viernes, 4 de octubre de 2013

octubre 04, 2013
ASÍS, Italia, 4 de octubre.- El Pontífice, quien llegó esta mañana en helicóptero desde Roma, empezó su histórico peregrinaje a Asís con una conmovedora visita al Instituto Seráfico, centro que atiende a niños y jóvenes discapacitados, a quienes saludó personalmente, uno por uno, con inmensa ternura.

Evidentemente conmovido por el dolor presente en el lugar, donde los enfermos involuntariamente emitían sonidos guturales y gritos, no leyó el discurso que tenía preparado.

"Estamos entre las llagas de Jesús y estas llagas deben ser escuchadas, reconocidas", dijo, hablando en voz baja, con rostro serio. "Aquí está Jesús, escondido en estos chicos.

"El cristiano debe reconocer las llagas de Jesús, tenemos que escuchar las llagas de Jesús. Lo que da esperanza, es que Jesús está entre ustedes: cuando Jesús resucitó era lindísimo, ya no tenía señales de la flagelación, sólo quiso conservar las llagas, que se llevó al cielo", recordó, provocando aplausos y lágrimas entre los presentes.


El Papa en la cripta de la Basílica de San Francisco de Asís reza ante la tumba del Santo. (ansa)(clic a las imágenes)

En un programa más que intenso, el Papa visitó luego la Iglesia de San Damián, que el santo de Asís reconstruyó y donde recibió el llamado de Jesús desde un crucifijo y, más tarde, antes de celebrar una misa multitudinaria ante la Basílica de San Francisco, rezó concentrado ante la tumba del poverello, en medio de un silencio impresionante.


La visita pontificia con motivo de la festividad del patrón de Italia se vio empañada por la tragedia de este jueves frente a la isla más meridional del país, Lampedusa, en la que perdieron la vida más de 200 inmigrantes. "Tanta gente huye de la esclavitud, del hambre, huye buscando la libertad y tantas veces vemos que encuentran la muerte, como ocurrió en Lampedusa", dijo el Papa refiriéndose a este dramático acontecimiento.

Decimonoveno papa en Asís



Un niño recibe al Papa en Cáritas agitando una bandera. (AP)
El papa Bergoglio es el 19 sucesor de San Pedro que visita la ciudad de Asís, a la que acudió en seis ocasiones Juan Pablo II y dos Benedicto XVI. Durante la misa que celebró ante la Basílica de San Francisco de Asís, el papa volvió a realizar un fuerte llamamiento para que "cesen los conflictos armados que ensangrentan la tierra, que callen las armas y en todas partes el odio ceda el puesto al amor, la ofensa al perdón y la discordia a la unión".

El papa Bergoglio pidió después que "escuchemos el grito de los que lloran, sufren y mueren por la violencia, el terrorismo o la guerra, en Tierra Santa, tan amada por San Francisco, en Siria, en todo Oriente Medio, y en el mundo".

Francisco habla a las monjas de clausura en la Basílica de Santa Clara. (AP)

Francisco volvió a dar muestras de que su pontificado es el de la sobriedad, de que su preocupación por la pobreza sobrepasa las meras palabras y reside precisamente en los hechos. El pontífice argentino rehusó comer con las autoridades, entre las que se encontraba el primer ministro italiano, Enrico Letta, que había acudido a Asís para asistir a la misa por el patrón de Italia, y decidió comer con los 55 pobres procedentes de centros de acogida de toda la diócesis en el comedor de Cáritas.

Durante su improvisado discurso al clero, a las personas de vida consagrada y miembros del Consejo Pastoral con los que se reunió en la catedral de San Rufino de Asís dijo que a los matrimonios siempre les da este consejo: "Pelead cuanto queráis pero nunca terminéis la jornada sin hacer las paces".

La misa en Asís. (ansa)

Después de la comida en el centro de acogida del Obispado, Francisco se trasladó a la Basílica franciscana de Santa Clara, fundadora de la segunda orden franciscana, conocida como las clarisas. Allí, el papa pidió a un grupo de monjas evitar las divisiones internas, ser "expertas en humanidad" y sonreír de verdad, "no como las azafatas".

A su salida del templo, miles de jóvenes esperaban a Francisco con cánticos y con una actuación en la que un grupo ataviado con camisetas azules cantó al unísono canciones de esperanza.


El Pontífice se despide de la multitud. (AFP)
Antes de partir hacia el Vaticano, el papa visitó el "tugurio" donde se refugiaban san Francisco y los suyos en la localidad cercana a Asís de Rivotorto. Una larga y emotiva jornada para el Papa que ha tenido presente a los más pobres de entre los pobres, entre ellos, a las víctimas de Lampedusa. (EFE / DPA)

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