domingo, 21 de septiembre de 2014

septiembre 21, 2014
Pedro Echeverría V.

1. Mario Luna Romero, autoridad y vocero de la tribu yaqui, una de las figuras más visibles del rechazo al acueducto Independencia, obra impugnada desde su licitación en Sonora, fue detenido, el 11 de septiembre. No duda en responsabilizar al gobernador de Sonora, el panista Guillermo Padres, de lo que pueda sucederle a él y a su familia. Responsabilizo al Estado mexicano en su conjunto por lo que pueda pasarle a cualquier miembro de la tribu yaqui y a la integridad territorial del mismo pueblo, ya que el Estado con sus omisiones a las leyes nacionales e internacionales está poniendo en riesgo la supervivencia de este pueblo milenario que lucha por no morir.

2. Mientras se anuncia una danza de miles de millones de pesos para callar las protestas de los habitantes (de la ribera) del río Sonora -declara el presi político Luna- a los voceros de la tribu yaqui nos persiguen y encarcelan para no cumplir con las resoluciones judiciales que ordenan detener la operación del acueducto Independencia. Son ya muchos presos que la burguesía lleva a la cárcel con la única consigna de ser oposición. El caso más sonado de los últimos meses es el del doctor Manuel Mireles de las autodefensas de Michoacán mandado a prisión por no obedecer órdenes de gobierno. Sin embargo zapatistas y lópezobradoristas han sido encarcelados.

4. Lo terrible es que mientras la burguesía gobernante actúa con violencia y crueldad contra los que protestan y se oponen a sus órdenes, la izquierda y la socialdemocracia llora en sus peticiones de “libertad” -sin movilizarse- para ver si la burguesía atiende a sus súplicas. La burguesía, su aparato jurídico y los medios de información imponen acusaciones acostumbradas: robo, resistencia y mil cosas más haciendo que los tontos de la centroizquierda se dediquen a desmentirlas sin mencionar que es un problema de clases sociales y de lucha de clases. ¿A quién más puede perseguir, encarcelar y asesinar la burguesía gobernante y empresarial que a sus enemigos los trabajadores, sean indígenas, campesinos, obreros o ciudadanos?

5. Así que Mario Luna y otros 100 opositores que están en las cárceles por rebelarse, no saldrán de ellas sino que hasta que los gobiernos digan -cuando les dé la gana- que ya es suficiente el castigo. Las “defensas jurídicas”, así como las leyes constitucionales, siempre serán paparruchadas mientras no se cuente con la fuerza de masas y éstas sólo se movilizan cuando sus dirigentes las enseñan a salir a la calle a protestar. ¿No está probado acaso -durante muchas décadas de experiencias- que la fuerza es la que define todas las cosas en política? Los empresarios ya no necesitan hacer paros o huelgas para hacer caer un impuesto o imponer una política, les basta con una seña para paralizar al gobierno.

6. No puedo olvidar a DemetrioVallejo, el histórico líder ferrocarrilero que encabezó grandes huelgas nacionales, junto a Valentín Campa, que de 1959 a 1971sufrieron encerrados sin que nadie hiciera nada serio para arrancarlos de allí. Tampoco puedo olvidar a mi amigo Nacho del Valle -defensor de tierras campesinas en Atenco -que continúa en pie de lucha encabezando a los “macheteros” y brindando solidaridad en todas las batallas- que tuvo que sortear años de prisión sin que nada serio se haga por su libertad por la existencia de un terrible sectarismo, oportunismo y pacifismo en lo que se ha conocido como izquierda en México.

7. ¿Para qué sirve publicar declaraciones y desplegados pidiendo libertad en la prensa, recoger millones de firmas (hoy muy de moda) si la clase gobernante sabe que sólo es papel para el excusado? No me olvido del trabajo de decenas de abogados defensores de presos políticos: Gómez Gutiérrez, Andrade, Ortega Arenas, Fernández del Real, Adán Nieto y otros que en los 60 entregaron energía y paciencia; pero tampoco olvidaré a mi amigo Julio Macosay que siempre me dijo que sin movimiento de masas no se gana ningún movimiento ni sale un preso. A cualquiera que lo iba a ver le preguntaba que si tenía posibilidad de movilizarse porque las leyes y chicanadas eran de abogados burgueses.

8. Puta, López Obrador hará una movilización entre mes y medio para protestar por la privatización petrolera. Inmediatamente la burguesía se puso a temblar de miedo después de las que no se realizaron contra el fraude de la elección presidencial. Debe estar preocupado Peña Nieto por esa movilización del 26 de octubre que podría ser en noviembre, diciembre o el próximo año electoral. Por otro lado debe estar preocupado Peña por si acaso surgiera un llamado del Marcos del EZLN que pudiera pedir a las bases zapatistas a marchar por la liberación de Mario Luna y otros. Pero no es fácil movilizar a la gente, porque tendría que ser una política encaminada a ello.

9. Pero posiblemente tenga razón AMLO y Marcos al pensar que las movilizaciones ya no funcionan al demostrarnos la Coordinadora (CNTE) que ha hecho todos los días durante años y meses, plantones, bloqueos, tomas de edificios, marchas y el gobierno -con sus funestas mesas de negociación en Gobernación que sólo sirven para aplazar la represión- ha seguido imponiendo sus planes privatizadores. ¿Qué queda entonces por hacer si la vía guerrillera y las movilizaciones de masas “no funcionan”? Pues sólo el camino electoral, pacífico, que garantiza por 100 años más el dominio de la gran burguesía burocrática y empresarial. Sigamos pensando y activando para no morir de rabia o tristeza. (17/IX/14)