolsas de plástico transparente para facilitar su inspección. El llamado para llevar impermeables en lugar de paraguas cayó en saco roto. (AP)

"Con tantos medios de comunicación estamos informados e hiperinformados. Esto no es malo. Es bueno y ayuda, pero podemos caer en el peligro de vivir acumulando información. Tenemos mucha información, pero quizá no sabemos qué hacer con ella. Corremos el riesgo de convertirnos en jóvenes museo que tienen de todo, pero no saben qué hacer", explicó. Y añadió: "No necesitamos jóvenes museo sino jóvenes sabios". (AFP)

El Papa junto a Cristo en la Cruz. (AFP)

rancisco celebró la misa bajo una lluvia que caía desde hace varias horas y que convirtió el terreno del parque Rizal en una verdadero lodazal. (AFP)

A los fieles filipinos les exhortó a "proteger las familias" y lamentó: "En nuestros días, con demasiada frecuencia, la familia necesita ser protegida de los ataques y programas insidiosos, contrarios a todo lo que consideramos verdadero y sagrado". (AFP)

Antes, el sorprendente comentario del Papa Francisco al reconocer que quien insulte a su madre se merece “un puñetazo”, desató una ola de controversias entre católicos y ateos y abrió un debate sobre una posible justificación del ataque al semanario satírico francés Charlie Hebdo. (ansa)

Enlace a El cardenal Tagle relata emotivo almuerzo de Papa Francisco con sobrevivientes de tifón Yolanda. (Reuters)

La homilía

Esta es la homilía completa que el Papa Francisco pronunció este domingo en el Parque Rizal en Manila (Filipinas) ante millones de fieles en el día de la celebración del Santo Niño en esta nación asiática

«Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado» (Is 9,5). Es una gran alegría para mí celebrar el domingo del Santo Niño con vosotros. La imagen del Santo Niño Jesús acompañó desde el principio la difusión del Evangelio en este país. Vestido como un rey, coronado y sosteniendo en sus manos el cetro, el globo y la cruz, nos recuerda continuamente la relación entre el Reino de Dios y el misterio de la infancia espiritual. Nos lo dice el Evangelio de hoy: «Quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él» (Mc 10,15).

El Santo Niño sigue anunciándonos que la luz de la gracia de Dios ha brillado sobre un mundo que habitaba en la oscuridad, trayendo la Buena Nueva de nuestra liberación de la esclavitud y guiándonos por los caminos de la paz, el derecho y la justicia. Nos recuerda también que estamos llamados a extender el Reino de Cristo por todo el mundo.

En estos días, durante mi visita, he escuchado la canción: «Todos somos hijos de Dios». Esto es lo que el Santo Niño nos dice. Nos recuerda nuestra identidad más profunda. Todos somos hijos de Dios, miembros de la familia de Dios. Hoy san Pablo nos ha dicho que hemos sido hechos hijos adoptivos de Dios, hermanos y hermanas en Cristo. Eso es lo que somos. Ésa es nuestra identidad. Hemos visto una hermosa expresión de esto cuando los filipinos se volcaron con nuestros hermanos y hermanas afectados por el tifón.

El Apóstol nos dice que gracias a la elección de Dios hemos sido abundantemente bendecidos. Dios «nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos» (Ef 1, 3). Estas palabras tienen una resonancia especial en Filipinas, ya que es el principal país católico de Asia; esto ya es un don especial de Dios, una bendición. Pero es también una vocación. Los filipinos están llamados a ser grandes misioneros de la fe en Asia.

Dios nos ha escogido y bendecido con un propósito: «Para que fuésemos santos e irreprochables en su presencia» (Ef 1,4). Nos eligió a cada uno de nosotros para ser testigos de su verdad y su justicia en este mundo. Creó el mundo como un hermoso jardín y nos pidió que cuidáramos de él. Pero, con el pecado, el hombre desfiguró aquella belleza natural; destruyó también la unidad y la belleza de nuestra familia humana, dando lugar a estructuras sociales que perpetúan la pobreza, la falta de educación y la corrupción.

A veces, cuando vemos los problemas, las dificultades y las injusticias que nos rodean, sentimos la tentación de resignarnos. Parece como si las promesas del Evangelio no se fueran a cumplir; que fueran irreales. Pero la Biblia nos dice que la gran amenaza para el plan de Dios sobre nosotros es, y siempre ha sido, la mentira.

El diablo es el padre de la mentira. A menudo esconde sus engaños bajo la apariencia de la sofisticación, de la fascinación por ser «moderno», «como todo el mundo». Nos distrae con el señuelo de placeres efímeros, de pasatiempos superficiales. Y así malgastamos los dones que Dios nos ha dado jugando con artilugios triviales; malgastamos nuestro dinero en el juego y la bebida; nos encerramos en nosotros mismos. Y no nos centramos en las cosas que realmente importan, de seguir siendo en el fondo hijos de Dios.

Como nos enseña el Señor, los niños tienen su propia sabiduría, que no es la sabiduría del mundo. Por eso el mensaje del Santo Niño es tan importante. Nos habla poderosamente al corazón de cada uno de nosotros. Nos recuerda nuestra identidad más profunda, que estamos llamados a ser la familia de Dios.

El Santo Niño nos recuerda también que hay que proteger esta identidad. El Niño Jesús es el protector de este gran país. Cuando vino al mundo, su propia vida estuvo amenazada por un rey corrupto. Jesús mismo tuvo que ser protegido. Tenía un protector en la tierra: San José. Tenía una familia humana, la Sagrada Familia de Nazaret.

Así nos recuerda la importancia de proteger a nuestras familias, y las familias más amplias como son la Iglesia, familia de Dios, y el mundo, nuestra familia humana. Lamentablemente, en nuestros días, la familia con demasiada frecuencia necesita ser protegida de los ataques y programas insidiosos, contrarios a todo lo que consideramos verdadero y sagrado, a lo más hermoso y noble de nuestra cultura.

En el Evangelio, Jesús acoge a los niños, los abraza y bendice. También nosotros necesitamos proteger, guiar y alentar a nuestros jóvenes, ayudándoles a construir una sociedad digna de su gran patrimonio espiritual y cultural. En concreto, tenemos que ver a cada niño como un regalo que acoger, querer y proteger. Y tenemos que cuidar a nuestros jóvenes, no permitiendo que les roben la esperanza y queden condenados a vivir en la calle.

Un niño frágil, que necesitaba ser protegido, trajo la bondad, la misericordia y la justicia de Dios al mundo. Se enfrentó a la falta de honradez y la corrupción, que son herencia del pecado, y triunfó sobre ellos por el poder de su cruz.

Ahora, al final de mi visita a Filipinas, os encomiendo a él, a Jesús que vino a nosotros niño. Que conceda a todo el amado pueblo de este país que trabaje unido, protegiéndose unos a otros, comenzando por vuestras familias y comunidades, para construir un mundo de justicia, integridad y paz. Que el Santo Niño siga bendiciendo a Filipinas y sostenga a los cristianos de esta gran nación en su vocación a ser testigos y misioneros de la alegría del Evangelio, en Asia y en el mundo entero.

Por favor, recen por mí. Que Dios los bendiga. (La Stampa / ACI / Repubblica / Spiegel / AP)