sábado, 24 de febrero de 2018

febrero 24, 2018
LONDRES, 24 de febrero de 2018.- La ministra de Exteriores ecuatoriana, María Fernanda Espinosa, ha confirmado esta misma mañana que las conversaciones entre su Gobierno y el de Reino Unido para tratar el futuro de Julian Assange se han roto por la falta de voluntad de los británicos de llegar a un acuerdo. "Honestamente tengo que decir que la mediación no ha tenido éxito porque para ello se necesitan dos partes. Ecuador está dispuesto, pero no necesariamente la otra parte", ha criticado, aunque ya ha recibido respuesta por parte de un portavoz del Gobierno: "Ecuador sabe que la forma de resolver esto es que él abandone la embajada y se enfrente a la Justicia".

Julian Assange. (AP)

Assange, que lleva encerrado en la embajada ecuatoriana en Londres desde 2012 para evitar su extradición a Suecia, teme que si hace frente a la orden de arresto que pesa sobre él en su país de origen tenga también que enfrentarse al Gobierno de Estados Unido en relación a los documentos filtrados por Wikileaks.

De hecho, durante el último mes se había planteado como una posibilidad que el sueco de 46 años pudiese abandonar las paredes del edificio diplomático cercano a Hyde Park a pesar de los cargos por agresión sexual y violación que pesan sobre él, pero fue una juez británica quien tumbó sus expectativas hace menos de dos semanas. "Creo que su arresto es una respuesta proporcionada a pesar de que el señor Assange haya decidido restringir su propia libertad durante estos años. Personas de todo el país vienen al juzgado a afrontar las consecuencias de sus decisiones y él debería tener el coraje de hacer lo mismo. [Mantener la orden de arresto] va en favor del interés del público", declaró la jueza Emma Arbuthnot.

Por ello, el Gobierno ecuatoriano decidió interpelar directamente al británico para intentar desbloquear una situación que, tras seis años, estaría afectando directamente a la salud física y mental del sueco, al que consideran un "refugiado" y a quien seguirán ofreciendo su protección y su asilo para garantizar sus derechos.

Antes de la negativa de los británicos, los ecuatorianos intentaron abrir una segunda vía que inició su camino el pasado noviembre cuando Assange fue nacionalizado como ecuatoriano con el fin de convertirle en parte del equipo diplomático del país, lo que en teoría le garantizaría una serie de derechos adicionales -como inmunidad legal o pasaje seguro para abandonar Reino Unido- en virtud de los acuerdos alcanzados en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

Pero Reino Unido decidió no reconocer a Assange como un agente diplomático, por lo que tendrá que seguir "enfrentándose a la Justicia" si decide abandonar la embajada, ya que al no existir un tratado de extradición entre ambos países la detención no puede producirse dentro del edificio. (Alberto Muñoz/ El Mundo)

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