martes, 12 de mayo de 2015

mayo 12, 2015
CANNES, Francia, 12 de mayo.- Natalie Portman se siente perfectamente en casa en Cannes, este año muy abiertos a las mujeres. Argumenta que "las salas de filmación están llenas de aspirantes a directores de cine de ambos sexos. Luego, en el mundo real, las posibilidades son diferentes. Aun en Francia, entre los cineastas de mi generación, no hay muchas ". La actriz, de 33 años, se trasladó a París con su marido, el coreógrafo Benjamin Millepied, y tuvieron a Aleph, quien nació en la capital francesa; ya tiene tres años. Natalie presenta fuera de concurso en el Festival de Cannes su primera película como directora, "Una historia de amor y oscuridad", adaptada del best seller autobiográfíco de Amos Oz. "Una historia de amor y oscuridad" fue publicada en 2002; en ella el escritor israelí cuenta historias de su familia, originaria de Europa del Este, que se entrelazan con los hechos históricos en los albores del Estado de Israel.


Natalie Portman, nacida Natalie Herslag, en Jerusalén, de familia hebrea, el padre médico y la madre artista; no sólo escribió el guión, produjo y dirigió la película, sino que se reservó el difícil papel de la madre del protagonista, Fania, que sufre de depresión y se suicida cuando Oz tenía doce años. La directora habla sobre su proyecto y también presenta la película rodada con Terrence Malick, "Knight of Cups".


¿Por qué eligió un libro tan famoso y complejo para su debut como directora?
"Me fulguró hace siete años. Apenas empecé a leerlo, pensé que yo habría querido y podido convertirlo en una película."

¿Qué le llamó la atención?

"Estaba literalmente obsesionada por la forma en que Oz aborda y usa el idioma en el libro. Y por eso quise rodar la película en hebreo. También me parece extraordinario su manejo del tiempo, la transformación de las cosas. Cómo la dinámica familiar se transforma en historias que nos afectan a todos. Y cómo la mitología de la familia y de tu país afectan tu forma de ver el mundo y las expectativas que tienes en la vida".

¿Qué relación tuvo con Oz?

"Profunda. Desde que nos sentamos en la mesa de su casa en Tel Aviv y le expliqué mi proyecto. Él me dijo que no dudara en contar mi historia. Nos encontramos muchas veces y cuando haces una película es una fortuna esencial tener una relación tan estrecha y sincera con el autor del libro".

El libro aborda el conflicto entre israelíes y palestinos.

"La mía no es del todo una película de guerra. Es, sobre todo, la historia de una familia. Las posiciones políticas de Oz se conocen, es uno de los fundadores de Peace Now. Sus convicciones han tenido una gran influencia en mi forma de pensar y reflexionar. Lo admiro muchísimo. Pero mi elección era centrarme en la historia familiar. Aunque, por supuesto, todo lo que se refiere a Israel se convierte en política, incluso su propia existencia. La mía, sin embargo, no es una película política."

Usted se tomó un descanso de maternidad.

"Fue agradable tomarme el tiempo para disfrutar de mi familia. Pero la pausa me dejó llena de ganas de trabajar. Aun si la carrera de productora y directora es complicada. Y esto proyecto de Oz ha absorbido mi energía durante más de siete años."

En medio estuvo la experiencia con Malick.

"Filmé "Knight of Cups" antes de dirigir yo." Ha sido realmente un regalo encontrar una criatura tan llena de talento y generosidad. El encuentro con Terrence ha cambiado totalmente mi perspectiva sobre este arte. Sea por el estado de ánimo en el set, con la excitación de estudiante por hacer mi primera película, y por su método. En un set convencional, si durante una escena entra en cámara algo extraño, se vuelve un delirio. En cambio Terrence incluye todo: pasa una hora filmando al pájaro que se posó cerca. Y si llueve, filma con lluvia. Tiene la libertad de aceptar lo inesperado, de transformar el error en oportunidad. Este tipo de cine no siempre es posible, pero la experiencia con él cambia tu concepción de cómo se hacen las cosas. Vale la pena estar allí para una sola escena, e incluso si sabes que sólo unos instantes de lo grabado terminarán saliendo en la película".

¿Qué material le sirvió para prepararse?

"Dos películas:.. "La strada" de Federico Fellini e "Il posto" de Ermanno Olmi. Los dos me gustan mucho. "Il posto" fue realmente un gran descubrimiento, nunca había oído hablar de él. Me impresionaron esos personajes increíbles, su visión del mundo. Una historia que me hizo involucrarme totalmente y convertirme en fan del cine de Olmi. En el Festival de Cine de Berlín estaba encantada con la idea de ver su nueva película, pero los días no coincidían con los míos, así que supliqué al director Dieter Kosslick hasta que me dio una copia para poder verla ". (ARIANNA FINOS, enviada de La Repubblica)