sábado, 24 de agosto de 2013

agosto 24, 2013
Gilberto Avilés Tax

Es muy difícil hacer
hacer caer Sor Juanas
clionáutas
en los charcos
que deja
la lluvia agosteña.
Es más fácil ver volar elefantes rosas
elefantes verdes,
en los paraguas de los días sin sol,
que hacer que
una historiadora de provincia
recite tu nombre
en la noche
de su desaliento.
Y sin embargo,
las historiadoras de provincia
son como huracanes
de amor,
coplas que se beben
tranquilas
en los archivos del alma.

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