viernes, 27 de noviembre de 2015

noviembre 27, 2015
ESTAMBUL / MOSCÚ, 27 de noviembre.- El presidente de Turquía lleva una rama de olivo en una mano y un garrote en la otra. Este viernes ha tratado de rebajar la tensión con Rusia, furiosa por el derribo turco del cazabombardero ruso Su-24 el martes pasado, pero a la vez ha advertido contra la estrategia del Gobierno eslavo en la guerra civil de Siria. Mientras tanto, Moscú ha anunciado nuevas y severas medidas enfocadas en escañar sus relaciones comerciales bilaterales con Ankara.

La aviación rusa ha bombardeado en los últimos días varios camiones en la ciudad norteña de Azaz, cerca de la frontera turca, donde ha matado a al menos tres personas. Rusia también ha anunciado haber "destruido" posiciones alzadas en la zona donde cayó el Sujoi 24, al norte de la provincia de Lataquía. Ni en Azaz ni en Lataquia hay miembros del Estado Islámico. "Bombardear a la oposición [...] con el pretexto de combatir a Daesh (Estado Islámico) es jugar con fuego", protestó Erdogan.

'Putin juega con fuego'

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha solicitado un encuentro con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en París este lunes 30 de noviembre, según ha revelado este viernes el Kremlin. Tanto Putin como Erdogan tienen previsto asistir a la COP21 que arranca este lunes en París.

El presidente turco, que ofreció un discurso durante una visita a la provincia de Babyurt, arremetió furibundo contra Moscú. "El señor [Vladimir] Putin ha dicho 'quien aplica dobles varas de medir al terrorismo juego con fuego'. Estoy totalmente de acuerdo. Es cierto. Apoyar al régimen de [Bashar] Asad que ejerce terrorismo de Estado y ha causado la muerte de 380.000 personas, es jugar con fuego", retrajo.

Mientras atiza, Erdogan intenta calmar las aguas. "De haber sabido que era un avión ruso hubiésemos actuado de forma distinta", aseguró este jueves al canal France 24, aunque aun así justifico el derribo alegando que "es labor de los pilotos proteger el espacio aéreo turco". Pero como muestra de querer tender puentes, el presidente ha manifestado este viernes su deseo de verse con su homólogo ruso: "Querría encontrarme con Putin. Me gustaría llevar el asunto a un punto razonable".

Ambos tendrán una oportunidad para verse la semana que viene en París, donde se celebra la Cumbre del Clima. "Creo que allí podríamos sentarnos a hablar, a evaluar [el caso]", ha propuesto este viernes Erdogan. A esta hora no ha habido respuesta de los rusos, quienes por otra parte han seguido aprobando represalias contra Turquía. El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha anunciado que "los dirigentes rusos" han decido reintroducir un régimen de visados con Turquía.

Represalias

A partir del 1 de enero de 2016, los turcos que quieran visitar Rusia tendrán que pedir una visa. Se suspende el acuerdo bilateral, en vigor desde abril de 2011, que permitía a los turcos pasar hasta tres meses en Rusia sin visado. La decisión ha venido junto a la prohibición del Kremlin a la venta de paquetes turísticos a Turquía y la petición de retorno a los 10.000 rusos que, se estima, hay ahora en Turquía. Moscú ha abierto la puerta hasta al cierre de rutas aéreas comerciales desde y hacia Turquía.

Estas decisiones han venido acompañadas de otras acciones contra intereses económicos y la amenaza de cancelar importantes proyectos conjuntos en construcción, como el gasoducto Turkish Stream y la primera central nuclear turca, con tecnología rusa. Al menos 35 hombres de negocios turcos, de visita a una feria de agricultura en Krasnodar, fueron detenidos este miércoles. Serán multados y deportados bajo acusación de entrar a Rusia con visado de turista, en vez de visado de negocios.

También, según ha informado la cadena 'Al Jazeera', empresas turcas en Rusia han recibido inspecciones, en algunos casos acabadas con detenciones temporales. También se han intensificado los controles de mercancías en las aduanas, lo que ha supuesto el bloqueo de la entrada de algunos productos turcos. Esto dañar especialmente el mercado textil y de productos agrarios, aunque por ahora no amenaza con afectar las cruciales importaciones turcas de gas natural.

Suspensión de vuelos

En medio de la tormenta, los aparatos militares de Rusia y Ankara han empezado a tender de nuevo puentes. Según ha publicado el periódico turco 'Hürriyet', la Fuerza Aérea Turca ha anunciado la suspensión de vuelos sobre Siria, en su papel de miembro de la coalición internacional anti IS. Fuentes hablando bajo título anónimo, citadas por el rotativo, destacaron que la decisión es fruto de un acuerdo mutuo con los rusos, que accedieron a dejar de bombardear cerca de la frontera turca.

El objetivo es que ambas partes prosigan sus operaciones militares contra el IS evitando choques entre ellos, que puedan provocar la repetición del incidente del Su-24. El Ministerio de Defensa ruso anunció, tras el derribo del avión, la suspensión de la línea roja que mantenían Rusia y Ankara para coordinarse en lo militar. Aun así, el jefe del Estado Mayor turco ha invitado a adjuntos a la embajada rusa a mantener conversaciones encaminadas a la reconciliación. (Lluís Miquel Hurtado / El Mundo)