sábado, 7 de junio de 2014

junio 07, 2014
CIUDAD DEL VATICANO, 7 de junio.- Migración, lucha contra la pobreza y desempleo. Son los  temas “de interés común” tocados hoy por el Papa Francisco y el presidente de México, Enrique Peña Nieto, durante una audiencia privada que sostuvieron en El Vaticano. Pero no sólo. En los 25 minutos de coloquio entre ambos salieron a relucir otros asuntos delicados: la violencia y el impacto del narcotráfico. 

Enrique Peña Nieto, presidente de México, y su esposa Angélica Rivera saludan al Papa. (clic a las imágenes)

Un encuentro distendido, que transcurrió en un “clima de cordialidad”. Al final, la Santa Sede estableció que entre los asuntos tocados destacaron las “numerosas reformas emprendidas” en México, en especial la reforma constitucional que concierne a la libertad religiosa.

“A continuación se han abordado otros temas de interés común como la emigración, la lucha contra la pobreza y el desempleo, así como las iniciativas encaminadas a combatir la violencia y el tráfico de drogas. Por último, ha habido un intercambio de opiniones sobre temas relativos a la actualidad regional e internacional”, apuntó.

Parte de estos asuntos también fueron abordados durante otra audiencia, también privada, que el presidente mantuvo con el “número dos” del Vaticano, el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, quien estuvo acompañado por el responsable para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, Dominique Mamberti. En esa reunión participaron también el secretario de Relaciones Exteriores de México, José Antonio Meade, y el embajador mexicano ante la Santa Sede, Mariano Palacios Alcocer.

Al Papa, el presidente le regaló la camiseta de la Selección Mexicana de fútbol que participará en el Mundial de Brasil. “Ahora que está de moda, le queremos obsequiar la casaca de la selección para que sepa que en México nos ponemos la camiseta”, dijo el mandatario mientras le mostraba la playera color verde firmada por los jugadores del equipo tricolor. El Papa agradeció con una sonrisa.

Antes, cuando ambos se saludaron en la Sala del Troneto, la antecámara de la biblioteca donde dialogaron en privado, Peña exclamó: “Mucho gusto en saludarle, es un placer verle en una ocasión especial como esta”. “Bienvenido”, le respondió el Pontífice.

La conversación entre el Papa Francisco y el Presidente duró unos 25 minutos.

Luego pasaron a la biblioteca y se sentaron ante un gran escritorio de madera. Allí el presidente dijo: “He querido hacer una visita especial a usted con varios propósitos que ahora le comentaré”. Entonces los periodistas y fotógrafos salieron de la sala.

Tras el coloquio privado, el presidente presentó al Papa a los miembros de su comitiva, compuesta por unas 20 personas. Entonces se acercaron a una mesita cercana donde se encontraba la casaca mexicana y otro obsequio adicional: una estatua de la Virgen de Guadalupe de unos 40 centímetros de alto y tallada en madera.

“Es la reina de México y emperatriz de América”, señaló. A cambio, el Obispo de Roma le ofreció un gran medallón y le explicó que contenía la imagen de la Plaza de San Pedro antes de ser concluida en su construcción.

En una mesita cercana donde se encontraba la casaca mexicana colocada en una caja de color rojo con un sobre blanco encima que rezaba: "Para Su Santidad Francisco". El presidente mexicano ofreció un obsequio adicional: una estatua de madera de la Virgen de Guadalupe.

“Me permito regalarle un ejemplar de la exhortación apostólica, acá encontrará varias partes, toda una parte dedicada al tema social. Yo se la doy, por si le sirve”, dijo el Papa al entregar un ejemplar de su documento programático “Evangelii Gaudium” (La alegría del evangelio). “Claro que me servirá”, apuntó Peña, antes de recordarle: “México le quiere y le respeta, Su Santidad, muchas gracias”.

A cambio el obispo de Roma le ofreció un gran medallón y le explicó que contenía la imagen de la Plaza de San Pedro antes de ser concluida en su construcción."Me permito regalarle un ejemplar de la exhortación apostólica, acá encontrará varias partes, toda una parte dedicada al tema social. Yo se la doy, por si le sirve", dijo el Papa al entregar un ejemplar de su documento programático "Evangelii Gaudium".

Francisco fue entregando en mano a cada uno de los miembros del grupo un rosario, ellos le fueron saludando y saliendo de la sala. Cuando iban dirigiéndose a la salida, el mandatario mexicano se adelantó y comenzó a presentar él personalmente a otras personas que lo acompañaban en un pequeño grupo de periodistas. Al final se disculpó: “Perdón por el atrevimiento y por romper el protocolo. Usted lo rompe muchas veces y yo sigo su ejemplo”. El Papa le sonrió varias veces asintiendo con la cabeza.

Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, recibió a Peña Nieto.
Mientras ellos dialogaban cara a cara, en un coloquio que duró 25 minutos, en la Sala del Ángulo esperaba el resto de la delegación compuesta por la primera dama Angélica Rivera, y tres de sus hijos.

Inmediatamente después, el presidente bajó un piso en el Palacio Apostólico para reunirse, también en privado, con el “número dos” del Vaticano, el secretario de Estado Pietro Parolin. Más tarde el presidente asistiría a una comida en su honor que brinda el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, Giuseppe Bertello. (Andrés Beltramo Álvarez / La Stampa / Presidencia)