viernes, 4 de octubre de 2013

octubre 04, 2013
Una joven de 16 años, capturada este miércoles, podría pagar siete años de prisión.

COLOMBIA, 4 de octubre.- Robarle besos y mandarle piropos a una joven de 16 años de su colegio. Ese fue el delito de Carlos Andrés González Zabala, el joven mariachi de 14 años que el pasado 15 de agosto fue asesinado de 21 puñaladas en el santuario de La Peña, en el centrooriente de Bogotá.


Este miércoles, a las 2:30 de la tarde, la Policía capturó en el barrio Santa Fe de la localidad de Bosa, en el suroccidente de la ciudad, a esa joven, que se molestaba con las muestras de cariño de Carlos porque ya tenía de novio a un joven de 18 años.

Un juez avaló la petición de la Fiscalía de capturarla como autora intelectual del asesinato y este miércoles se legalizó su detención y se le imputó el cargo de homicidio agravado, que ella no aceptó.

Estará cuatro meses a cargo de Bienestar Familiar mientras se establece su responsabilidad en el crimen, que, según la Fiscalía, facilitó y ayudó a realizar.

El día de su muerte, Carlos no entró a clases con la excusa de que no tenía los tenis del colegio y se fue con ella rumbo a la montaña. “Ella lo engañó diciéndole que le iba a presentar a una amiga en el santuario de La Peña”, informó la Policía. Pero en el lugar los esperaban Álvaro Lombana, el novio de 18 años, y otro menor, de 16, que, según la investigación, una semana atrás habían acordado con la joven el asesinato. El que mató a Carlos fue el muchacho de 16 años, que le asestó las 21 puñaladas y se entregó el pasado 4 de septiembre. A los investigadores les dijo que el diablo lo había poseído y por eso lo apuñaló tantas veces. El cuerpo de Carlos, aún con vida, fue arrastrado por los tres jóvenes hasta una cueva y cubierto con piedras.

Este miércoles, durante la audiencia, Julio González, el padre del niño mariachi, no aguantó la crudeza del relato y tuvo que ser llevado de urgencia a una clínica, donde fue sometido a chequeos médicos.

Si al final del proceso es declarada responsable, la joven solo pagará, como máximo, siete años de detención, la máxima pena que le pueden imponer por ser menor de edad.

La corta vida de Carlos

Carlos Andrés González Zabala era un joven de 14 años, el cuarto de cinco hermanos, estudiante del colegio Los Pinos, donde cursaba noveno grado. Era cantante de rancheras y hacía presentaciones en su colegio y en fiestas de vecinos y familiares. Murió sin cumplir su sueño de grabar un disco. (El Tiempo)

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