sábado, 7 de junio de 2014

junio 07, 2014

Don Eduardo Bolio, inteligente financiero y rico hacendado impropiamente llamado "El Burro", se encontraba un día en su oficina cuando entró un mendigo a pedir limosna. Don Eduardo, que tenía sus genialidades de carácter, hizo pasar al pordiosero y mostrándole abierta su caja de hierro repleta de billetes y monedas de oro y plata, le dijo que tomase lo que necesitara. El pobre, absorto y confuso, tomó humildemente una moneda de cobre.

--"Imbécil--Gritó el prócer con indignación. Te di una oportunidad para remediar tu miseria... Ahora, por tonto, no mereces ni un centavo. ¡Fuera de aquí, mentecato!". Y le arrebató la moneda. Aquel infeliz lamentó el incidente por el resto de su vida.